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Líder en la producción agrícola ecológica

Daniela Englert16 de agosto de 2003

Las asociaciones de agricultores ecologistas tienen una larga tradición en Alemania. Después del auge del sector registrado por la crisis de la vacas locas, experimentan actualmente una fase de estabilización.

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Trigo de calidad y vacas felices, los productos ecológicos están de moda.Imagen: AP

Desde que surgió el movimiento ecologista en los años ochenta, Alemania mantiene un papel puntero en la producción de productos agrícolas ecológicos. La mayoría de los productores están organizados en una de las ocho asociaciones de la agricultura orgánica del país. Entre ellas figuran marcas conocidas como Demeter, Bioland o Naturland. Esta última coopera con asociaciones en otros países, por ejemplo México y Ecuador. Pero la mayoría de ellas se concentran en el mercado regional o nacional y principalmente agrupan a productores pequeños y medianos con un promedio de hasta 52 hectáreas de cultivo.

En el mundo agrobiológico se reflejan estructuras similares a las que dominan en la agricultura convencional: Las haciendas más grandes se encuentran en la parte oriental del país, donde la mayor parte de las granjas colectivas fue privatizada después de la unificación alemana. Los grandes campos de producción ecológica tienen en promedio unas 190 hectáreas.

Efectos estructurales del subsidio

Originalmente Europa contaba con un sector agropecuario muy disperso, es decir, con una gran cantidad de pequeños agricultores. Pero la transformación estructural del sector, especialmente los subsidios desmedidos, ha desembocado en un fuerte proceso de concentración de tierras. Así lo que constató el presidente del Comité de Asuntos Agrícolas del Parlamento Europeo, Friedrich Wilhelm Graefe zu Bahringdorf, en una entrevista con la Deutsche Welle: "Si no se hubieran otorgado tantas subvenciones en el pasado, habría muchas más empresas en la agricultura. Las subvenciones orientaron al sector hacia la racionalización y a que se concentrara en la producción industrial de productos agrícolas, en vez de optar por la producción de alimentos de calidad." Por lo mismo, Bahringdorf considera ventajosa las reformas en la política agraria de la Unión Europea impulsada por el comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler.

"La práctica por parte de la industria alimentaria de bajar los precios a los agricultores en el momento en que aumentan los subsidios ya no será posible", explica Bahringdorf, quien es además miembro del partido ecologista Los Verdes, y agricultor.

El sello "bio" para la Unión Europea

Recientemente se introdujo un sello universal para los productos orgánicos europeos. Sólo los alimentos que cumplan con un estándar mínimo en la producción orgánica podrán llevarlo. Esto representa mayor transparencia para el consumidor. Entre los agricultores ha surgido una discusión sobre el posible efecto que el sello tendrá en el volumen de ventas de las asociaciones. Bahringdorf considera "un error responsabilizara a la introducción del sello "bio" de la actual debilidad que registra el mercado. Esto tiene que ver con la situación del mercado en general."

El mercado orgánico alemán crece continuamente. Según datos del Instituto Federal para Agricultura y Alimentación (BLE), el porcentaje de las tierras de producción ecológica se duplicó en los últimos seis años hasta alcanzar el cuatro por ciento del total de las tierras productivas en el 2002. Destaca además una nueva tendencia: Cada vez hay más agricultores que entran al mercado sin estar organizados en alguna de las asociaciones. Estas, en cambio, se enfrentan al problema de no perder más clientes y miembros. Generalmente son más exigentes en cuanto a las reglas de producción ecológica, algunos, por ejemplo, sólo permiten el uso de forraje que proviene de la propia hacienda. En consecuencia, estos productos tienen un precio más alto por los costos de producción, mientras que los que cumplen con el estándar mínimo del sello "bio" se venden actualmente hasta en los supermercados de descuento.

La competencia crece

Según Bahringdorf algunas de los grandes agricultores se habían especializado en este sector por el único motivo de embolsar los subsidios. La sobre oferta ha presionado los precios. "En su inicio la agricultura ecológica se orientaba completamente por la demanda del mercado", cuenta y afirma que eso sería el rumbo a retomar en el futuro. La competencia, según él, no debería concentrarse en el precio, sino en la calidad de los productos.

Thomas Dosch, presidente de la asociación Bioland, se muestra optimista. Constata que el interés por los productos orgánicos de alta calidad no ha bajado. Describe los futuros desafíos de forma metafórica: "El sello "bio" para nosotros es lo mismo que la inspección general para los automóviles, representa credibilidad y garantiza una mínima calidad para el consumidor. Nosotros queremos ser en este mercado el equivalente a la estrella del Mercedes."