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Mediador de la ONU busca tregua en Siria

18 de octubre de 2012

El mediador internacional viajará a Damasco para tratar de negociar un breve cese al fuego en la guerra entre el Gobierno del presidente Bashar al-Assad y los rebeldes durante la festividad islámica del Eid al-Adha.

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Lakhdar Brahimi
Lakhdar BrahimiImagen: picture-alliance/dpa

El enviado de la ONU y de la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, dijo a periodistas el jueves tras reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores de Jordania que un cese a las hostilidades podría generar confianza y ayudar a establecer una tregua más duradera en el conflicto que ya se extiende 19 meses.

"Sí, voy a Siria. Este llamado que hacemos a nuestros hermanos sirios, ya sea estén a favor o contra el Gobierno, de dejar de pelear en los tres o cuatro días del Eid la próxima semana", comentó Brahimi.

Un cese del fuego previo, en abril, colapsó a los pocos días y las partes de culparon mutuamente. El mediador Kofi Annan renunció al cargo poco tiempo después, frustrado por la imposibilidad de sostener la tregua.

Desde entonces, se han intensificado los enfrentamientos entre las tropas de Assad y una poco organizada fuerza de rebeldes que intenta poner fin a sus 12 años de Gobierno. La cifra diaria de víctimas fatales usualmente supera las 100 personas entre combatientes y civiles, y las batallas se libran en varias ciudades, incluyendo a Aleppo -el centro comercial de Siria- e incluso la capital Damasco.

La tregua que propondrá Brahimi sería autoimpuesta, sin monitorización. "Este es un llamado a los mismos sirios para que dejen de pelear y observen (el cese del fuego) ellos mismos. Esto no es el proceso político o la solución definitiva a la crisis siria", manifestó Brahimi.

En tanto, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, dijo que la situación en Siria recuerda a la guerra sectaria que se desató en Bosnia en la década de 1990 y llamó a las potencias mundiales a unirse para detener el derramamiento de sangre. "Los recuerdos de lo que pasó en Bosnia y Herzegovina deberían ser suficientemente frescos y advertirnos a todos delpeligro de permitir que en Siria se desate un conflicto sectario a gran escala", comentó.

"El uso indiscriminado de armas pesadas por parte de las fuerzas del Gobierno para destruir grandes franjas de ciudades como Homs y Aleppo es inexcusable, como lo es el uso de enormes bombas por parte de grupos de la oposición que matan y mutilan a blancos tanto civiles como militares", agregó.

El Gobierno sirio recibió con tibieza la propuesta, pero dijo que cualquier iniciativa debía ser respetada por ambas partes. Turquía, uno de los más duros críticos de Siria, e Irán, uno de sus principales aliados, han respaldado el plan, en una inusual muestra de acuerdo.

Brahimi se reunirá el sábado con el ministro sirio de Relaciones Exteriores, Walid al-Moualem, dijo un funcionario en Damasco. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de

Siria, Jihad Makdissi, afirmó que Damasco espera que sus conversaciones en la región -incluidas aquellas con países que respaldan a los rebeldes- puedan anticipar "algo que lleve al éxito de una iniciativa constructiva".

El portavoz de Brahimi, Ahmad Fawzi, indicó que el enviado -un diplomático veterano argelino- está trabajando en un nuevo y amplio plan de paz.

La violencia remeció a Siria el jueves desde la ciudad desértica oriental de Hassake, donde cinco soldados murieron cuando rebeldes emboscaron un camión militar, hasta Damasco, donde fuerzas del Gobierno bombardeaban suburbios de la periferia.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que docenas de personas resultaron heridas cuando aviones de guerra bombardearon el poblado de Maarat al-Numan, en el norte del país, ubicado en la principal carretera norte-sur que conecta Damasco con Aleppo y que fue capturada por los rebeldes la semana pasada.

Más de 140 sirios murieron el miércoles, incluyendo a 62 civiles desarmados, 12 de ellos niños, informó el Observatorio. Funcionarios sirios han cuestionado si los rebeldes, que el martes acordaron unirse bajo un liderazgo común para alentar a sus partidarios a que les provean de armas más poderosas, puedan comprometerse o cumplir con un acuerdo de cese al fuego.

El total de fallecidos en Siria sobrepasa ahora las 30.000 personas y actores internacionales temen que si la guerra no es contenida pueda expandirse hasta convertirse en un conflicto regional entre potencias musulmanas suníes partidarias de los rebeldes y los chiíes, que respaldan a Assad.

Fuente: dpa

Editor: José Ospina-Valencia