Maduro, al borde del precipicio económico
14 de marzo de 2019DW: Un estudio del banco Barclays llega a la conclusión de que que al Gobierno de Nicolás Maduro le quedan dos semanas para colapsar económicamente. ¿Tienen razón sus autores?
Sary Levy-Carciente: la situación económica venezolana lleva deteriorándose a una velocidad acelerada en los últimos años, sobre todo desde 2017. Y, efectivamente, hay momentos en los que, cuando uno revisa las cuentas, considera que nos quedan días, máximo un par de semanas o un mes para que el Gobierno colapse. Sin embargo también hemos observado y aprendido a lo largo de estos años que, lamentablemente, al régimen no le importa que la ciudadanía cada vez se encuentre en peores circunstancias, y toma recursos que cualquier gobierno destinaría a su población, para lograr sobrevivir políticamente el temporal. Por lo tanto, si bien comparto la crítica evaluación que plantea Barclays sobre la realidad venezolana, no me gusta poner plazos específicos de colapso.
¿De qué recursos dispone todavía Maduro?
Parte de los problemas que hemos enfrentado los profesionales del área económica es justamente la falta de información y la opacidad de la misma. De ahí la dificultad de atender las realidades macroeconómicas con el debido profesionalismo. Es cierto que hemos observado a veces transacciones extrañas, por ejemplo, al revisar las cuentas del Banco Central y ver que hay ingresos de oro. (…) No contamos con una información sólida como para dar una respuesta a su pregunta 100 por ciento respaldada. Lo que sí es cierto es que los ingresos tradicionales del régimen, que han sido los impuestos a la ciudadanía y a las empresas, y por supuesto los derivadas de las exportaciones petroleras, cada vez se hacen menores.
¿Muestran efecto las saciones de Estados Unidos?
Como las transacciones petroleras tardan un tiempo en cancelarse, hay un lapso en que todavía el Gobierno podrá recibir algunos ingresos por ventas previamente realizadas. Pero, definitivamente, el impacto se va a sentir.
¿Cuáles fueron los errores más grandes del gobierno de Maduro en política económica?
No es asunto de un error de política económica, sino el resultado natural de una economía política, de un modelo político ideológico que va coartando, sesgando, impidiendo la producción del sector privado; va controlando y asfixiando a los sectores productivos; va tratando de imponer y definir, desde una torre de marfil de planificación centralizada, las dinámicas económicas. Y, ciertamente, esto no funciona así. De igual manera, desde que comenzó este siglo, Venezuela ha vivido un proceso de destrucción de instituciones. Eso va rompiendo el Estado de Derecho, va impidiendo la transparencia y todo eso genera desconfianza. La desconfianza reduce los incentivos de inversión y cuando ésta se realiza, generalmente (los inversionistas) requieren o exigen un retorno elevado y a corto plazo. Entonces, desde el punto de vista económico, desde el mismo momento que comienza a impulsarse el modelo, se va minando la dinámica económica. Súmele a ello la realidad venezolana en la cual somos altamente dependientes del petróleo… Súmele también la corrupción asociada, la desinversión en servicios básicos. Y bueno, lo que queda es un cóctel explosivo.
Si el gobierno de Maduro cayera, ¿cuánto tiempo necesitaría Venezuela para recuperarse económicamente?
Como todo en la vida, va a depender primero del momento inicial del cambio. Y, segundo, de cómo este cambio se da. Si este cambio logra mostrar un verdadero sentido y orientación adecuada hacia el futuro, estoy segura de que eso elevará la confianza y atraerá inversions, y eso facilitará la reconstrucción del país. Por supuesto que no va a ser fácil. La destrucción que Venezuela ha vivido en esta década ha sido muy profunda y hay muchas necesidades insatisfechas.
¿Si usted fuera la futura ministra de Economía, cuáles serían sus primeros pasos para la reconstrucción?
Lo primero que hay que hacer es sentarse a evaluar desde un punto de vista macroeconómico la realidad del financiamiento externo, porque hay que reestructurar la deuda, renegociarla, pedir apoyo a los organismos internacionales e iniciar desde esa perspectiva un saneamiento de las cuentas fiscales. Y ese dinero que logre entrar debía atender las necesidades básicas de la población y la inversión en servicios básicos, dado que es el elemento que va a permitir que el resto de los sectores económicos y sociales puedan funcionar debidamente. Paralelamente hay que reconstruir la institucionalidad. Obviamente, nuestro interés sería que la nación adquiera un sentido democrático, de lo que llamamos una democracia liberal, con una orientación en la que el mercado sea el espacio de competencia adecuada y sana para los sectores productivos, y que el Estado retome debidamente su control de agente regulador y promotor de oportunidades.
¿Necesitaría Venezuela un Plan Marshall, como Alemania después de la Segunda Guerra Mundial?
Creo que definitivamente Venezuela va a necesitar un plan muy importante de reconstrucción, pero también de pacificación.
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(er/el)