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PolíticaVenezuela

Las perspectivas de Venezuela con una oposición descabezada

9 de septiembre de 2024

Según expertos, la salida de Edmundo González Urrutia de Venezuela debilita al movimiento opositor.

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Un manifestante porta una pancarta en la calle pidiendo ayuda para Venezuela.
Protestas tras las elecciones de Venezuela el 17 de agosto de 2024. Imagen: Carlos Tischler/Eyepix Group/NurPhoto/picture alliance

La salida de Edmundo González Urrutia de Venezuela deja en un panorama aún más incierto tanto a los millones de venezolanos que se movilizaron para votarle el 28 de julio, como a la oposición del país, unida en torno al hombre que consideran legítimo vencedor de los comicios. El riesgo que corrían en Caracas el septuagenario exdiplomático y su familia fue la razón esgrimida para abandonar el país e instalarse en Madrid.

 "Maduro gana así puntos en su afán de mantenerse en el poder, porque su marcha supone un debilitamiento para las fuerzas opositoras”, dice a DW Günther Maihold, experto en Latinoamérica de la Fundación Ciencia y Política, en Berlín. En el país aún queda María Corina Machado, pero en condiciones difíciles, ya que no puede moverse con libertad". Machado es la más estratégica de los dos, pero González Urrutia es la persona que tenía toda la legitimidad, al menos moralmente, por haber ganado las elecciones”, prosigue Maihold.

Lucha en Venezuela, lucha en el exterior

El mensaje de María Corina Machado anunciando la salida de González Urrutia suaviza la futura ausencia del exdiplomático en el país, diciendo que habrá una distribución de funciones: "Edmundo luchará desde afuera junto a nuestra diáspora y yo lo seguiré haciendo aquí, junto a ustedes”, escribió Machado en X.

Los contactos de González Urrutia y su pasado diplomático juegan a favor de este reparto de tareas, ya que él puede promover la causa venezolana en el exterior y ser recibido por Gobiernos que lo apoyan, pero eso no resta orfandad al movimiento opositor dentro de Venezuela: "La gran equivocación del experimento Guaidó fue creer que se podría ganar desde fuera y no reconocer que lo que verdaderamente importa es el balance de poder en el país”, dice Maihold.

Sin motivos para el optimismo

La salida de González Urrutia hacia Madrid ha estado rodeada de afirmaciones y desmentidos por parte de los Gobiernos de Venezuela y España. Caracas quiere mostrar que sigue negociando de tú a tú en política internacional, mientras que al Ejecutivo de Sánchez no le conviene, en clave de política interna, admitir que hayan podido existir tratos con Maduro. "A Maduro le interesa presentarse como un Gobierno que negocia a nivel internacional con otros Gobiernos”, dice a Deutsche Welle Sabine Kurtenbach, del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA, por sus siglas en inglés).

Entre dimes y diretes, con el nombre del expresidente Rodríguez Zapatero mencionado como el mediador que habría facilitado la salida de González Urrutia, el diario El País informaba que, según fuentes negociadoras, Maduro se está quedando cada vez más solo dentro de su núcleo de poder aferrándose a la presidencia.

Günther Maihold admite su sorpresa ante esta afirmación y la toma con escepticismo. "La salida de González Urrutia reafirma la estrategia de represión”, subraya. Para el experto alemán, la marcha del opositor es un indicio más de que, tanto Maduro como su núcleo más cercano, van a continuar con el atrincheramiento.

Factores internos que permiten el atrincheramiento

Uno de los factores internos que lo propician es, precisamente, la coherencia interna en el círculo de poder de Maduro. "Hay poco fraccionamiento entre Maduro y la elite militar, económica, social, política”, dice Sabine Kurtenbach, del GIGA. Para la experta, la represión desplegada no solo hacia el pueblo, sino también hacia las élites, también es clave en el atrincheramiento: "La mitad de los presos políticos son militares, hubo una represión cruel contra quienes pensaban distinto”. A ello habría que sumar el tema económico: "La elite está unida por la corrupción, por el control de recursos, no solo petróleo, sino también el oro del Arco Minero”, dice Kurtenbach.

"Los elementos internos son los más determinantes”, destaca, por su parte, Víctor Mijares, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Los Andes. "No se trata solo de represión militar, sino de la cooptación de fuerzas de seguridad, incluidos los servicios de inteligencia y grupos paramilitares como los ‘colectivos', que actúan como fuerzas de choque”.

Los factores exteriores

Fuera de Venezuela, hay otros factores que contribuyen a que Maduro se perpetúe en el poder. "La falta de presión efectiva por parte de los países latinoamericanos y el dubitativo rol de Estados Unidos, que prefiere no involucrarse directamente en la región, han dejado a Maduro sin grandes amenazas”, dice Víctor Mijares.

Por otro lado, el calendario electoral estadounidense tampoco propicia que se vayan a producir movimientos por Venezuela en el corto plazo. Además, empresas como Chevron, con intereses en el petróleo venezolano, "parecen preferir la estabilidad del régimen actual para asegurar su posición a largo plazo”, prosigue Mijares.

"Potencias como Rusia, Irán y China han jugado un papel significativo en el apoyo al régimen de Maduro. Rusia ha proporcionado armas y tecnología militar, mientras que grupos como Wagner han tenido participación en sectores clave como la minería ilegal. Irán también ha ofrecido asistencia, particularmente en la industria petrolera y en materia militar. China, aunque con menor implicación militar, ha brindado apoyo financiero crucial en el pasado, lo que ha permitido al régimen mantenerse a flote a pesar de la crisis económica. Estas alianzas han sido fundamentales para que Maduro continúe en el poder”, resume Víctor Mijares.

Mientras, el intento negociador liderado por Brasil y Colombia parece estar en un callejón sin salida. En la propia región, el Gobierno de Maduro se ve cada vez más aislado. No hace mucho, Maduro celebraba varios acuerdos de Venezuela con los BRICS, bloque a cuya membresía sigue siendo aspirante. "Es un indicio más de que Maduro trata de evitar dar la sensación de que Venezuela está abandonada del mundo y que su nuevo Gobierno tendrá algunos elementos de reconocimiento internacional”, concluye Günther Maihold.

(ers)