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Libia: "Un baño de sangre como en Bosnia"

8 de marzo de 2011

La prensa comenta la posibilidad y consecuencias de una intervención armada en Libia con el apoyo de las Naciones Unidas, y el papel de la mujer en las revoluciones del mundo árabe.

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Libia: ¿otra Bosnia?Imagen: AP

Gazeta Wyborcza, de Varsovia: “Después de Irak, se da casi por descartada una intervención en Libia, apoyada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Más aún si se considera que el escenario libio puede repetirse en China o Rusia. Los EE. UU. están, además, totalmente sobrecargados con las guerras de Afganistán e Irak. Y la resistencia libia tampoco está de acuerdo con una intromisión extranjera que podría servir de argumento propagandístico a Muamar al Gadafi, quien sostiene que está luchando contra un ataque foráneo. (…) A primera vista, parecería que en Libia se podría repetir lo sucedido en Bosnia, pero no en la Bosnia de 1995, obligada por la OTAN a mantener conversaciones de paz, sino la Bosnia anterior a entonces, cuando todo se convirtió en un baño de sangre.”

“La intervención a Libia no la puede decidir sólo Occidente”

Nord Eclair, de Roubaix: “La posibilidad de una intervención armada en Libia se vuelve cada vez más perentoria. (…) Para una injerencia de ese tipo hay que cumplir con una serie de condiciones complejas. En primer lugar, los rebeldes libios tienen que estar de acuerdo, ya que, hasta ahora, la habían rechazado. Pero están a punto de cambiar de opinión a causa de los crímenes cometidos por Gadafi y de las dificultades militares a las que se enfrentan. Además, una intervención armada presupone una decisión de la ONU que no puede ser tomada sólo por los países occidentales. La Liga Árabe y la Unión Africana cuentan con la legitimación necesaria como para actuar por propia iniciativa. (…) Pero, hasta ahora, son pocas las señales positivas provenientes de ambas organizaciones.”

“Ni una sola mujer en la reforma en El Cairo”

Berliner Zeitung, de Berlín: “Las mujeres revolucionarias de El Cairo están indignadas por el hecho de que no se haya llamado a participar de la comisión de reforma constitucional ni a una sola mujer, y de que en el nuevo gabinete de Gobierno haya menos mujeres que antes de la revolución. En Túnez, la situación no es mejor que en El Cairo, ya que el dictador derrocado se preocupaba por difundir una imagen secular de la sociedad que favorecía los derechos de la mujer, mientras las agrupaciones islamistas propagan un modelo más conservador. Es por eso que, en ambos países, las revolucionarias convocan a grandes manifestaciones por los derechos de género. ‘Hemos peleado con vosotros, y queremos la parte del poder que nos corresponde', es su lema. A pesar de que, una vez más, sean los hombres los que pasan a primer plano, ya no se puede negar que las revoluciones en el mundo árabe hicieron progresar bastante la causa de las mujeres.”

“Próxima revolución de género en países árabes”

Tagesspiegel, de Berlín: “Casi todas las mujeres presentes en la Plaza de la Perla, en Manama, la capital de Baréin, llevan una burka negra que las oculta casi por completo. Así se las conoce en los medios, como una sombra oscura deslizándose por la pantalla de los televisores. Pero ahora, estas mujeres árabes se han atado la bandera rojiblanca sobre el velo islámico, y otras la hacen flamear sobre sus cabezas. Sin embargo, sus manifestaciones contra el régimen autoritario que gobierna ese país tienen lugar dentro de los límites bien demarcados de una ‘zona femenina', por lo que protestan públicamente, pero ocultas. Participan, pero son segregadas al mismo tiempo. Mientras en Occidente nos inspiramos con nuestros propios logros y derrotas y nos preguntamos si se ha consumado la revolución de género, también deberíamos pensar que la Revolución del Jazmín tal vez dé comienzo a la próxima lucha por la liberación de la mujer.”

CP/dpa
Editora: Luna Bolívar Manaut