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Macron: una Europa más integrada y competitiva

Andreas Becker
27 de septiembre de 2017

El presidente francés pronunció un discurso a favor de Europa y, casi al mismo tiempo, Siemens y Alstom anunciaron su fusión. Eso no puede ser casualidad, opina Andreas Becker.

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ICE 3 im Bahnhof St. Pancras International in London
Imagen: picture-alliance/dpa

El presidente francés, Emmanuel Macron, apostó por una "Europa fuerte en el mundo” en su discurso de ayer en París. El momento fue seguramente calculado: poco después de las elecciones federales en Alemania, pero antes de las negociaciones para formar coalición. Macron intentó así mantener los temas europeos en la agenda, incluso teniendo en cuenta los resultados electorales en Alemania, en los que los populistas de derecha recibieron un espaldarazo.

Macron se dirigió varias veces y directamente a los alemanes, entre otras, con la siguiente frase: "¿Por qué no podemos fijar el objetivo de integrar nuestros mercados en su totalidad hasta 2024 y aplicar las mismas reglas para nuestras empresas, desde la legislación económica hasta de insolvencia?”. "Nosotros podemos propiciar un impulso franco-alemán, de forma decidida y concreta”, dijo Macron.

 

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Tras el discurso, ya se puso claramente de manifiesto lo decidido y concreto de sus propuestas cuando Siemens y Alstom anunciaron que agruparían sus departamentos de construcción de trenes con el fin de crear un grupo capaz de competir contra China.

Esos planes no se llevan a cabo ni en Siemens ni en Alstom sin el consentimiento de la política. Los medios de comunicación franceses informan que París envió recientemente a un "embajador” a Berlín para negociar el tema.

Dicha fusión es económicamente sensata. Quien quiera seguir existiendo en un negocio globalizado con tranvías, trenes de cercanía y de alta velocidad necesita ser una empresa de gran tamaño y tener mucho capital. El gigante chino de los trenes CRRC es el número uno en el mundo del sector ferroviario con una facturación anual de 30 mil millones de euros. Tras la fusión, Siemens-Alstom alcanzaría la segunda posición con la mitad de facturación, seguido muy de cerca por la multinacional canadiense Bombardier.

Juntos contra la superpotencia China

De todos modos, para el ICE de Siemens y el TGV de Alstom la situación ha empeorado. China invierte mucho capital en la ampliación de su infraestructura y los trenes de alta velocidad en China, conocidos como "Fuxing”, casi vuelan a 350 kilómetros por hora entre Pekín y Shangai, mucho más rápidos que la competencia europea. Es solo cuestión de tiempo hasta que los trenes chinos puedan funcionar sin técnica europea y se abran también paso en el mercado de la UE.

El mercado mundial de los trenes se desarrollará de forma similar al de los aviones: pocos grandes fabricantes dominan el sector. El fabricante europeo Airbus, en esencia un proyecto franco-alemán, es el responsable de que siga habiendo competencia en el aire. Siemens-Alstom podría hacer algo similar, pero sobre los rieles.

Andreas Becker.
Andreas Becker, redacción de DW.

Un francés dirigirá Siemens-Alstom, pero Siemens conserva la mayoría de las acciones, lo que se puede ser visto como una concesión a Macron. Hasta hace unos pocos años, para la política industrial francesa hubiese sido más importante proteger a sus "campeones nacionales”. 

La anunciada fusión entre Siemens y Alstom muestra, por lo tanto, dos cosas. Por un lado, Emmanuel Macron va en serio con su propuesta para que haya más integración europea. Por otro lado y, lo que no es menos importante, los europeos tienen más oportunidades ante la competencia global si actúan juntos.

Andreas Becker (RMR/PK)