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Materias primas para la industria del mañana

Daniel Pelz (jov/vt)8 de julio de 2016

La transición energética y la digitalización imponen grandes retos a la economía alemana que necesita desesperadamente materias primas. Pero, ¿cómo pueden beneficiarse los países exportadores?

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"Fairphone", un celular hecho con materias primas pagadas a precios justos, dicen sus fabricantes.
"Fairphone", un celular hecho con materias primas pagadas a precios justos, dicen sus fabricantes.Imagen: DW

En 2035 se espera que la demanda de terbio se triplique. Este mineral raro se utiliza para la construcción de motores de vehículos eléctricos y turbinas de viento. La industria alemana necesita urgentemente materias primas como el terbio, si quiere seguir siendo pionera en nuevas tecnologías. "Sin materias primas no se podrá abandonar la producción de energía nuclear, no habrá autos eléctricos ni redes rápidas de banda ancha ni una industria 4.0", advirtió Ulrich Grillo, presidente de la Federación de la Industria Alemana (BDI) en el reciente congreso de materias primas, realizado en Berlín.

“La escasez de suministro es una amenaza”, advierte Grillo. No sólo porque algunos minerales son poco frecuentes, sino porque la competencia en los mercados mundiales es cada vez mayor. "El acceso a las materias primas decidirá si prevalece lo “Made in Germany” o lo “Made in China”, dijo el presidente del BDI.

Más transparencia, más seguridad laboral, más protección del medio ambiente

A pesar de la alta demanda, el ministro alemán de Economía, Sigmar Gabriel, advirtió a la industria alemana de no perder de vista las condiciones laborales en los países exportadores de materias primas. "Nuestra dependencia de las importaciones de materias primas también trae consigo una responsabilidad hacia las personas y el medio ambiente en esos países", dijo Gabriel en Berlín. Muchos de los recursos minerales codiciados provienen de países en vías de desarrollo, como el tantalio, de Ruanda, o el cobalto, de la República Democrática del Congo.

"El respeto de las normas sociales y ambientales aumenta la aceptación, tanto en los países en desarrollo, como en Alemania", agregó Gabriel. Sin embargo, hay países que no las respetan. Gabriel se refería, probablemente, a China, que ejecuta una agresiva política para asegurarse el acceso a los recursos naturales en África y América Latina.

"Minerales conflictivos"

“Se debe evitar que con la compra de los llamados minerales de conflicto se apoyen, indirectamente, guerras en países en desarrollo”, advierte Gabriel. Con exportaciones ilegales de diamantes, grupos rebeldes financiaron las guerras civiles en Sierra Leona y Liberia en la década de los noventa. Milicias rebeldes de la República Democrática del Congo han hecho millonarios negocios con la venta ilegal de coltán. Entre sus compradores también hubo empresas alemanas.

El comercio justo de las materias primas en los mercados mundiales es un requisito previo para que las personas se beneficien en los países de origen, dice Marc Bungenberg, experto en derecho internacional de la Universidad del Sarre, quien concluye que "la sostenibilidad debe ser parte del derecho mercantil internacional, así como el buen gobierno y la eliminación de las barreras de mercado”.

Pero también la transparencia en los propios países exportadores es importante. "¿Cómo podemos asegurar que el dinero que se paga por las licencias de extracción no se pierda en alguna cuenta bancaria?”, pregunta Bungenberg. Una alternativa la ofrece la EITI (Iniciativa de Transparencia de la Industria Extractiva). Alemania es miembro de esta iniciativa, en la que los Estados se comprometen a revelar las cantidades de materias primas extraídas, así como los ingresos procedentes de la venta de dichos recursos naturales.

Los consumidores tienen parte de la responsabilidad

"Los consumidores pueden también asegurarse de que los artículos que compren vengan del comercio justo," dice Peter Buchholz, director de la Agencia Alemana de Recursos Minerales (DERA).

Algo que ya se puede hacer en el caso del tantalio, el estaño, el tungsteno y el oro. Un ejemplo es el llamado "Fairphone". Al menos parte de los materiales de este smartphone viene del comercio justo. Para Buchholz, "estos productos son una oportunidad para que las empresas obtengan una ventaja competitiva entre los consumidores conscientes de comprar productos sostenibles".