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Limpieza cerebral nocturna

Mu Cui /ERS28 de octubre de 2013

El lavado de cerebro se asocia generalmente con la manipulación psicológica de otra persona. Pero un verdadero “lavado” le hace mucho bien a nuestro cerebro, según aseguran investigadores.

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Imagen: Fotolia/Andrea Danti

Todos sabemos lo “reponedor” que puede ser el sueño. Dormir es imprescindible para la vida misma. Pero ¿qué ocurre durante el sueño? ¿Qué lo vuelve tan importante para nuestra salud? Científicos descubrieron que el “sistema glinfático”, clave para la limpieza cerebral, es diez veces más activo durante las fases de sueño que durante la vigilia.

Nuestro cuerpo funciona en el fondo como una fábrica extremadamente compleja. En diversos reactores se llevan a cabo permanentemente procesos metabólicos. Estos producen una serie de desechos. Entonces entra en acción el sistema linfático, que se ocupa de expulsar toxinas, partículas extrañas al organismo y células tumorales, por ejemplo. Sin embargo, este servicio interno de limpieza no alcanza a cubrir el área del cerebro, pese a que se trata del órgano humano con el mayor metabolismo.

Minuto a minuto, el cerebro elimina numerosas proteínas que podrían dañar las células nerviosas. Un equipo internacional de científicos de la Universidad del Rochester Medical Center, en Estados Unidos, descubrió cómo actúa el cerebro con los desechos. De acuerdo con los resultados de sus investigaciones, publicados en la revista Science, en lugar de recurrir al sistema linfático, nuestro cerebro tiene su propio servicio de limpieza: el sistema glinfático.

El papel central lo desempeñan células gliales, que controlan el flujo del líquido cefalorraquídeo, mediante el cual se expulsan las toxinas.

Las toxinas pueden dañar las células nerviosas.
Las toxinas pueden dañar las células nerviosas.Imagen: Fotolia/psdesign1

Ocho horas imprescindibles

El proceso, sin embargo, no es muy rápido. Los científicos parten de la base de que un “lavado de cerebro” completo toma aproximadamente ocho horas diarias. Y ese proceso tiene lugar precisamente mientras dormimos.

Durante el sueño, aumentan los espacios entre las células nerviosas, de modo que el líquido intersticial puede fluir mejor y llevarse los desechos. La falta de sueño lleva, en cambio, a que este proceso no pueda efectuarse debidamente. Los científicos advierten que so puede dañar a la larga al cerebro, con consecuencias como el mal de Alzheimer o el de Parkinson.

Por ese motivo, los expertos aconsejan dormir lo suficiente, para permitir al organismo llevar a cabo su propio “lavado cerebral”.