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Ludwigshafen: la tragedia de un incendio y lo que viene después

Luna Bolívar Manaut7 de febrero de 2008

Se pide calma, pero la tensión flota en el aire. El incendio de un edificio en la ciudad alemana de Ludwigshafen, habitado por ciudadanos de origen turco, corre el peligro de sucumbir al circo político, y al mediático.

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Era carnaval en Ludwigshafen, pero la alegría se esfumó pronto.Imagen: AP

El 23 de noviembre de 1992, dos niñas de 10 y 14 años y su abuela de 51 morían en Mölln, una pequeña ciudad del norte alemán. Sus casas, de inquilinos con ascendencia turca, habían sido atacadas con cócteles molotov. Al grito de “¡Heil Hitler!” y a través del teléfono de la policía se adjudicaban personajes anónimos la autoría de los hechos.

El 29 de mayo de 1993 los sucesos se repiten, esta vez en Soligen, en el oeste del país. Cinco personas, dos mujeres y tres niñas de 12, nueve y cuatro años, también turco-alemanas, fallecen en el incendio que un grupo de neonazis provoca en el edificio en el que viven.

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Una bandera turca ondea frente al edificio incendiado en Ludwigshafen.Imagen: picture-alliance/ dpa

El pasado domingo, el hogar en Ludwigshafen, Renania Palatinado, de diversas familias de origen turco fue de nuevo pasto de las llamas. Nueve personas murieron, entre ellas cinco menores, y 60 resultaron heridas. Las imágenes de la casa ardiendo, de sus ocupantes saltando por las ventanas, de los bomberos rescatando niños, han convulsionado no sólo a Alemania, sino también a toda Europa.

¿Otro ataque de la extrema derecha alemana? Turquía ha decidido convertir el asunto en una cuestión de Estado. Primero solicitó enviar a expertos propios a Alemania. Éstos, sin poder intervenir realmente en una investigación cuya jurisdicción se les escapa, no tienen más función que la de “vigilar” a la policía germana. Ahora, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, visita el lugar de la tragedia y pronunciará un discurso en la ciudad de Colonia.

El problema del tiempo

BdT Trauer am ausgebrannten Wohnhaus in Ludwigshafen
Flores y solidaridad: unos 50.000 euros se han recaudado para ayudar a las víctimas.Imagen: picture-alliance/ dpa

“No descartamos ningún origen del incendio”, declaró el fiscal responsable del caso, Lothar Liebig. No se descarta la agresión con trasfondo racista: el centro cultural situado en la planta baja del inmueble ya había sido asaltado con cócteles molotov en 2006 y en las paredes del edificio se han encontrado escrita la palabra “Hass”, “odio”, y dibujados símbolos nacionalsocialistas. Pero tampoco se descarta que el fuego haya sido provocado por un cortocircuito o algún defecto técnico.

Ante las cámaras de televisión, dos de las niñas que se salvaron de las llamas declararon haber visto como un hombre iniciaba el incendio en las escaleras de la casa. Pero la fiscalía advierte: las pequeñas están traumatizadas por lo vivido y muy influenciadas por lo que está sucediendo a su alrededor. Habrá que preguntarles de nuevo.

Deutschland Türkei Ludwigshafen Brand Polizist mit Spürhund
Por fin pudieron acceder al edificio 10 policías y dos perros.Imagen: AP

“Vamos a aclarar los hechos”, aseguró Maria Böhmer, responsable de la cartera de Integración en el Estado de Renania Palatinado. Para ello, se ha creado una comisión especial formada por 50 investigadores. Pero “habrá que tener paciencia”, advierte Liebig. Hasta ayer la policía no pudo entrar en el edificio debido al enorme peligro de desplome. La búsqueda de huellas tuvo que llevarse a cabo examinado los pedazos desprendidos del inmueble.

Sin embargo, las rotativas de la prensa turca no tienen tiempo para esperar al informe policial. Ellas ya han dictado sentencia: sus connacionales fueron víctimas de la violencia neonazi, los bomberos alemanes llegaron tarde al rescate, en la policía germana no se puede confiar. El jefe del Gobierno turco, muy presionado en su país, se ha visto obligado a actuar.

“Erdogan quiere ganar puntos con el incendio en Ludwigshafen: lo ha convertido en una batalla personal para poder adornarse con su intervención en el asunto”, opina Lale Agkün, delegada del grupo parlamentario socialdemócrata para cuestiones relacionadas con el islam. En Alemania residen casi dos millones de turcos.

Caldeado un ambiente en el que los “rescatadores se convierten en culpables” ¡Siga leyendo!

Bei einem Wohnungsbrand in Ludwigshafen kamen mehrere Menschen ums Leben.
La prensa turca acusa a los bomberos de tardar 20 minutos en llegar. Ellos lo niegan.Imagen: AP

Ambiente caldeado

20 minutos tardaron los bomberos en acudir al lugar del incendio, escriben los periódicos turcos. A las 16:22 se recibió la primera llamada de auxilio, dos minutos después llegaron los dos primeros coches de bomberos, tres minutos más tarde otros seis vehículos, aseguran los funcionarios alemanes.

“Me parece triste que por culpa de los titulares tengamos que proteger a personas cuyo trabajo es salvar vidas”, lamentó el jefe de la policía germana, Wolfgang Fromm. El ambiente ha sido caldeado hasta tal punto que un turco llegó a agredir a un bombero en un bar. “Los rescatadores se están convirtiendo en los culpables”, se queja Fromm. No hay que olvidar, dice Böhmer, que 47 personas salvaron la vida y que muchos bomberos han tenido que recibir tratamiento psicológico tras la dramática experiencia.

Esvásticas y fotografías de las “SS” pintadas en las paredes del edificio incendiado adornan los artículos de la prensa turca, por eso muchos consideran que los cuatro expertos enviados por Ankara para “inspeccionar” el trabajo de las autoridades alemanas podrían ayudar a calmar los ánimos y otorgar cierta seguridad sobre el rigor con el que se lleva a cabo la investigación.

Política turca en Alemania

Salvo por el sindicado policial, que considera que “no existe la más mínima razón para desconfiar de la policía alemana”, los cuatro expertos han sido bien acogidos en Alemania. Pero con la mano política se tiene menos condescendencia.

Maria Böhmer mit türkischem Staatsminister in Ludwigshafen
Mustafa Said Yazicioglu y Maria Böhmer en Ludwigshafen.Imagen: AP

Ya el ministro de Estado para los “turcos en el extranjero”, Mustafa Said Yazicioglu, estuvo en Ludwigshafen. Ahora Erdogan ha adelantado su visita a Alemania, donde se reunirá el viernes en Berlín con la canciller, Angela Merkel, y estará el sábado en la Conferencia de Seguridad de Múnich, para depositar una corola de flores ante el destruido edificio.

“La política haría muy bien en no especular [sobre las causas del incendio] en ninguna dirección y dejar a los expertos que hagan su trabajo”, declaró el jefe de la fracción democristiana, Wolfgang Bosbach, en la cadena de radio Deutschlandfunk. “Si el debate político interno turco se traslada a Alemania, me parecería problemático”, añade el político haciendo referencia al discurso que Erdogan planea pronunciar en Colonia el próximo domingo, y para el cual cuelgan en la ciudad a orillas de Rin carteles políticos en turco.