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Llegaron para quedarse

Marc Koch26 de enero de 2013

Ningún país de Latinoamérica acogió a tantos judíos huidos del régimen nazi como Argentina. Aún hoy puede apreciarse la influencia de su cultura a pie de calle, especialmente en Buenos Aires.

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Imagen: DW

En pleno Buenos Aires, en el barrio del Once, se encuentra la filial de una cadena americana de comida rápida. Se trata del único establecimiento de esta empresa que ofrece alimentos según los preceptos del cashrut fuera de Israel. Esto no es una casualidad: con 250.000 miembros, en Argentina se concentra la mayor comunidad judía de Latinoamérica. Solo en Buenos Aires viven tantos judíos como en México, Brasil, Uruguay y Chile juntos.

Argentina, un lugar donde refugiarse

A finales del siglo XIX, el barón Moritz von Hirsch, empresario y filántropo alemán, facilitó el establecimiento en Argentina de judíos procedentes de Europa del Este y más tarde de Alemania. Estas colonias formarían la base de la futura comunidad judía en el país. Durante la dictadura nazi, 45.000 judíos huyeron de Alemania con destino a Argentina a pesar de que el país sudamericano había endurecido su política de inmigración y muchos alemanes afincados en Buenos Aires simpatizaban con los nazis. En los años treinta se fundó una organización de carácter humanitario para judíos de habla alemana con el objetivo de ayudar a los recién llegados a construir una nueva vida. Conocida actualmente con el nombre de "Asociación Filantrópica Israelita", continúa hoy gestionando centros y desarrollando importantes proyectos sociales.

Deutsch-jüdisches Kulturerbe
Aún hoy puede apreciarse la influencia de la cultura judía en la vida cotidiana argentina, especialmente en Buenos Aires.Imagen: DW

Huellas profundas

La cultura judía impregna aún hoy la vida de diferentes distritos de la Buenos Aires moderna, como el barrio de comerciantes de telas del Once, en el centro, o el barrio de Belgrano, en el norte, donde se establecieron muchos judíos procedentes de Alemania y Austria. La mayoría de las 55 sinagogas de la ciudad están situadas en estos distritos, en los que también encontramos asociaciones culturales y deportivas, clubs, restaurantes y teatros judíos. Casi todos estos establecimientos disponen de fuertes medidas de seguridad desde que, en los años noventa, dos ataques terroristas a instituciones judías acabasen con la vida de más de 100 personas.

Pero el número de judíos residentes en Argentina se reduce desde hace años. Esto se debe a que las familias tienen cada vez menos miembros, pero también a la rápida asimilación en la sociedad argentina. Además de que muchos descendientes de inmigrantes han terminado contrayendo matrimonio con argentinos no judíos, cuando la economía del país quebró en 2001, una cuarta parte de la población judía se arruinó de la noche a la mañana y muchos decidieron emigrar a Israel.

A pesar de todo, no hay en toda Latinoamérica una ciudad tan marcada por la cultura y las costumbres judías como Buenos Aires. Tal como señala el escritor germano-judío Robert Schopflocher, “han sido los parientes de la segunda generación los primeros en sentirse como verdaderos argentinos”.

Autor: Marc Koch
Editora: Claudia Herrera Pahl