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Merkel de vacaciones: tiempo para un balance

Enrique López Magallón25 de julio de 2012

Tras seis meses turbulentos, las vacaciones de la canciller alemana comienzan con la visita al Festival de Bayreuth. Tiempo para hacer un balance antes de iniciar la campaña para las elecciones generales de 2013.

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Imagen: picture-alliance/dpa


Esta vez no habrá conferencia de prensa veraniega. Angela Merkel desistió este año de publicitarse y también de responder a preguntas incómodas. Se va de viaje a las montañas con su esposo, Joachim Sauer, pero su móvil estará encendido, por las dudas. A pesar de eso, estas vacaciones serán, sin duda, un respiro para la mandataria, un anhelado descanso, sin tener que ocuparse de sesiones de gabinete o cumbres de la eurozona, ni de elaborar estrategias contra las crisis financiera.

Las vacaciones comienzan para Merkel con una visita al Festival de Bayreuth, donde asistirá a la ópera “El holandés errante”, que relata la historia de un capitán que guía a su barco fantasma a través de los mares después de haber fracasado en el intento de circundar el Cabo de Buena Esperanza. Tal vez una metáfora acertada para las tempestades políticas que asolaron este año al Gobierno de Berlín, cuya primera mitad fue para Angela Merkel turbulenta en todo sentido.

La crisis como estado permanente

La estabilización del euro parece ser una historia sin final a la vista. Además de Grecia, un paciente en constante peligro, ahora también España necesita ayuda por sumas multimillonarias. El Parlamento alemán llamó a una sesión extraordinaria durante la pausa de verano para poder liberar ese dinero en un procedimiento de urgencia. Pero no todos los partidos de la coalición gobernante votaron a favor del paquete para España. “Siempre obtenemos las mayorías que necesitamos”: así respondió Merkel a las críticas al respecto. Seguramente, desde su lugar de vacaciones, la canciller seguirá atentamente el desarrollo de la crisis de la eurozona.

Al rescate del euro: Angela Merkel y José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea.
Al rescate del euro: Angela Merkel y José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea.Imagen: dapd

En cuanto a las estrategias anticrisis, Merkel goza en Europa de una imagen de estricta defensora de medidas de austeridad que no le ahorra animosidades. Al mismo tiempo, se enfrenta cada vez más al escepticismo en el propio país con respecto a los rescates de los países en dificultades de la zona euro. Y muchos se preguntan si Angela Merkel traicionará los intereses de los alemanes en favor de la Unión Europea. “La fortaleza de Alemania también tiene un límite”, advirtió recientemente la canciller. En ese contexto, el presidente alemán, Joachim Gauck, advirtió que “ahora la canciller tiene la obligación de describir con lujo de detalle lo que eso significa, también en el aspecto fiscal”. Según la percepción de gran parte de la ciudadanía alemana, el salvataje del euro va acoplado a una pérdida de poder del Parlamento a favor de la “dictadura financiera de Bruselas”. El Tribunal Constitucional alemán está verificando en estos días si el fondo permanente de rescate, MEDE, estaría violando la legislación parlamentaria concerniente al presupuesto fiscal.

Tiempos difíciles para un gobierno débil

Los problemas financieros de Europa distrajeron en cierta forma del hecho de que el Gobierno de coalición de Merkel volvió a traslucir debilidad en el primer semestre de 2012. El Partido Demócrata Liberal (FDP) frenó su derrumbe político gracias al éxito electoral en los estados de Schleswig-Holstein y Renania del Norte-Westfalia, pero con mucho esfuerzo. Aparte de eso, tiene muy pocos motivos de orgullo.

Tras siete años de gobierno, Merkel pasó por meses turbulentos en los primeros seis meses de 2012.
Tras siete años de gobierno, Merkel pasó por meses turbulentos en los primeros seis meses de 2012.Imagen: AP

A falta de otros logros, los liberales podrían aferrarse a que pudieron imponer a su candidato a presidente, Joachim Gauck, en contra de la voluntad de Merkel. Además, la retirada del expresidentes Christian Wulff, en febrero, fue algo que también hizo mella en el partido de Merkel, la Unión Cristiana Demócrata (CDU).

A nivel federal no hay casi ningún proyecto que el Gobierno alemán haya logrado llevar a buen término sin conflictos ni disputas internas. Y Berlín parece no estar a la altura de elaborar estrategias eficaces en procesos altamente complejos, como el giro energético -es decir, el abandono de la energía atómica remplazándola por energías renovables. A eso se suma que todos los partidos gobernantes -la CDU, su hermana bávara, la CSU, y el FDP- parecen querer afilar cada vez más su perfil a costa de sus socios de coalición.

Merkel sigue siendo favorita, a pesar de todo

La canciller alemana sigue a reparo, la mayoría de las veces, de las disputas internas, a no ser que huela venir el peligro. Merkel despidió por primera vez a un ministro, Norbert Röttgen, en la primera mitad de este año. Röttgen, que era ministro de Medio Ambiente y pertenece a la CDU, fracasó en su campaña electoral en Renania del Norte-Westfalia, lo cual representó una amenaza para el poder de la canciller, que se separó sin reparos del ministro, quien fuera alguna vez su íntimo aliado.

Norbert Röttgen (CDU), exministro de Medio Ambiente, fue despedido por Merkel.
Norbert Röttgen (CDU), exministro de Medio Ambiente, fue despedido por Merkel.Imagen: dapd

Los cuadros de la CDU están, a casi un año de las elecciones generales de 2013, pobremente representados. Las confederaciones de la CDU en los Länder Renania del Norte-Westfalia y Baden Württemberg registran un decaimiento visible como consecuencia de varios escándalos y derrotas electorales, lo cual se erige como un obstáculo más para la presidenta del partido, Angela Merkel.

Merkel quiere gobernar durante otro período

Desde noviembre de 2005, la canciller Angela Merkel, de 58 años, gobierna a Alemania, y anunció que quiere seguir haciéndolo después del 2013. “Me gusta mi trabajo”, dijo Merkel. Por otra parte, aún no se perfila ninguna otra figura desde la oposición que pudiera hacer que la población alemana se cuestionara el apoyo que le otorga a la mandataria. En tiempos de crisis, su experiencia y su peso en política exterior son factores predominantes. Lo único que podría suceder es que la gente se cansase del Gobierno conservador, y la canciller también. De hecho, se la vio bastante cansada estos últimos días. Por eso, tal vez Merkel espere con ansiedad estas merecidas vacaciones.

Autora: Nina Werkhäuser/ Cristina Papaleo
Editor: Enrique López