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Lech Walesa: “Hay que construir un Estado europeo”

Barbara Cöllen y Bartosz Dudek (CP)30 de septiembre de 2013

Es necesario fomentar la solidaridad en Europa, que debería convertirse en una federación, dijo el Premio Nobel de la Paz Lech Walesa, quien este domingo cumplió 70 años, en entrevista con Deutsche Welle.

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Imagen: DW/B. Dudek

Deutsche Welle: Muchos países del este y del sur de Europa envidian el giro democrático de Polonia y sus progresos económicos de los últimos 20 años, a los que usted contribuyó de manera esencial. A pesar de eso, decenas de miles de polacos salieron recientemente a la calle para protestar contra la política liberal de Donald Tusk. El jefe de la oposición conservadora, Jaroslaw Kaczynksi, lidera actualmente las encuestas. ¿Qué sucede en Polonia?

Lech Walesa: En primer lugar, no tuvimos cien años para que se desarrollara la democracia. Tuvimos que acelerar el proceso al máximo para llegar al nivel de Occidente. En segundo lugar: ¿qué significan unos cientos de miles frente a 40 millones? Si sumáramos el descontento en otros países, también el de los países ricos, seguramente las protestas serían de una magnitud mucho mayor. En tercer lugar: nuestro modelo democrático ha dado resultado. Hubo protestas, pero fueron pacíficas. Se reunieron firmas y los ciudadanos pasarán la cuenta de ese descontento en las próximas elecciones. Es decir, que Polonia pasó la prueba de fuego de la democracia y puede servir de ejemplo sobre cómo actuar frente a la inconformidad de la gente.

[STILL VIDEO] Interview der Deutschen Welle mit dem polnischen Arbeiterführer von 1980 und dem ehem. Präsidenten von Polen, Lech Wałęsa anläßlich seines 70. Geburtstages. Das Interview wurde geführt von Bartosz Dudek und Barbara Cöllen von der Polnischer Redaktion. Copyright: DW Datum: 18.09.2013 in Danzig
DW Interview mit Lech WałęsaImagen: DW

En conversación con el periódico “Die Zeit” usted expresó el deseo de que los alemanes fueran más valientes y ejercieran una mayor influencia sobre la evolución y la planificación de Europa. Pero, debido a su compromiso con Europa, Alemania se transformó en el chivo expiatorio. Angela Merkel fue caricaturizada en medios griegos con un uniforme nazi. ¿Qué piensa de la política europea de Alemania?

Los líderes políticos son siempre los que reciben palos. Pero Alemania es un peso pesado en todas las áreas. Los alemanes asumen también la responsabilidad por la superación de las crisis y desarrollan ideas para el futuro, y deben seguir haciéndolo. En una época en que estamos derribando fronteras, lo que importa es el concepto de Europa, no Alemania o Polonia. Solo se trata de Europa. Ya no deberíamos seguir pensando en términos de fronteras. Hay muchos temas nuevos, como la información, la ecología, las crisis bancarias. Aquí ya no se trata de un banco, sino de que los bancos actúen de manera responsable en su totalidad. Además están las cuestiones financieras. Alemania tiene dinero, los otros países no. En Europa necesitamos, por ejemplo, una buena red de autopistas, también en Albania. Allí y en otros países falta dinero, es decir, que Alemania debería hacerse cargo y se le debería devolver el préstamo en 50 años. Ese dinero no se debe guardar debajo del colchón.

Se están reviviendo estereotipos y prejuicios en relación con Alemania a casi 70 años de finalizada la II Guerra Mundial. ¿No serían aún mayores si Alemania comenzara a construir ahora autopistas en todas partes?

Por supuesto que no. Para la integración europea necesitamos bienestar. Solo podemos prevenir conflictos si, por ejemplo, construimos autopistas, ya que así mejorará la situación en muchos países. Hay una gran cantidad de tareas por hacer, como por ejemplo las redes de comunicación. Los países que poseen dinero deberían ponerlo a disposición de los países más pobres y dejar que éstos paguen esa deuda a largo plazo. Es un buen negocio para todos los implicados. Esta generación debería empezar a construir un Estado europeo, pero debe actuar con mucho cuidado.

¿De qué modo debería hacerlo?

Nadie lo sabe exactamente. Para llegar a ese objetivo necesitamos estructuras europeas más grandes. Las divisiones y las fronteras son cosa del pasado. En todo lo que hacemos está el recuerdo de las guerras, y sin embargo hemos llegado muy lejos. Lo importante es que levantemos el proyecto europeo en base a valores comunes que, de momento, son diferentes en cada país. Deberíamos idear un catálogo de valores, un decálogo con diez mandamientos que pueda ser asumido por creyentes de todas las religiones y también por los ateos. Europa tendría que apoyarse en un fundamento de ese tipo para su desarrollo futuro.

Este 29 de septiembre cumple 70 años. Al mirar atrás, recordamos su aporte esencial a la caída del comunismo. Actualmente todavía hay muchas dictaduras que persiguen y asesinan a sus ciudadanos. ¿Cuál es su fórmula para derrocar a una dictadura?

Mi fórmula se llama “solidaridad”. Por supuesto que esa solidaridad tomará diferentes formas en cada país. Muy importante es, asimismo, animar a EE. UU., la única potencia mundial que queda, a ayudar a construir un nuevo mundo, y que allí donde haya antisemitismo, racismo, limpiezas étnicas o armas químicas se actúe de inmediato y se resuelvan los problemas.

Lech Walesa, electricista de profesión, se convirtió en 1980 en líder de Solidarnosc (Solidaridad), el primer sindicato libre del bloque comunista. En 1983 fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz. Durante las primeras elecciones libres en Polonia, luego de la caída del comunismo, fue electo presidente.