Los pequeños barones alemanes del café
22 de agosto de 2004Escondido en un traspatio de Ottense, distrito de Hamburgo, se encuentra un almacén que lleva el nombre de “El rojito”. Dentro se amontonan cartones de café con el nombre de “La Cortadora”, “Flor de café”, “Sandino”. Provienen preponderantemente de Nicaragua o El Salvador.
La importadora “El rojito” existe desde 1987, sus raíces se encuentran en el movimiento de solidaridad con Nicaragua y la revolución de 1979, el nombre “El rojito” recuerda estos tiempos. Pero desde entonces mucho ha cambiado. “El rojito” es una empresa independiente y exitosa y uno de los importadores de café más pequeños de Alemania que demuestra que el comercio justo y las ganancias no se excluyen.
Reunidos bajo MITKA
“El rojito” importa cerca de 45 toneladas de café al año. Las importaciones se efectúan a través de la “Importadora–Exportadora Centroamericana de Café S.A” (MITKA) desde su sede en Berlín. MITKA organiza la compra de grano para 8 tostadoras pequeñas, que unidas importan cerca de 100 toneladas al año.
Hacia finales de la temporada los directores de MITKA viajan junto con los representantes de las pequeñas importadoras a Sudamérica en donde se entrevistan con sus socios de Nicaragua, El Salvador y México, para negociar y observar de cerca las condiciones de producción de los agricultores.
Los volúmenes importados son en comparación con el resto del mercado alemán muy reducidos, cerca de 2000 sacos de café a 69 kilogramos, frente a los cerca de 9 millones que importa el resto de los tostadores alemanes.
No existe gran relación entre estos pequeños importadores y las grandes empresas, a las que les importa poco las condiciones de trabajo y los salarios de los agricultores en América Latina, justamente los valores tradicionales de “El rojito” y los otros 7 pequeños importadores.
Críticas a Transfair y Gepa
Magnus Kersting, director de “El rojito”, critica a marcas como Transfair y Gepa, las marcas que un inicio abanderaban el comercio alternativo y justo. Al principio comerciaban con criterios claros y específicos, compraban la libra a 1,32 dólares. Mientras tanto el café de Transfair y de Gepa, a decir de Kersting, es en un 99 por ciento café regular, es decir, ofrecen el mismo grano que los grandes competidores.
El café ofrecido por “El rojito” es café orgánico. Las plantas se cosechan sin utilizar herbicidas y bajo árboles que dan sombra. Además se tratan de grano limpio, es decir, no se mezclan las cosechas, pues como en el vino, cada una es distinta. El café convencional por lo general es una mezcla, pues lo que se persigue es que el sabor y el gusto sea siempre el mismo para que se identifique con una marca.
El comercio del café importado por los pequeños importadores alemanes se organiza con mucha fantasía y estrategia. Ya no se trata de vender bajo la bandera de ayuda al tercer mundo. Los importadores reunidos en MITKA trabajan de forma profesional. Gracias a la calidad permanente sus volúmenes de importación se mantienen desde hace años o registran incrementos menores.
El último éxito logrado por “El rojito” es el grano verde de Nicaragua que se tuesta en casa sobre una sartén o en el horno. Los tostadores pueden evitarse así tener que pagar el impuesto alemán al café.