Mano cibernética siente
6 de enero de 2006
Quien pierda una mano podrá en pocos años volver a asir lo que quiera. Aunque la mano cibernética tiene aspecto de robot, la persona que la lleva siente lo que las yemas de los "dedos" tocan, sea frío o caliente. Dicha prótesis futurista va conectada al sistema nervioso de la persona.
Pero ese futuro de ciencia ficción ya es cosa del presente real. Científicos del Instituto alemán de Biomedicina Técnica Fraunhofer, IBMT, por sus siglas en alemán, la desarrollaron en marco de un proyecto europeo.
Por transmisión telemétrica
Los cirujanos unen las fibras nerviosas sanas a electrodos. A través de esa comunicación, el portador de la prótesis adquiere la sensación de tener una mano sana. Si le apetece una taza de de café, el cerebro envía un impulso nervioso que es recibido por un electrodo. Éste, a su vez, lo transmite telemétricamente a la prótesis que entonces ejecuta la orden de agarrar la taza.
La diferencia con las prótesis normales está por debajo de la piel. Hasta ahora los electrodos eran adheridos a la superficie y los músculos con la desventaja de que los músculos más profundos no recibían ningún impulso. Los electrodos fijados a la superficie tienen también el problema de que se resbalan fácilmente.
Según Klaus Peter Koch, jefe del Grupo de Neuroprótesis del IBMT, "con la ayuda de sensores biométricos se logra un acoplamiento de reacción que hacen regresar sensaciones del miembro faltante como temperatura o presión". Todo esto sucede en cuestión de segundos. Los nervios restantes fungen entonces como una central de motricidad y receptora de sentidos".
Con la ayuda de nanoconductores
El cerebro tiene que adaptarse a la nueva situación lo que, según Koch, no es ningún problema. "Como unidad central de procesamiento, el cerebro humano es extremadamente capaz. Un entrenamiento acelera el aprendizaje".
Los expertos creen que en cinco años la utilización de una mano cibernética será normal. En este tiempo, la "máquina" será sometida a más pruebas de alta sensibilidad. La aceptación del material biológico del que está hecha la mano en cuestión es otra cosa por optimizar. Aunque el platino es un buen material, con el tiempo su dureza destruye el tejido nervioso. Los expertos alemanes optaron por una solución emparedado: 400 nanoconductores de platino recubiertos de polyamid. Sólo los puntos de contacto entre el nervio y el platino quedan libres del plástico.