Locarno y Opendoors abren sus puertas a Latinoamérica

Tres de las películas que participan en la competencia provienen de América Latina. Se trata de la película peruana Dioses, de Josúe Mendéz; Parque vía, del mexicano Enrique Rivero, y un Amor de perdición, del brasileño Mario Barroso. En la sección Cineastas del presente, Latinoamérica participa con las películas argentinas El sueño del perro y La orilla que se abisma; la película chilena Alicia en el país, así como la película brasileña Filmefobia.

DW-WORLD conversó con Vicenzo Bugno, director del programa Opendoors. Un programa del Festival de Locarno en el que se ayuda a jóvenes cineastas y productores a encontrar co-productores en Europa.

¿Cómo nació el Opendoors?

A mitad de los años 90, el Festival de Locarno creó la Fundazione Montecinema donde la idea fue fomentar la producción de cine de algunas regiones del mundo.

Ahora la Fundación Montecinema no existe más, pero quedó la herencia en Opendoors. Nosotros fomentamos el desarrollo del cine que se hace fuera de Europa y Hollywood. Opendoors es básicamente un Workshop que organizamos durante el festival. Invitamos proyectos que llegan todos los años de diferentes rincones del planeta. Yo me encargo desde hace 3 años del programa Opendoors. El primero se concentró en Asia del suroeste, el segundo año en el Medio oriente y este año fue el año de América latina.

¿Por qué?

Porque es una necesidad cultural artística. No se puede desconocer la realidad creativa del cine de América Latina. Porque hay un gran potencial de los directores y productores. Existe un mundo creativo interesante para los productores europeos y también para el público de Europa. América Latina es un continente muy alejado, pero considerando el nivel cultural no está tan lejos, porque el público puede comprender todas las historias de ese continente. Es un mundo que despierta la curiosidad del espectador dado que tiene un sabor exótico. Sólo están geográficamente lejos. La búsqueda de los trabajos fue un esfuerzo titánico, porque llegaron 350 proyectos. Lo más importante de nuestra tarea fue conversar con los realizadores y productores. Tratamos siempre de encontrar el alma artística de los proyectos ya que solamente comprendiendo la identidad artística de los contenidos se puede pensar en seleccionar un proyecto.

¿Qué lugar ocupa Locarno entre los festivales de cine europeos?

Hay festivales muy importantes como el de Berlín, Cannes o Venecia. Los otros festivales son también importantes pero tienen una función diferente. El problema es que los festivales necesitan encontrar un perfil mediático de comunicación muy fuerte. No es fácil sobrevivir como festival ya que la competencia es atroz. Locarno tiene un perfil muy particular porque mezcla los elementos de búsqueda formal y contenido junto con la posibilidad de exhibir las películas a un público enorme (10.000 espectadores).Tenemos una Piazza Grande, donde se muestra cine en una plaza. Nuestro público es muy apasionado por todo tipo de cine. Le interesa tanto el cine popular como el cine estético y de contenido.

¿Cuántas secciones tiene el festival?

Tenemos la competición oficial, otra sección son Los Cineastas del presente, La Piazza Grande y Opendoors Screenings. Esta última es la cara pública del Opendoors. Nosotros no sólo contamos con Workshops si no que también hacemos una retrospectiva del cine contemporáneo de América latina. Es decir Opendoors es además un programa de cine normal, con 30 películas latinas.

¿Qué proyectos son los que se invitan al festival?

Tenemos películas de Argentina, Brasil y México. Éstos son los países más importantes de la industria cinematográfica de Latinoamérica, porque tienen más dinero para hacer cine. Por lo general nosotros invitamos proyectos que no tienen una fuerte tradición cinematográfica. Invitamos a los responsables que son el productor y director. Ellos pueden encontrar en Locarno productores europeos que financien o coproduzcan sus ideas cinematográficas. Esta es la estructura que facilita, permite y fomenta el desarrollo de los proyectos. Una realidad muy importante de la producción de América Latina es la producción chilena. Este país en los últimos años ha desarrollado una estructura de producción muy importante. Hay muchos directores y realizadores jóvenes muy creativos y por eso es que este año hay 3 proyectos chilenos seleccionados (de un total de 12).

Son guiones de gente muy joven, como Matias Bize, que ya ha realizado 4 películas muy relevantes. Otros proyectos de importancia analizan la realidad chilena como es el caso de El verano de los peces voladores, de Marcela Said. Además nos hemos encontrado con proyectos muy poéticos como Sentados frente al fuego, de Alejandro Fernández, que nos adentra en un mundo muy alejado de la realidad urbana del nuevo Chile. Tenemos también un proyecto de Colombia, país con un gran futuro cinematográfico. Otros guiones vienen de Perú y Guatemala, donde casi no existe una industria cinematográfica.

¿Cuáles son las temáticas generales de las películas latinas?

Algunas películas hablan sobre conflictos sociales o temas políticos, otras cintas buscan analizar el universo espiritual o religioso del continente.

Los proyectos de este año. Siga leyendo.

Los proyectos seleccionados

El programa Opendoors tiene lugar entre el 9 y 13 de Agosto y se realiza con el apoyo de la Agencia Suiza para el desarrollo y la Cooperación. Este programa ayuda a cineastas en la ardua búsqueda de encontrar co-productores para que puedan realizar y concluir sus filmes. Opendoors se preocupa especialmente de aquellos países que tienen una magra industria fílmica. Los realizadores de las películas seleccionadas participarán en Workshops con productores y especialistas europeos. En el Opendoors se presentan este año doce películas, todas en etapa de guión, provenientes de diez países de Sudamérica.

Los proyectos invitados son:

Concordia, de Celina Murga (Argentina)

Corazón de Piedra, de Miguel Barreda Delgado (Perú)

Grietas 1 –El Chico que miente, de Marite Ugas (Venezuela)

El verano de los peces voladores, de Marcela Said (Chile)

El Vuelco del cangrejo, de Oscar Ruiz Navia (Colombia)

Fe, de Alejo Crisóstomo (Guatemala)

Jean Gentil, de Laura Amelia Guzmán (República Dominicana)

La vida de los peces, de Matías Bize (Chile)

Sentados frente al fuego,de Alejandro Fernández (Chile)

Tanta Agua, de Ana Guevara und Leticia Jorge (Uruguay)

Los últimos cristeros, de Matías Meyer (México)

O Homem das Multidoes, de Cao Guimarães y Marcelo Gomes (Brasil)