¿Más vale ningún acuerdo que un mal acuerdo?
15 de septiembre de 2003Los países en desarrollo tiene intereses altamente diferenciados. Aun así prefirieron ceñirse al viejo lema que indica que 'la unión hace la fuerza', y resistieron unidos la presión por parte de las naciones industrializadas en la conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Cancún. Al final prefirieron el fracaso de las negociaciones a alcanzar un resultado sin sustancia. El hecho de que no se haya logrado un acuerdo resulta fatal para el comercio internacional, pues nada le habría beneficiado más que una señal de impulso. Pero los países en vías de desarrollo han demostrado la seriedad con que demandan una mayor participación en el comercio internacional y también mayores beneficios. Ésta ha sido la señal más clara registrada en Cancún.
Alemania lamenta
Para la industria alemana, el fracaso de la conferencia de Cancún resulta una gran decepción. Los representantes de la Asociación de la Industria Alemana presentes en Cancún y también el ministro de Economía alemán, Wolfgang Clement, se mostraron decepcionados por no haber logrado generar ese impulso que necesita urgentemente la economía internacional. Clement, sin embargo, no pierde las esperanzas de que en algún momento se logre el avance necesario, en el que Alemania, la segunda nación exportadora del mundo, tendrá un papel importante lo mismo que la Unión Europea. Desde la óptica alemana, y en palabras de Clement, resulta profundamente lamentable que la postura constructiva de la Unión Europea no haya generado una respuesta igual en las naciones en vías de desarrollo.
Sin embargo, los negociadores alemanes no esperan que el fracaso de Cancún represente un retroceso en los avances alcanzados hasta el momento en el comercio mundial. Lo que si prevén es que sus primeras consecuencias sea un incremento de los convenios bilaterales. Clement indicó que existen ya varias demandas concretas por parte de diversos representantes de naciones en desarrollo, también de aquellas naciones que precipitaron el fracaso de la conferencia.
¿Una organización obsoleta?
Muchas de las naciones en vías de desarrollo se catalogan como las vencedoras de esta conferencia ministerial en Cancún, pues lograron oponerse exitosamente a los deseos y exigencias de las naciones más industrializadas por un mayor recorte de los aranceles a productos industrializados. Sin embargo olvidan, en opinión de los expertos alemanes, que al mismo tiempo desaprovecharon la oportunidad de facilitar el acceso de sus productos agrícolas a los mercados industrializados.
El comisario de Comercio de la Unión Europea, Pascal Lamy, fue más drástico en su análisis y puso en duda el valor de la Organización Mundial del Comercio al calificarla de 'organización de la edad media, cuyas reglas y procedimientos, no responden a los requerimientos de nuestros tiempos'. Con 148 países en una mesa de negociaciones, según Lamy, llegar a un consenso es algo imposible. El comisario de Comercio de la Unión Europea recomendó al secretariado de la OMC en Ginebra buscar urgentemente nuevas vías de negociaciones para facilitar el comercio internacional de productos industriales, agrícolas y servicios.