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Sociedad
Felix Schlagwein
14 de marzo de 2017
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La polémica está servida en la ciudad alemana de Tréveris, al oeste del país, después de que su Consejo aprobase por mayoría en un pleno municipal aceptar una estatua del filósofo Karl Marx procedente de China.

De este modo, el Gobierno chino decidió agasajar a la ciudad natal de quien es considerado el padre del comunismo con motivo del segundo centenario de su nacimiento, que se cumplirá en 2018.

Esta controversia se ha adueñado ahora de la ciudad, que se pregunta si es realmente necesario que la estatua mida más de seis metros de altura y si debería colocarse delante de la Porta Nigra, una monumental puerta construida en la época del Imperio romano y calificada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1986.

No es la primera vez

"Karl Marx es uno de los ciudadanos ilustres de esta ciudad y no debemos ocultar su estatua", dijo el alcalde de Tréveris, el socialdemócrata Wolfgram Leibe, quien entiende que un monumento de grandes dimensiones supone un "enriquecimiento" para la ciudad.

El artista chino Wu Weishan, autor de la obra, fue quien decidió el tamaño y la ubicación de la estatua. Según indicó, su intención es que ésta se sitúe en las proximidades de la antigua casa familiar del filósofo. "El artista seguramente no quiera negociar", señaló el ayuntamiento, dando prácticamente por descontado que finalmente se cumplirán los deseos del escultor.

No es la primera vez que Alemania recibe un obsequio polémico por parte de China. En 2014, la ciudad de Wuppertal, en el centro-oeste del país, fue agasajada con una figura de gran tamaño de Friedrich Engels, compañero de Marx.

Hoy en día, esta estatua de cuatro metros de altura se ha convertido en el principal reclamo para los turistas. Karl Marx, considerado el ideólogo del comunismo, nació el 5 de mayo de 1818 en la ciudad alemana de Tréveris.

CT (dpa, AFP)