Loveparade: ¿Quién es responsable?

Para dar inicio a la investigación de homicidio por negligencia de la tragedia del Loveparade del pasado sábado (24.07.2010), en la que murieron 20 personas y resultaron heridas más de 500, según las últimas cifras dadas a conocer hoy, la fiscalía confiscó el concepto de seguridad elaborado por la ciudad de Duisburgo y los organizadores del mega evento. Sin embargo, antes de semanas, incluso meses, no se sabrá quién o quiénes son los responsables. Según el fiscal Rolf Haferkamp, además de la revisión de múltiples documentos, también analizarán "numerosas fotografías y videos".

En el aire quedan muchas preguntas. Las autoridades responsables de la vigésimo primera y última versión del Loveparade no pudieron explicar el domingo (25.07) en la rueda de prensa qué fue lo que salió mal, aunque los análisis y críticas a la planeación y manejo de la seguridad del evento fueron públicas desde el comienzo.

¿Tragedia anunciada?

De acuerdo con el diario Kölner Stadt-Anzeiger, la catástrofe de Duisburgo habría podido ser evitada. Ya en octubre de 2009, la policía y los bomberos locales comunicaron en un documento al alcalde de la ciudad, Adolf Sauerland (CDU), las numerosas deficiencias del plan de seguridad preparado para el Loveparade.

Tanto los bomberos como la policía señalaron que la antigua estación de trenes de carga de Duisburgo no era el recinto apropiado para celebrar uno de los eventos de música electrónica más grandes de Europa. El espacio previsto para el Loveparade de 2010 tenía 230.000 metros cuadrados, con un aforo para 300.000 personas, lo cual no era suficiente para albergar a los cientos de miles e incluso más de un millón de personas que suelen acudir a este tipo de eventos.

El alcalde Sauerland prometió este lunes (26.07) en una entrevista a la estación radial WDR2 esclarecer la responsabilidad de la tragedia. También estaría considerando dimitir su cargo. "La pregunta sobre la responsabilidad ya se hizo, también sobre la mía", dijo el mandatario.

"Seguridad cuesta dinero"

El concepto de seguridad, elaborado por los administradores de Duisburgo y los organizadores del evento no tuvo en cuenta varios factores de manejo de riesgo para situaciones de pánico en masa, aparentemente por razones de presupuesto.

El Profesor de Física de Transporte y Movilidad, Michael Schreckenberg, dijo ala edición de Internet del semanario Der Spiegel que él había insistido a los organizadores monitorear a través de video el túnel, el único camino que conducía al lugar del evento. "Así se habría visto desde afuera un cambio en el comportamiento de la masa, para poder entrar en acción", explicó Schreckenberg. "El problema no es la masa sino la densidad", agregó el experto. Por lo que otra estrategia a tener en cuenta por los responsables del Loveparade era mantener el acceso al túnel con menos personas. Ambos puntos fueron ignorados.

Cálculo errado

Para el Sindicato Alemán de Policías el problema de seguridad del Loveparade, que detonó la muerte de 19 personas, entre las cuales a parte de alemanes también se encontraban jóvenes procedentes de Holanda, Australia, Italia, China, España y Bosnia Herzegovina, comenzó posiblemente con un cálculo errado de la cantidad de participantes.

Aunque la ciudad sólo había autorizado la entrada de 250.000 asistentes, el festival atrajo alrededor de 1,4 millones de personas. Erich Rettinghaus, presidente de la oficina regional del sindicato en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, dijo al canal alemán ZDF que para el direccionamiento de las masas hacia el campo cerrado de la vieja estación los organizadores enviaron "información continua" mediante megáfonos. Sin embargo, según Rettinghaus, en el ruidoso contexto y con el alcohol que habían ingerido las personas, los mensajes no fueron escuchados ni respetados.

“El Loveparade se acabó”, dijo Rainer Schaller, artífice del evento, en la rueda de prensa en la las autoridades afrontaron preguntas, pero ofrecieron pocos detalles, sobre las razones de lo ocurrido. La pregunta de quién es responsable queda en el aire.

Autora: Cristina Mendoza Weber / agencias
Editor: Enrique López