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Precios energéticos y efectos en la industria alemana

Brigitte Scholtes
2 de noviembre de 2022

En los últimos meses, se han cuestionado muchos de los pilares tradicionales del modelo económico alemán. ¿Cuál es el futuro de Alemania como plaza industrial?

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BASF en Ludwigshafen.
Nueva planta de acetileno de BASF en Ludwigshafen.Imagen: Xaver Lockau/BASF

El canciller alemán, Olaf Scholz, viaja estos días a China, acompañado de varios gerentes de grandes empresas industriales alemanas, y también de los jefes de BMW, VW, Bayer, BASF y Merck. Todos quieren seguir produciendo en China. "Tenemos un negocio muy, muy rentable en China, la mitad del mercado está allí", dijo recientemente el jefe de BASF, Martin Brudermüller.

Negocios indispensables con China

China sigue siendo vital para muchas empresas pero, desde el congreso del Partido Comunista hace unos días, surge la duda sobre si la cooperación lograda hasta ahora seguirá teniendo futuro. Muchas empresas alemanas obtenían energía barata, sobre todo, de Rusia. Y la materia y productos primarios baratos, en gran parte, de China, para luego fabricar productos de alta calidad en Alemania y exportarlos a precios altos.

Pero, desde la guerra en Ucrania, la situación ha dado un vuelco. Se está intentando compensar las carencias de gas, construyendo terminales de gas licuado, e impulsar la expansión de las energías renovables con más rapidez que antes. Muchas empresas, sobre todo las que consumen mucha energía, están haciendo recortes en la producción o cerrando parcialmente áreas comerciales para hacer frente al aumento de los precios de la energía, al menos a corto plazo. "Alemania, como polo industrial, está cada vez más presionada", dice Jupp Zenzen, experto en economía de la Asociación de Cámaras de Industria y Comercio Alemanas (DIHK). Esto también se refleja a corto plazo en el descenso de pedidos.

Tendencia a la baja, desde hace tiempo

Alemania experimenta una evidente tendencia a la baja desde hace años: en 2016, la producción industrial contribuyó con el 22,8 por ciento del valor agregado bruto; en 2022 fue el 20,8 por ciento. Y es probable que esta tendencia continúe así, teme Eric Heymann, economista del Deutsche Bank Research: "Si dentro de diez años miramos atrás, a la crisis energética actual, podremos observar que este momento es el punto de partida de la aceleración de la desindustrialización en Alemania".

Ulrich Kater, jefe economista de Dekabank, también cree que "de las empresas que consumen mucha energía, algunas ya han cerrado su producción y no la aumentarán como antes de la crisis". La razón es que en otras partes del mundo se puede producir más barato y con precios energéticos más bajos.

Además, las cadenas de suministro se vieron interrumpidas durante la panemia de coronavirus. Como resultado, muchas empresas decidieron volver a traer más producción a Alemania; también, al contrario, empresas que trasladan la producción al extranjero.

Producción de acero en Duisburgo.
Producción de acero en ThyssenKrupp en Duisburgo. ¿Dejará de ser rentable?Imagen: Rupert Oberhäuser/picture alliance

Déficits en Alemania
 

Pero también China intentará dejar de importar muchos productos, advierte Kater: "Los empleos industriales en Alemania están bajo presión, y es que muchos trabajos no cualificados serán remplazados por la tecnología de automatización. Todo esto sucederá en un periodo de cuatro a cinco años”.

Además, los retos actuales originados por China y la crisis energética también han dejado claro cuáles son los otros déficits en Alemania: "Hemos estado observando una erosión de la calidad de la plaza durante años”, afirma Krämer, quien señala las numerosas deficiencias en la infraestructura y el tiempo que lleva corregirlas.

"La desindustrialización no es solo un escenario de terror para las asociaciones empresariales", advierte el economista jefe de Commerzbank. Si no se solucionan estos problemas, las grandes empresas ofrecerán menos producción y habrá menos puestos de trabajo en Alemania en el futuro. "Para las medianas empresas alemanas, sobre todo en sectores de (consumo) intensivo de energía, adaptarse a un nuevo mundo energético será un gran desafío que hará que algunas empresas fracasen”, dice Eric Heymann, del Deutsche Bank Research.

(rmr/ers)