Asilo para millones
3 de abril de 2012Cerca de 44 millones de personas en el mundo huyeron de sus países durante el pasado año, víctimas sobre todo de conflictos violentos. 44 son los países industrializados a los que han ido la mayoría de peticiones de asilo político y humanitario este año. Poco menos de la mitad, 20, es el porcentaje que ha aumentado el número de este tipo de peticiones en relación al año pasado. Son datos de los últimos informes anuales llevados a cabo por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Con una media de unas 370.000 peticiones al año registradas desde 2008 en “los 44 países industrializados” considerados por ACNUR (27 estados miembros de la Unión Europea, Albania, Bosnia Herzegovina, Croacia, Islandia, Liechtenstein, Montenegro, Noruega, Serbia, Suiza, Macedonia, Turquía, Australia, Canadá, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Estados Unidos), en 2011 se ha podido observar una significativa subida: 441.300 peticiones, el número más alto registrado desde 2003.
De dónde vienen
El informe de ACNUR muestra que el país donde más peticiones se cursaron fue Afganistán, con un incremento del 34% respecto de 2010, seguido de China e Irak. En América Latina, el país con más solicitantes de asilo fue México, con un dramático aumento del 62% en comparación con 2010. Además de ello, se han alcanzado los niveles más altos de la historia de peticiones en países de África Occidental y Oriente Medio azotados por disturbios y revoluciones, como Costa de Marfil, Libia y Siria.
“El alto número de solicitudes de asilo muestra claramente que 2011 ha sido un año muy difícil para muchas personas”, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, en la presentación del estudio. “Sin embargo, es importante que pongamos estas estadísticas en perspectiva. El número de peticiones de asilo recibidas en todos los países industrializados todavía es inferior, por ejemplo, a la población de Dadaab”, añadió Guterres, en referencia al campo de refugiados más grande del mundo situado en Kenia, con una población de 463.000 somalíes, que cumplió 20 años el pasado febrero.
A dónde van
De entre los 44 países industrializados, Estados Unidos es el país que más peticiones ha recibido: 74.000. Con un amplio margen le siguen Francia (51.900), Alemania (45.700) y Suecia (29.600). Estos cinco gigantes conforman un 53% de las peticiones de asilo totales en todo el mundo. A nivel mundial, no obstante, es otro país no incluido entre “los 44” el que se lleva el primer puesto con diferencia: Sudáfrica, que según ACNUR recibió 107.000 peticiones entre enero y diciembre de 2011.
A pesar de todo esto, el mayor aumento en términos relativos se produjo en el sur de Europa, donde se dio un incremento del 87%, según el informe de la ONU. La mayoría de estas solicitudes fueron presentadas por personas que llegaron en barco a Italia y Malta, aunque también se observó un fuerte aumento en Turquía.
Un tema que viene de lejos
La Convención de Refugiados de 1951 define a un refugiado como una persona que, "debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país". Hoy día, un refugiado también puede pedir asilo en un país extranjero por causas ambientales y ecológicas.
Tal y como se explica en la misma página web de ACNUR, la práctica de conceder asilo a refugiados es uno de los primeros hitos de la civilización. Referencias a ella se han encontrado en los textos escritos hace 3.500 años, durante el florecimiento de los grandes imperios a principios del Oriente Medio tales como los hititas, babilonios, asirios y los egipcios antiguos.
Más de tres mil años después, el ACNUR fue creado en 1950 para ofrecer ayuda a estas personas, especialmente las que esperaban para regresar a casa al final de la Segunda Guerra Mundial. Al día de hoy, su objetivo principal sigue siendo ofrecerles soluciones duraderas, como la integración en el país que los acogió, la eventual repatriación voluntaria a su país de origen o el reasentamiento en un tercer país en caso de que ninguna de las anteriores funcione.
Autora: Lydia Aranda Barandiain
Editor: Pablo Kummetz