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Falta de protección para el suelo

Dave Keating (AR/EL)27 de octubre de 2015

El suelo es un recurso esencial, pero amenazado. No podemos vivir sin él, sin embargo, permanece en gran medida sin protección a causa de disputas políticas dentro de la Unión Europea y las consecuencias son graves.

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WWF - Ackerbau und Erosion
Imagen: WWF/E. Parker

Xavier Dugnoille, un jardinero aficionado de Bruselas, ha estudiado minuciosamente el suelo de su jardín. Últimamente ha llovido mucho y está preocupado porque el sustrato, la capa de tierra bajo la superficie del suelo, está saturada de agua.

"Lo más importante es tener un buen sustrato, que aporte sostén y nutrientes a la planta", dice mientras poda un limonero, en su jardín. "Es muy importante que la tierra reciba la cantidad de agua adecuada”, explica. El belga examina cuidadosamente en busca de signos de lombrices de tierra. Estas revuelven la tierra, lo que es extremadamente importante porque favorecen la oxigenación del suelo.

La tierra es esencial para cualquier jardinero. Nada crece cuando uno no se preocupa por su tierra. Dugnoille entiende esto mejor que la mayoría. Trabaja como consultor de riesgos y parte de su trabajo consiste en evaluar la vulnerabilidad de la propiedad, que entre otras cosas, significa examinar la calidad del suelo en busca de una posible contaminación. En su propio jardín, se preocupa de que el suelo se mantenga sano.

A pocos kilómetros de las instituciones europeas, se estudia el tema del suelo a nivel continental. No solo los jardineros se preocupan por su calidad, sino también los ecologistas.

El suelo es fundamental para la vida en nuestro planeta. Permite cultivar plantas y árboles y proteger el suministro de agua. También actúa como sumidero natural de carbono, fijando el CO2 atmosférico. Lo hace incluso tres veces mejor que las propias plantas.

Un suelo degradado no puede cumplir adecuadamente estas funciones vitales. Y si bien se puede tardar siglos en crear un solo centímetro de sustrato vegetal, se puede destruir y perder en tan sólo unos pocos años, si no se protege adecuadamente. Sin embargo, dada la importancia del suelo, sorprende la poca protección, que existe en Europa para este recurso tan valioso.

Xavier Dugnoille podando un limonero en su jardín.
Xavier Dugnoille, un jardinero aficionado de Bruselas, conoce el secreto de la buena tierra y sabe lo importante que es este recurso tan limitado.Imagen: Dave Keating


Un saco roto regulatorio

En la Unión Europea existen leyes estrictas para proteger la calidad del aire y del agua, pero los suelos han caído en saco roto. Solo un puñado de países europeos tienen una legislación específica para la protección del suelo. Entre ellos Alemania, que documenta el estado de su suelo desde 1998.

En ausencia de una regulación, se añade un mayor uso de pesticidas, prácticas de agricultura intensiva y expansión urbana, que está dañando seriamente el suelo europeo. "Los agricultores emplean anualmente hasta 20 sustancias químicas diferentes en un solo campo y no piensan, o no saben nada, sobre el impacto que esto tiene en los suelos", dice Louise Payton, de Soil Association , una organización británica, que aboga por una producción de alimentos, una agricultura y un uso de la tierra sostenibles. "Una cuarta parte de todas las especies conocidas vive en el suelo y los científicos afirman que la biodiversidad de la corteza terrestre es crucial para la producción de nuestros alimentos a largo plazo", explica Payton.

De acuerdo con estadísticas de la UE el 9% de los suelos europeos ya han sido sellados. Solo en Alemania cada día el hormigón y el asfalto tapan hasta 100 hectáreas de terreno – equivalente a unos 140 campos de fútbol.

La ocupación y el sellado del suelo, llevado a cabo por máquinas industriales de conducción pesada, que ​​pasan por encima de la tierra comprimiéndola, amenaza aproximadamente al 35% de los terrenos de la UE. Como consecuencia, el suelo no puede absorber más agua, lo que a su vez puede dar lugar a inundaciones – un problema cada vez más común en Europa.

Según los expertos, las inundaciones masivas, que afectaron a Europa central en 2013, fueron en parte debido a problemas en la gestión del suelo, que condujeron a una saturación de la tierra en Alemania. La fundación británica Wye y Usk defiende que las recientes inundaciones en Gales se deben a las prácticas agrícolas cada vez más agresivas, que provocan una erosión del sustrato superficial.

¿Demasiada o muy poca regulación?

¿Pero por qué no se ha protegido el suelo hasta ahora? La UE ha reconocido que la destrucción de la tierra es un "grave problema". Anualmente le cuesta a Europa unos 38 mil millones de euros (42 mil millones de dólares). Sin embargo, el año pasado Bruselas finalmente postergó un borrador de regulación, después de que un grupo de estados, encabezados por Alemania y Gran Bretaña, hubieran bloqueado la propuesta durante ocho años.

Sus motivos, sin embargo, eran más políticos que de carácter sustantivo – concretamente sobre los derechos de los estados miembro de la UE. Los gobiernos británico y alemán argumentaban que el suelo, a diferencia del aire y del agua, no era un asunto transfronterizo. Por lo tanto, no debía de ser regulado a nivel europeo.

Dada la creciente preocupación pública por la soberanía y la burocracia nacional dentro de la UE, estos gobiernos vieron la propuesta europea como una intromisión injustificada en una área que debía de ser mejor regulada a nivel local. Incluso los agricultores presionaron intensamente en contra del borrador.

"La directiva del suelo de la UE no hubiera mejorado necesariamente la protección del suelo en Europa”, afirmaba Pekka Pesonen, secretario general de la Asociación Europea de Agricultores y sus Cooperativas en la UE del Copa y la Cogeca, el año pasado sobre la renuncia del borrador.

Según Pesonen, los suelos ya están protegidos por diferentes directivas de la UE, como la Política Agrícola Común (PAC) y normativas para la biodiversidad. "La directiva del suelo solo hubiera significado más burocracia. Era simplemente innecesaria", afirma Pesonen.

Rescatando el suelo europeo

Los ecologistas no están de acuerdo con la evaluación de la asociación agrícola. El borrador, ahora caduco, hubiera establecido un enfoque unitario en toda la UE, mediante el cual los gobiernos nacionales hubieran estado obligados a recopilar datos sobre el estado del suelo y a compartirlos entre ellos. Asimismo, los países miembros habrían estado obligados a identificar áreas amenazadas con riesgo de erosión del suelo, condensación, salinización, acidificación o disminución de la materia orgánica.

El borrador también hubiera obligado a los gobiernos a establecer programas nacionales para mitigar los daños en las áreas degradadas, aunque hubiera sido decisión de los propios países decidir si y cómo llevarlo a cabo.

Sin un suelo sano, no podría crecer un limonero.
Sin un suelo sano no pueden crecer plantas como este limonero.Imagen: Dave Keating

Balázs Horváth, de la Oficina Europea del Medio Ambiente (EEB) (www.eeb.org), quiere que la UE obligue a los gobiernos a cultivar y limpiar de nuevo estas áreas. El ecologista cree que la Directiva de 2006 hubiera presionado a los estados miembro a tomar medidas, aumentando la conciencia del problema. "En este momento, muchos gobiernos ni siquiera están recopilando los datos", critica. "En los últimos ocho años no ha habido ni siquiera la oportunidad para discutir sobre las cuestiones técnicas".

Falta de acción a nivel nacional


Horváth está convencido de que el suelo no es solo un problema nacional. A pesar de que un país adopte las medidas necesarias para evitar inundaciones, todavía podría verse afectado por las inundaciones procedentes de un país vecino, que no ha tenido cuidado con sus suelos.

Pero aunque muchos gobiernos insisten en que el suelo es una cuestión nacional, en los últimos años, casi no han adoptado nuevas leyes nacionales o regionales para proteger sus suelos.

Esto es aún más preocupante teniendo en cuenta que un suelo sano beneficia a todos, desde los jardineros aficionados como Xavier Dugnoille a las grandes explotaciones. Payton, de Soil Association, lo resume así: "se podría decir que es una situación, donde ganan ambas partes – tanto los agricultores, como la población local".

Una casa roja en medio de unas inundaciones.
Un suelo dañado puede provocar un aumento de inundaciones como las que se produjeron en Europa Central en 2013.Imagen: Reuters