México 2018: los espejismos electorales

La recta final hacia las mayores elecciones de la historia reciente de México están marcadas por la incertidumbre en torno a las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLCAN por sus siglas en castellano o NAFTA por sus siglas en inglés). "Una cuestión que tendrá muchas implicaciones para México y su futuro económico. De esto dependerá la relación con Estados Unidos y sus posibilidades de seguir exportando mercancías  bajo condiciones aceptables", afirma el politólogo alemán Günther Maihold, subdirector del think tank berlinés Ciencia y Política (SWP por sus siglas en alemán). Maihold advierte de que es posible que no haya un resultado sobre el TLCAN antes de los comicios, por lo que las negociaciones podrían convertirse en la cuestión más acuciante del futuro presidente de México. 

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El próximo 1 de julio de 2018 México celebrará elecciones presidenciales, elegirá a 128 senadores, a 500 diputados y a 2.818 autoridades locales, entre ellas a 8 gobernadores y al jefe de Gobierno de la Ciudad de México. La campaña preelectoral ha estado acompañada por una profunda crisis en las relaciones con Estados Unidos bajo la administración Trump. El Estado mexicano está desbordado por la violencia, la incapacidad de combatir la corrupción y la impunidad. Por si fuera poco, la pobreza ha aumentado del 24.1 por ciento en el 2000 a 43,6 por ciento en 2017. Según cifras del Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2018, publicadas por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), los estados con mayor porcentaje de población en situación de pobreza y marginación son Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla, con niveles que oscilan entre el 59 y el 77 por ciento, lo que hace más vulnerables a los ciudadanos de estos estados a vender su voto.

La pobreza, el mayor fracaso de la clase política

"Es un problema central, porque el aumento de la pobreza siempre va acompañado de un empuje fuerte de la informalización de la economía. México ha pasado varias olas de fuertes aumentos de la informalidad, que generan graves problemas en materia de seguridad y desajustes en las finanzas públicas. El combate a la pobreza es un asunto de vital importancia para el país", destaca Maihold.

Con el triunfo del Partido Acción Nacional (PAN) en el 2000 llegó la celebrada transición política que puso fin a 70 años de gobierno ininterrumpido por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI).  Después de una nueva, aunque estrecha victoria del PAN en 2006, el PRI volvió al poder en 2012 con el triunfo de Enrique Peña Nieto.  "El PRI es un partido que está muy desacreditado, sus resultados han sido muy negativos. No ha podido demostrar aquello de lo que se jactaba, de ser eficiente en la acción de gobierno. Esa expectativa no se ha cumplido", explica el politólogo mexicano Zirahuén Villamar, investigador de la Universidad Libre de Berlín.

José Antonio Meade, una candidatura que "no prende"

Para Villamar, esa carga pesa sobre José Antonio Meade, candidato de la coalición Todos por México, integrada por el PRI, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido Nueva Alianza (PANAL).  "Ante el imaginario popular, el PRI, al que él representa, aunque no es militante de sus filas, es sinónimo de corrupción".

El investigador recuerda que los aumentos a la gasolina por la reducción a los subsidios, la inflación del 6,69 por ciento anual  y la devaluación del peso de más de un 60 por ciento durante la administración de Peña Nieto, en buena parte debido al efecto Trump, son cosas que la gente tiene muy presente. Todo ello pasa factura al candidato, que quedó rezagado en la intención de voto durante la precampaña. Meade ha ocupado durante los últimos 11 años distintas carteras, desde la Administración de Felipe Calderón (PAN) desde 2006 al 2012 hasta la de Peña Nieto (PRI) entre 2012 y 2018. México tiene un promedio mensual de más de dos mil asesinatos dolosos, un legado del que Meade no se ha logrado desmarcar.

Maihold destaca que Meade presentó las llamadas "cinco propuestas estrella" a principios de año, donde propuso medidas para combatir la corrupción, el crimen organizado, el lavado de dinero y el tráfico de armas. También propuso castigos iguales para todos los delitos y un sistema que permita integrar a todos los criminales. Además, Meade quiere fortalecer a la Policía y combatir los factores delincuenciales.  "Aunque estos ejes son esenciales en la futura administración, esfuerzos similares se han visto en décadas pasadas".

Ricardo Anaya, el enfant terrible de la política mexicana

El abogado y politólogo, de 39 años, ha tenido una carrera meteórica y ha recibido todo tipo de adjetivos en el camino. Desde "traidor" y "ambicioso", pasando por "desleal" y "eficaz". Ha sabido abrirse paso en su propio partido, y conformar una coalición que él mismo comparó con la Gran Coalición alemana durante una reciente visita a Berlín. Allí se reunió con la canciller alemana, Angela Merkel, que lo recibió todavía como presidenta de su partido un día antes de su investidura como canciller para un cuarto mandato el 13 de marzo pasado.

Anaya es el candidato de la coalición Por México al Frente, integrada por el  conservador Partido Acción Nacional (PAN), el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el aliado de éste, Movimiento Ciudadano. Anaya ocupa el segundo lugar en la intención de voto, por delante de Meade. 

"Su alianza con la izquierda es algo inédito en la política mexicana. Es un tipo muy inteligente que sabe leer cuál es la situación actual del país, es el candidato revelación", afirma Zirahuén Villamar. Anaya ha prometido que hará valer la Justicia en México. Dice que destituirá de cargos públicos a políticos negligentes y corruptos, acabará con la colusión entre contratistas y gobernantes y enfrentará el crimen organizado. Pero no ha dicho cómo. Según la activista mexicana Olga Guzmán, representante de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), Anaya aseguró que respaldará la conformación de un Mecanismo Internacional contra la Impunidad en México, un reclamo de un centenar de organizaciones de Derechos Humanos del país. También ha prometido profesionalizar, capacitar y mejorar los salarios de policías.

"Hay una gran ausencia, y es que no hay una propuesta sobre qué hacer con el sistema penitenciario, que se ha convertido en la incubadora del crimen por tener una gran cantidad de personas activas en el narcomenudeo, que se especializan en el crimen dentro de los reclusorios", señala Maihold.

AMLO: ¿la tercera es la vencida?

El puntero en todas las encuestas a casi tres meses de las elecciones es el veterano Andrés Manuel López Obrador, de 64 años, que concurre por tercera ocasión como candidato a los comicios presidenciales. Tuvo un alto nivel de aceptación como jefe de gobierno de la Ciudad de México, cargo que ocupó entre 2000 y 2005. AMLO, el acrónimo de sus iniciales con el que es conocido, reclama que le robaron las elecciones del 2006 y del 2012. Ahora vuelve a la contienda al frente de la coalición Juntos Haremos Historia, integrada por el partido fundado por él, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el Partido del Trabajo (PT) y el evangélico Partido Encuentro Social (PES).

"Si las elecciones fueran hoy las ganaría. El problema es que en un país con una impunidad cercana al 100 por ciento, la probabilidad de que ocurra algo explosivo es sumamente alta", destaca Villamar.

AMLO propuso la creación de un mando único. Integraría al Ejército, la Marina y la Policía y crearía una guardia nacional que garantice la seguridad. De convertirse en presidente, él será el comandante supremo de las Fuerzas Armadas. "El debate sobre un mando único lo hemos tenido durante todo este sexenio y han fracasado los esfuerzos para introducir un mando único policial entre las corporaciones municipales, estatales y federales. Es muy difícil imaginarse que el presidente del país pueda ser el mando sobre todas las entidades federativas", afirma Maihold. El politólogo recuerda que Peña Nieto en algún momento también tuvo la idea de crear una guardia nacional.

López Obrador también propuso una amnistía para los capos del narcotráfico, aseguró que acabaría con la guerra contra el narcotráfico gracias al crecimiento económico, una guerra que ha dejado en una década cerca de 200.000 muertos y unos 35.000 desaparecidos. Villamar sostiene que la amnistía de AMLO se refiere a hacer una revisión de la gente que está en las cárceles vinculadas a delitos por consumo de drogas, y no tanto a los líderes de cárteles de las drogas.

Maihold señala que es muy importante especificar a cuáles criminales se refiere. "Lo que está ausente en este debate es la dimensión trasnacional. El crimen que padece México tiene una dimensión trasnacional muy fuerte y no habrá solución mientras ésta sea una propuesta a nivel nacional, ya sea respecto a las rutas del narcotráfico hacia el sur, como hacia el norte. Para combatir el crimen es necesario una acción conjunta con los vecinos, éstas propuestas no lograrán resolver el problema y eso es crear un espejismo en el elector".

Autora: Eva Usi (MS)

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