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Los desafíos de Francia durante su presidencia de la UE

Jack Parrock
5 de enero de 2022

El gobierno francés espera usar su periodo de seis meses al mando de la Unión Europea para abordar los retos económicos, educativos, migratorios y militares. El país también se prepara para las elecciones presidenciales.

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El presidente francés, Emmanuel Macron.Imagen: Ludovic Marin/AP Photo/picture alliance

La primera reunión semanal de este 2022 en la que participan los 27 comisarios de la Unión Europea (UE) se celebra en la capital francesa, París, a pesar del elevado número de casos de Covid-19 en Europa y, en particular, en Francia.

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha presentado un ambicioso plan para liderar la UE, con la esperanza de impulsar una serie de asuntos clave durante los próximos seis meses.

En su declaración inicial, Macron dijo que "la presidencia francesa debe ser el momento de la verdad para la regulación y la responsabilidad de las plataformas digitales, el precio del carbono en las fronteras europeas sobre los productos importados, los salarios mínimos y nuestra relación con África".

Lo que no es habitual que ocurra durante una presidencia de la Unión Europea es que, en el curso de su mandato, Francia celebrará elecciones presidenciales en abril. 

El eje franco-alemán

Francia asume la presidencia de la UE en reemplazo de Eslovenia, país que sucedió a Alemania tras el primer semestre de 2021. Con el canciller Olaf Scholz tomando el relevo tras 16 años de Angela Merkel al frente de Alemania, las prioridades políticas de la presidencia francesa serán una prueba para la nueva relación entre París y Berlín.

"Cómo Macron será recibido en general por Berlín es todavía una pregunta abierta", dijo a DW Jon Worth, un destacado bloguero de la UE. 

"En cuanto a la política energética, especialmente la nuclear, hay una tensión evidente, pero Scholz tendrá una línea más blanda que la de la administración de Merkel. También sigue habiendo un choque de estilos entre el más audaz y asertivo Macron y el muy discreto Scholz", agregó Worth.

El nuevo gobierno alemán ha mostrado abiertamente su compromiso con la relación franco-alemana, con varios ministros de alto nivel y el propio canciller dirigiéndose directamente a París en los días posteriores a su toma de posesión.

EU-Gipfel in Brüssel | PK Scholz und Macron
El presidente francés, Emmanuel Macron (izq.), junto al canciller alemán, Olaf Scholz.Imagen: John Thys/AP Photo/picture alliance

Agenda digital

Durante la presidencia de la UE, Macron quiere sacar adelante dos importantes textos legislativos de la UE sobre protección digital. La Comisión Europea presentó en diciembre de 2020 las propuestas de la Ley de Servicios Digitales (DSA) y la Ley de Mercados Digitales (DMA), y París espera que las negociaciones con el Parlamento Europeo y entre los gobiernos de la UE puedan completarse mientras Francia lidere el bloque.

Por un lado, la DSA sería una ley de gran alcance para luchar contra la desinformación, las prácticas publicitarias turbias y los contenidos ilegales en línea. Por el otro, la propuesta de la DMA se centra en reducir el control de las multinacionales tecnológicas en línea y evitar que abusen de su posición de poder.

"Podemos esperar que la presidencia francesa se centre en reforzar las medidas para combatir los contenidos ilegales en línea, salvaguardando las medidas de diligencia debida, así como en impulsar una fuerte aplicación centralizada del futuro reglamento DSA", dijo a DW Eliska Pirkova, analista de políticas europeas de Access Now.

Acción climática

Otra de las principales preocupaciones de la nueva presidencia es intentar que la UE aplique un impuesto sobre las emisiones de carbono producidas fuera de las fronteras europeas. Francia ha sido durante mucho tiempo uno de los países que más ha reclamado la aplicación de impuestos adicionales a los productos y servicios que emiten grandes cantidades de CO2 y que entran en la UE.

En sus propuestas para alcanzar una reducción del 55% de las emisiones de aquí a 2030, la Comisión Europea presentó un plan conocido como Mecanismo de Ajuste de las Emisiones de Carbono en las Fronteras (CBAM, por sus siglas en inglés). Se trata de una primicia mundial que afectará a las industrias de altas emisiones, como las del acero, el cemento, el aluminio, los fertilizantes y la producción de energía.

El economista André Sapir, miembro del think tank Bruegel, explicó a DW que "hay diversas dudas por parte de varios Estados miembros de la UE por el temor a las represalias de terceros países que se verán afectados por el impuesto sobre el carbono, lo que implica, en mi opinión, que la UE necesita negociar con terceros países antes de aplicar el impuesto".

Otros temas que la Presidencia francesa tiene previsto abordar son el salario mínimo en toda la UE, así como también gravar a las empresas digitales globales y, potencialmente, adaptar las normas de la UE sobre la financiación gubernamental de ciertas industrias para poder competir con actores globales como China y Estados Unidos.

 (ju/er)