Legalización de inmigrantes: ¿ventajoso para todos?

Según los últimos datos oficiales, 690.679 inmigrantes ilegales han solicitado ser regularizados en España en el marco de la amnistía decretada por el gobierno socialista español. A favor de esta controvertida medida -que diversos grupos políticos, también alemanes, han catalogado de unilateral y nada concertada con los socios europeos- se pronunció el portavoz de la fracción socialdemócrata en el Parlamento alemán, Dieter Wiefelpütz. "A la larga no podremos seguir negándonos a pensar en una legalización general", declaró Wiefelpütz al diario berlinés Tageszeitung.

Fin al bloqueo mental

Lo que el político socialdemócrata calificó de "bloqueo mental" de los alemanes debe terminarse, en su opinión. Más aún teniendo en cuenta la situación de necesidad en que viven muchos inmigrantes ilegales en este país. La política y la sociedad deben abrir los ojos, aceptando la realidad. "Los españoles nos llevan la delantera en mucho", enfatizó. Aunque, por el momento, no existe una mayoría favorable a una amnistía en ninguna de las fracciones del Parlamento, el debate debe comenzar, según Wiefelpütz, quien añade que el primer paso debería ser cubrir las necesidades básicas de los ilegales que se encuentran en este momento en Alemania, como son la seguridad médica y la educación de los niños.

Un largo camino a la legalidad

Debido a que según las leyes alemanas vigentes, una medida de este tipo sería poco menos que impensable, no son pocos los inmigrantes ilegales que han optado por trasladarse a España y legalizarse allá para luego volver. Fuentes no oficiales informaron a DW-WORLD que si bien los requisitos exigidos para la amnistía española -hallarse en una relación contractual de trabajo desde hace por lo menos seis meses, haber ingresado al país antes de agosto de 2004 y no tener ningún antecedente delictivo en el país de origen- no han sido pocas las personas que han optado por irse a España, acogerse a la amnistía y luego reintegrarse como "legales" a la sociedad alemana. Y no sólo en el caso de los inmigrantes del mundo hispánico, para los cuales el idioma y la cultura compartida con la península Ibérica lo facilitan todo. Para estos últimos, el camino de vuelta a Alemania pasa por un proceso de nacionalización en España.

¿Ejemplo a seguir?

De éxito catalogó el ministro español de Trabajo, Jesús Caldera, el balance del proceso de regularización. La mayoría de los trabajadores ilegales que han presentado la solicitud de regularización han sido ecuatorianos, marroquíes, rumanos y colombianos. Estos trabajadores, ahora legales, aliviarán los sistemas de seguridad social, así el ministro Caldera, pues el número de asegurados ha crecido en un cuatro por ciento. Según el balance oficial, esta medida ha creado 672.000 plazas de trabajo y el índice de desempleo, que hace diez años era de un 23%, ha sido reducido a un diez por ciento.

Está por verse aún si los socios europeos comparten la opinión del gobierno español en cuanto a lo exitoso de la medida y sus consecuencias. Lo que en todo caso está claro es que negar la necesidad de enfrentar la realidad no sólo de la inmigración, sino de la mucha gente que trabaja "ilegalmente" desde hace años sería tapar el sol con un dedo. En la opinión de Wiefelpütz se trata de evitar la explotación, cuyo espectro va "desde los empleos ilegales mal remunerados hasta la prostitución".