Los páramos, ecosistemas donde estalla la vida
En el páramo la vida transcurre en medio de condiciones extremas, agravadas por el efecto del cambio climático y de los fenómenos de El Niño y La Niña. Los animales también luchan por sobrevivir a los incendios.
Una explosión de vida en las alturas
Los páramos se ubican en Costa Rica y a lo largo de los Andes. Son el hogar para muchas especies de plantas y animales que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Además, son un elemento clave en el abastecimiento de agua de los países andinos. Si bien sólo se encuentran en América, existen ecosistemas de características similares en algunas montañas de África y Oceanía.
El abrigo esponja de los frailejones
Los frailejones son característicos de los páramos, y allí sobresalen por su apariencia. Sus hojas están cubiertas de vellosidades y reposan sobre un tallo cubierto de hojas muertas color café que crece lentamente hasta alcanzar metros de altura. Así atrapan la humedad del aire para fijarla en sus tallos o en el suelo, mientras, al mismo tiempo, protegen sus partes más sensibles del frío.
El cóndor, un ave insignia
El cóndor es una de las aves más grandes del mundo y anida en áreas de páramo, como en Cerrito, Colombia. Se sabe que vuela a grandes distancias, cubriendo sin esfuerzo más de 150 kilómetros por día. No sólo se lo ve remontando los cielos, sino también en los escudos nacionales de varios países andinos. Sin embargo, el cóndor entró a la lista roja de especies amenazadas en 2020.
Un visitante de tierras más bajas
Los venados de cola blanca han sido cazados en los páramos por siglos. No suelen vivir allí, pues no hay bosques para esconderse y el alimento es restringido. Prefieren los bosques andinos de menor altitud, aunque se los ha visto pastando en el páramo, incluso junto al ganado. Este venado y sus subespecies se encuentran en todo el continente americano.
Un vegetariano noctámbulo
El tapir es un herbívoro emparentado con el caballo, que llegó a la región hace más de un millón de años. El cuerpo de esta subespecie que vive en los páramos es similar en tamaño al de un burro, cubierto de pelaje denso y corto. También llamado tapir andino o danta peluda, este animal es uno de los dos mamíferos más grandes del páramo junto al oso de anteojos.
El zorro andino
No en todos los páramos se ven zorros andinos como este avistado en Ecuador, pues estos ecosistemas no son idénticos entre sí. Esto se conoce como “insularidad continental”, un fenómeno en el que cada páramo funciona como una isla con formas de vida únicas, que no existen en las demás islas-páramos.
El único oso de Sudamérica
El oso de anteojos recibe su nombre por las manchas blancas que tiene en la cara. Aunque son omnívoros, se alimentan sobre todo de frutos y hojas. Algunos cultivos, así como el ganado, también entran en su dieta. Tanto los conflictos con ganaderos y agricultores como el uso de sus partes para rituales han menguado las poblaciones de osos en los páramos y bosques andinos.
El páramo de Berlín tras el incendio
Cuando el páramo se quema, las aves y los grandes mamíferos son los primeros en huir. Los más afectados suelen ser plantas, serpientes, polluelos y pequeños animales que viven en la tierra, como ratones o conejos. A veces, grandes animales que transitan el páramo mueren entre las llamas, como en el páramo de Berlín, en Colombia, donde se encontraron los restos calcinados de un oso hormiguero.