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México cambia de gobierno. La etapa de Calderón

Enrique López Magallón1 de diciembre de 2006

Felipe Calderón comenzó su gobierno con un acto casi secreto, y con nombramientos que podrían radicalizar aún más a sus opositores. DW WORLD lanza tres miradas críticas al gobierno que apenas comienza en México.

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Felipe Calderón tiene razones para preocuparse.Imagen: AP

"No terminará su sexenio". Con esta lapidaria frase esbozó hace unos días el subcomandante Marcos, vocero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, lo que su juicio le espera al nuevo presidente mexicano y a su gobierno. Sin llegar a tales extremos, puede afirmarse que Felipe Calderón comenzó ya a probar lo que es ejercer el poder en una nación dividida, a la cual aún le falta mucho para consolidar su democracia. La tensa ceremonia en el Congreso mexicano, en medio de protestas y con la capital hecha un nudo por las manifestaciones, es una muestra de lo que podría esperarle al flamante mandatario.

Subcomandante Marcos
Marcos: Calderón "no acabará su sexenio."Imagen: dpa

Ya comenzó a gobernar

A estas alturas, no solamente debe juzgarse al gobierno de Calderón a partir de la especulación sino de los pasos que ha venido dando en las últimas semanas. Si hacemos caso al poeta Antonio Machado, en cuanto a que "se hace camino al andar", la línea gubernamental del nuevo presidente mexicano está clara a partir de los nombramientos en lo que será su gabinete. Las señales, por desgracia, no son buenas.

En el equipo de trabajo de Felipe Calderón no aparece una sola figura prominente dentro de la lucha social y política en el país. Esto, por sí mismo, debe entenderse como un signo de preocupante insensibilidad, en momentos en los cuales la democracia mexicana debe ser servida con precisión milimétrica a fin de acabar con la desigualdad.

La negociación, a un lado

Como una medida de emergencia, el nuevo presidente mexicano designó a su mejor negociadora, Josefina Vázquez Mota, para la secretaría de Educación.

Es un área en la cual la funcionaria tiene nula experiencia; debe asumirse, por tanto, que emprenderá desde esa oficina la tarea de "apagar el fuego" del conflicto social entre los maestros -el sindicato más numeroso del país-, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, y el gobierno estatal. Pero, ¿y la educación?

Mexikanischer Flüchtling auf dem Weg in die USA
El nuevo presidente dice que creará empleos para acabar con la emigraciónImagen: AP

Un "duro" a cargo de la política

Con todo, la acción más cuestionable del nuevo gabinete no es esa, sino la designación del nuevo secretario de Gobernación. Con Francisco Ramírez Acuña, Felipe Calderón comete exactamente el mismo error que tan generosamente contribuyó a la debacle de Vicente Fox: el nuevo presidente se pone a la sombra de un grupo ultraconservador, el de Jalisco, mucho más beligrante e irracional que el ya famoso "Yunque" que rodeó a Fox.

Y más aún, el nuevo secretario de Gobernación es un personaje que como mandatario estatal auspició abusos a las garantías individuales, como lo constató la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en un extenso informe.

Volkswagen Käfer in Mexiko
La bulliciosa capital mexicana es dominada por la oposición.Imagen: AP

Así, el nombramiento es leña seca que podría radicalizar aún más a los numerosos grupos inconformes en el país. Pero Calderón pudo despegar en su campaña, en buena parte, gracias al apoyo de Ramírez Acuña y del poderoso Grupo Jalisco. El pago de esta factura política, a la larga, podría traerle costos enormes.

Felipe Calderón comienza su gobierno con un margen de maniobra que no deja lugar a desperdicio alguno. La casi encubierta toma de posesión, la tensa ceremonia en el Congreso, y el mensaje de grupos sociales como la guerrilla zapatista, prefiguran un gobierno marcado por la tensión y el desencuentro. Los mensajes están claros. Pero parece que Calderón, por el momento, ha decidido no escucharlos.