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Los judíos forman parte de Alemania, desde siempre

18 de febrero de 2021

Ya en tiempos del imperio romano, los judíos estaban asentados en la zona del Rin. Alemania conmemora 1.700 años de vida judía, aniversario que invita a mirar hacia atrás y también hacia adelante, opina Christoph Strack.

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Beginn des siebentägigen jüdischen Laubhüttenfests
Imagen: Annette Riedl/dpa/picture alliance

Es un período de tiempo casi inimaginable: en 2021, Alemania conmemora al menos 1.700 años de vida judía en la región del Rin y al norte de los Alpes. El testimonio escrito más antiguo sobre este hecho es un decreto del césar Constantino I que data del 11 de diciembre del año 321 y se conserva en la Biblioteca Vaticana. En el escrito, dirigido a los concejos municipales de la ciudad de Colonia, el mandatario dispuso que estaba permitido "nombrar judíos en el concejo". Al parecer, en Colonia había habido polémica con ese asunto.

1.700 años, un largo puente entre el pasado y el presente. Lo antiguo de este decreto queda patente al recordar otra fecha de fundamental importancia para Europa. A principios de marzo del mismo año 321, Constantino I reguló la celebración de la resurrección tras el 'Sabbat', el domingo, que hasta hoy se considera como jornada de descanso. Constantino, que luchó y venció en el mundo entonces conocido y que, supuestamente, se hizo bautizar en su lecho de muerte en el año 337, transformó la política religiosa en política de dominio y mecanismo de creación de identidades.

Convivencia problemática

El significado del decreto del 11 de diciembre de 321 puede resumirse en la frase: "Los judíos son parte de la comunidad" y no aparecieron en algún momento indeterminado.  Son 1.700 años de altos y bajos, también con terribles atrocidades. La convivencia ha sido problemática y rara vez distendida. "No hubo muchos días buenos", dice a DW Andrei Kovacs, director de la asociación "321 - 2021: 1.700 de vida judía en Alemania". Marginación, persecuciones, asesinatos rituales, cruzadas contra judíos, antijudaísmo, antisemitismo y odio racial. Cada ciudad alemana con larga tradición judía encierra recuerdos terribles desde mucho antes de la llegada del nacionalsocialismo. Sí, es cierto que también hay una rica cultura y magníficos éxitos en el área científica. Los nombres de numerosos premios Nobel judíos alemanes son demostración de ello. Todos debemos recordarlo, no solo la comunidad judía.

Deutsche Welle Strack Christoph Portrait
Christoph Strack, de Deutsche Welle. Imagen: DW/B. Geilert

Y todavía más importante es, en este año conmemorativo, echar una mirada conjunta hacia el pasado y hacia el futuro. La vida judía en la Alemania de 2021 es más diversa que nunca tras el Holocausto. Aquí estudian de nuevo los futuros rabinos (y rabinas) liberales, conservadores y ortodoxos. Hay comunidades largo tiempo establecidas, una acusada vida secular y también incipientes pero fuertes brotes de diversidad muy seguros de sí mismos. Tras 1990 tuvo lugar la migración judía procedente de la antigua Unión Soviética y, desde entonces, se está produciendo en muchas comunidades un trabajo de integración increíblemente comprometido y a menudo pasado por alto. El año conmemorativo quiere poner de manifiesto la vitalidad judía. 

No marginar a las minorías

El edicto de Constantino I se refería en última instancia a la integración política de los ciudadanos judíos en las comunas. Y eso es algo que hasta hoy se mantiene: los ciudadanos judíos son la excepción en la política alemana. Sí, es cierto que hay una primera ministra regional, un primer alcalde y algún que otro diputado regional o político comunal. Los apenas 200.000 judíos son una minoría. A pesar de ello, Constantino I advirtió a los notables de Colonia para que no los marginara. Eso es algo válido para la política de entonces y la de hoy, y no solo con relación a los judíos, sino también con todas las minorías del sistema, tanto en Alemania como en el escenario internacional.

Vida judía en Alemania

Este aniversario es motivo de celebración. En primer lugar, para los propios judíos en Alemania. Pero, en realidad, toda la sociedad, toda Alemania, debería festejar y reflexionar, celebrar y mirar hacia adelante. Sentir agradecimiento por lo logrado y pensar con optimismo que no se olvidará lo sucedido. El pasado ya pasó, pero no debe olvidarse. Así se puede mirar con optimismo hacia un futuro común. (ms/cp)