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PolíticaAfganistán

Los talibanes dan garantías a la resistencia para que vuelva

10 de enero de 2022

El ministro talibán de Relaciones Exteriores se reunió en Teherán con el hijo del comandante Masud, feroz adversario de su régimen, y le aseguró que podía regresar sin miedo a Afganistán.

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Ahmed Massud, durante un discurso en París en el que llamó a la resistencia contra los talibanes en marzo del año pasado.
Ahmad Masud, durante un discurso en París en el que llamó a la resistencia contra los talibanes en marzo del año pasado.Imagen: Kyodo News/imago images

"Les aseguramos que cualquier persona puede venir a Afganistán y vivir sin preocupaciones", declaró este lunes (10.01.2022) el ministro talibán de Exteriores en una declaración difundida en redes sociales por la televisión pública afgana. Amir Khan Muttaqi lideró el fin de semana una delegación del régimen afgano que visitó Irán en su primer viaje a ese país, pero hasta ahora no había hecho ninguna alusión al encuentro que mantuvo con Ahmad Masud y con un conocido señor de la guerra afgano, Ismail Khan, históricamente radicado en Herat, cerca de la frontera iraní.

"Esta es la casa de todos y no le creamos problemas de seguridad a nadie. Todo el mundo puede venir libremente y vivir" en Afganistán, añadió. El hijo del legendario comandante Masud, asesinado en 2001 por Al Qaida, dirige el Frente Nacional de Resistencia (FNR), que prometió "continuar" con su lucha tras la llegada al poder de los talibanes, a mediados de agosto. Sin embargo, su último reducto de resistencia, el valle del Panshir, al norte de Kabul, fue tomado por los islamistas a finales de septiembre.

Además, Muttaqi habló de su visita a Irán y dijo que tuvo lugar en "un clima cordial" y que había "hablado sobre todos los temas [...], entre ellos la economía y el comercio". Irán, como el resto de la comunidad internacional, no ha reconocido el Emirato islámico desde que los talibanes ascendieran al poder, aprovechando una retirada de las tropas estadounidenses. Teherán tampoco reconoció el primer régimen de los islamistas (1996-2001), aunque en las últimas semanas se han producido acercamientos entre ambos gobiernos.

La diplomacia talibán, no obstante, está sumida en el caos. El embajador en Pekín, por ejemplo, presentó hoy su dimisión a través de Twitter tras seis meses sin recibir fondos del gobierno talbián ni siquiera para pagar los salarios de los empleados diplomáticos. Muchas embajadas afganas en el mundo se encuentran además en una posición incómoda, dirigidas por diplomáticos leales al antiguo gobierno prooccidental derrocado por los talibanes.

Cuando regresaron al poder, los talibanes decretaron una amnistía general y aseguraron que los exmilitares o empleados del anterior gobierno afgano no estaban amenazados. Pero, a pesar de esas promesas, varias oenegés consideran que al menos 100 exagentes de la policía y de los servicios de inteligencia han desaparecido desde entonces o han sido víctimas de ejecuciones sumarias. El sábado, un profesor universitario, crítico con los talibanes, fue detenido.

lgc (afp/efe)