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Latinoamérica observa dividida la destitución de Rousseff

1 de septiembre de 2016

Venezuela, Ecuador y Bolivia retiran sus delegaciones diplomáticas, una medida que Brasil responderá. Otros países afirman "respetar" la decisión tomada constitucionalmente por el Senado brasileño.

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Brasilien Amtsenthebungsverfahren Dilma Rousseff Protest
Imagen: Reuters/U. Marcelino

La destitución definitiva de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil tuvo este miércoles (31.08.2016) un fuerte impacto diplomático en los países de Latinoamérica más cercanos a la ya ex gobernante de izquierda, que convocaron a embajadores o incluso congelaron relaciones. Venezuela anunció el congelamiento de las relaciones con Brasil y retiró a su embajador de ese país, una medida también adoptada por Ecuador, mientras Bolivia convocó a consultas a su representante diplomático.

En un comunicado, la Cancillería venezolana condenó "categóricamente el golpe de Estado parlamentario" consumado en Brasil, mediante el cual "peligrosamente se ha sustituido ilegítimamente la voluntad de 54 millones de brasileños, violentando la Constitución y alterando la democracia en este hermano país". El embajador boliviano en Brasil, José Kinn, fue convocado a La Paz por el presidente Evo Morales, como ya había anunciado este que haría en caso de que se confirmara la destitución de Rousseff.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, también anunció el retiro de su encargado de negocios (el embajador ante Brasil ya fue retirado en mayo al iniciarse el proceso de 'impeachment') y consideró que destitución de la presidenta brasileña fue "una apología del abuso y la traición". Brasil ya ha anunciado que convocará también a sus representantes diplomáticos en esos países como medida recíproca.

La Habana resaltó la gestión de los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Rousseff, ambos del Partido de los Trabajadores (PT), por el "crecimiento productivo con inclusión social, la defensa de sus recursos naturales, la generación de empleo, el combate a la pobreza". Cuba consideró que la situación política brasileña es "otra expresión de la ofensiva del imperialismo y la oligarquía contra los gobiernos revolucionarios y progresistas de América Latina y el Caribe". Desde Nicaragua, El Salvador o Cuba llegaron declaraciones oficiales de condena similares, así como desde instituciones como el Parlasur o la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y El Caribe (Copppal),

Prudencia diplomática

Más prudente se ha mostrado el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que se limitó a "tomar nota" de la decisión del Senado brasileño de destituir a Dilma Rousseff y a enviar buenos deseos al nuevo presidente de Brasil, Michel Temer. Y dijo "confiar" en que "bajo el liderazgo de Temer, Brasil y la ONU seguirán con su buena colaboración".

Similar fue la respuesta del Gobierno argentino, que manifestó su "respeto" al "proceso institucional" de Brasil y renovó su "deseo" de "continuar" trabajando con el Gobierno de Temer. La Casa Rosada "reafirma su voluntad de continuar por el camino de una real y efectiva integración en el marco del absoluto respeto por los derechos humanos, las instituciones democráticas y el derecho internacional". Para Estados Unidos, la destitución de Rousseff se produjo dentro del "marco constitucional" del país, por lo que dijo "respetar" la decisión del Senado y prometió que trabajará con el nuevo mandatario.

Chile, en la misma línea, manifestó sin embargo "su aprecio y reconocimiento a la presidenta Dilma Rousseff" y destacó "que nuestros países mantuvieron una relación intensa y productiva durante su mandato", señaló una declaración de la Cancillería.

En Brasil las reacciones a la destitución también han estado divididas. La Confederación Nacional de la Agricultura (CNA), que reúne a los grandes empresarios del campo, indicó que es una "victoria de la Nación y una exaltación de la ciudadanía". Así como la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo, que también advirtió al Gobierno de Temer sobre las medidas que debe adoptar para enderezar la economía. La bolsa, por su parte, cerró con una leve bajada del 1,15% en el índice de referencia Bovespa, que, de todas formas, ha subido un 33,6% en lo que va de año.

LGC (dpa / Efe / Reuters)