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ConflictosBielorrusia

Lukashenko ayuda a Putin contra el motín del Grupo Wagner

Grzegorz Szymanowski
26 de junio de 2023

Alexander Lukashenko ayudó a Vladimir Putin a poner fin al motín del jefe del Grupo Wagner. Eso implica un cambio de roles: en el pasado, Lukashenko necesitaba ayuda del Kremlin, y hoy fortalece su posición.

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Alexander Lukashenko y Vladimir Putin.
Alexander Lukashenko (dcha.), presidente de Bielorrusia, y Vladimir Putin, su par de Rusia.Imagen: Vladimir Smirnov/TASS/dpa/picture alliance

Quería ir a Moscú, pero ahora se dirige a Minsk. El jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, ya se dirigía a la capital rusa, cuando el despacho presidencial de Bielorrusia anunció que "Prigozhin aceptó la propuesta del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, de detener el movimiento de personas armadas de la compañía Wagner en territorio ruso, y de tomar otras medidas para la desescalada de las tensiones”. De pronto, Lukashenko es quien ha protegido a Vladimir Putin de la desestabilización de Rusia, en medio de la guerra en Ucrania. "Estamos muy agradecidos con el presidente bielorruso por sus esfuerzos”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Un comentarista de la televisión rusa incluso dijo que Lukashenko "merece un monumento en el mejor lugar de Moscú”. Pero ¿cómo fue posible esto, y cuál será el rol de Bielorrusia en el futuro próximo?

Ya durante la revuelta se vislumbraba que Lukashenko respaldaría a Putin. Ese día, hablaron al menos dos veces por teléfono. Según el Kremlin, Lukashenko le ofreció su mediación a Putin porque él conoce personalmente a Prigozhin desde hace 20 años. Al mismo tiempo, el Consejo de Seguridad bielorruso explicó que "Rusia es un aliado y lo seguirá siendo”, y que cualquier conflicto dentro de Rusia es "un regalo para el colectivo de Occidente”.

"Lukashenko tiene interés en prevenir una crisis de gran envergadura en Rusia”, dijo a DW Yauheni Preiherman, director del Consejo de Relaciones Internacionales ‘Diálogo de Minsk'. La gran preocupación en Minsk es que los combates en Ucrania pudieran extenderse a territorio bielorruso, añadió. Un temor para nada infundado, según demuestra el llamamiento de opositores a Lukashenko del Regimiento Kalinouski, formado por voluntarios que luchan del lado de Ucrania contra Rusia. Durante la revuelta de Prigozhin, declararon en un video que estaban listos para aprovechar la oportunidad y pronto "liberar militarmente a Bielorrusia de la dictadura y la ocupación". "El interés de Lukashenko es evitar que algo así suceda", dice el politólogo.

Putin y Lukashenko: intercambio de roles

Aunque están vinculados por una Unión de Rusia y Bielorrusia, ratificada en 1999, Lukashenko ha tratado en los últimos años de lograr cierta autonomía con respecto a Putin. "Su relación siempre ha sido bastante tumultuosa, con muchos altibajos", dice Preherman. Pero, a más tardar, desde mitades de 2020, Lukashenko depende completamente de Putin. En ese año, el presidente bielorruso se enfrentó a masivas protestas de la población. Miles pedían su renuncia. Pero el Kremlin apoyó a Lukashenko con créditos y el anuncio de una posible intervención. Lukashenko reprimió brutalmente las protestas, y los líderes opositores fueron detenidos o forzados al exilio.

Pero ahora, Putin y Lukashenko parecen haber intercambiado sus roles, sostiene la defensora de derechos humanos bielorrusa Olga Karatsch, directora de la organización Nuestra Casa. "Antes, Lukashenko solía desempeñar el papel de un peticionario que no podía restablecer el orden en su propio país por su cuenta. (…) Ahora, Putin estaba en una situación en la que solo podía restaurar el orden con ayuda externa”, explica a DW.

Alivio en Moscú

Eso beneficiará al mandatario bielorruso también en la política interna, estima Karatsch. Recientemente se especuló sobre el estado de salud, aparentemente malo, de Lukashenko, de 68 años. Ahora, "su autoridad, justamente en el aparato de seguridad bielorruso se ha vuelto mayor”, subraya la activista, lo cual debilitará a la oposición bielorrusa.

Hasta el momento se han dado a conocer pocos detalles sobre el acuerdo negociado entre Lukashenko y Prigozhin. Sobre todo, si tras la esperada llegada a Minsk se quedará allí o seguirá hacia otro país. Luego de la rebelión en Rusia, Lukashenko quiere vigilar de cerca al jefe mercenario: "Prigozhin no será capaz de establecerse en Bielorrusia como logró hacerlo en Rusia”, afirma Preiherman.

Pero, a pesar del fortalecimiento de su rol, Lukashenko, sancionado por Occidente, seguirá dependiendo de Rusia en el futuro. Bielorrusia "está determinada por el desarrollo del régimen ruso. Y hoy ha sufrido el golpe político más duro de las últimas décadas. Ha quedado al descubierto el alcance de su fragilidad, hostilidad interna y caos", analiza el politólogo bielorruso Artem Schraibmann en el portal web Zerkalo.

La mayor ventaja de Lukashenko después de las negociaciones podría ser que volviera a perfilarse como interlocutor en la región. El día después de la revuelta fallida en Rusia, el secretario del Consejo de Seguridad de Ucrania, Oleksiy Danilov, escribió que la participación de Lukashenko en las negociaciones entre Rusia y Ucrania "no está excluida".

(cp/el)