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Optimismo en inicio de negociación para Siria en Astaná

24 de enero de 2017

Cruce de acusaciones en el primer día de las conversaciones en Kazajstán para reforzar el alto el fuego en Siria, pero las partes en conflicto parecen dispuestas a reforzar la tregua, principal objetivo de la cita.

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Kasachstan Syrien Friedensgespräche in Astana Opposition
Imagen: Reuters/M. Kholdorbekov

"Hemos venido aquí para reforzar el alto el fuego. No emprenderemos más medidas antes de que (el cese de hostilidades) se imponga sobre el terreno", dijo Mohammed Allush, representante en la negociación de los grupos opositores al Gobierno de Damasco. Allush calificó al Gobierno de su país de "banda en el poder".

En respuesta, el representante del presidente sirio, Bashar al Asad, el embajador sirio ante la ONU y director de la delegación de Damasco, Bashar al Yafari, calificó a Allush como representante de una "delegación de terroristas armados" y lo acusó de tener malos modales y no seguir los usos y costumbres diplomáticos. No obstante, las partes en conflicto emprendieron el diálogo, aunque de forma indirecta. El cese de hostilidades, en vigor desde fines de diciembre, se considera un requisito para el éxito de las conversaciones políticas programadas para el 8 de febrero con la mediación de Naciones Unidas.

Liberación de presos y gobierno de transición

Allush, quien pertenece al influyente grupo radical islámico Yaish Al Islam, exigió la liberación de los presos políticos. También pidió la retirada de las milicias iraníes, aliadas de Al Asad, y que sean consideradas organizaciones terroristas. En las negociaciones del año pasado en Ginebra también representó a la oposición. El alto el fuego, dijo, tiene que estar en consonancia con las resoluciones adoptadas por la ONU, en las que se prevé la formación de un Gobierno de transición.

Aunque compartieron sala en el hotel de Astaná donde se lleva a cabo el diálogo, las partes enfrentadas permanecieron separadas. Entre ellas estaban sentados los anfitriones, los kazajos y las delegaciones de Rusia, Irán y Turquía, promotores de la reunión. En las conversaciones de Ginebra celebradas el año pasado, las partes en conflicto no estuvieron juntas ni siquiera en la ceremonia inaugural.

Apoyo en la distancia de Estados Unidos

El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, pidió a los países garantes, Rusia (por parte de Damasco) y Turquía (por parte de los opositores), que creen un mecanismo conjunto para supervisar el alto el fuego. La agencia de noticias rusa TASS señaló que Moscú, Ankara y Teherán prevén anunciar un plan al respecto al término de los dos días de negociaciones previstos en Kazajstán.

En tanto, en Estados Unidos, cuyo gobierno no está presente en la negociación sino como observador, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que Trump está dispuesto a colaborar: "si hay algún modo en que podamos combatir al EI junto con cualquier país, ya sea Rusia o cualquier otro, y tenemos un interés común en este sentido, seguro que lo haremos", dijo Spicer.

Tampoco participa en las negociaciones el grupo radical islamista Ahrar al Sham, que se negó a ello argumentando que los combates siguen en el valle de Barada, que abastece de agua a la capital siria. Al Yafari dijo que no se puede calificar de violación de los acuerdos de alto el fuego las operaciones de las fuerzas gubernamentales contra aquellos "que impiden el acceso de agua potable a 7 millones de personas", en referencia a la situación en dicho valle.

LGC (dpa/EFE)