Merkel presiona a Hamás

La visita de dos días emprendida el domingo a Israel y los territorios palestinos va más allá de un encuentro meramente diplomático y de retórica establecida de antemano. El contexto del viaje de Angela Merkel está marcado por las tensiones en la región. Por un lado, la victoria del grupo militante islamista Hamás en las elecciones palestinas del pasado día 25. Por el otro, el programa nuclear de Irán.

Asimismo Israel se prepara para una etapa de transición, luego del infarto cerebral del primer ministro israelí Ariel Sharon, el 4 de enero, y con las elecciones previstas para el próximo 28 de marzo.

No se dialoga con Hamás

La buena sintonía entre Merkel y el primer ministro en funciones, Ehud Olmert, quedó reflejada en las declaraciones sobre Hamás, una organización que predica la destrucción del Estado judío, y es acusada de casi 60 ataques suicidas en Israel desde el comienzo del segundo levantamiento palestino en el 2000.

Alemania sólo cooperará con Hamás, si esta agrupación "reconoce el derecho de existencia de Israel, renuncia a la violencia y acepta los pasos dados hasta ahora en el proceso de paz", declaró la mandataria luego del encuentro con su homólogo israelí.

Berlín dice no mantener contacto alguno con Hamás y advirtió que suspenderá su asistencia financiera a la autonomía palestina, si esta organización no cumple con las condiciones mencionadas por Merkel. Alemania coincide plenamente con la línea israelí. "No tenemos intención de hacer transferencias a terroristas", declaró Olmert. Por su parte, la Unión Europea (UE), el mayor donante con 500 millones de euros anuales (unos 600 millones de dólares), está estudiando sus opciones.

Hasta ahora los líderes de Hamás responden que están preparados para establecer un gobierno por sí mismos y que no quieren ceder a estas exigencias.

Visita a territorios palestinos

Angela Merkel reiteró las condiciones en el encuentro que sostuvo con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, en la sede de la Gobernación palestina en la ciudad cisjordana de Ramala.

Abbas, por su parte, aseguró a la visitante que proseguirá su política en busca de una solución pacífica al conflicto con Israel, pese a la victoria de Hamás. Igualmente afirmó que los palestinos se atendrán a todo lo acordado hasta la fecha.

Irán preocupa

En otro plano, las autoridades alemanas manifiestan su preocupación por el rumbo político en Irán. Teherán está intentando continuar con un programa de enriquecimiento de uranio cuyo uso, dice, es pacífico. En cambio, Occidente teme que el uranio enriquecido serviría para construir bombas nucleares.

Según la canciller alemana, el programa nuclear iraní es "una amenaza no sólo para Israel, sino para todos los países democráticos del mundo; tenemos la tarea común de demostrarle a Irán que ha traspasado una línea que no toleraremos".

Para Israel el programa nuclear de Irán representa una "amenaza existencial" y sus autoridades ha insinuado que podrían actuar militarmente para prevenir que la república islámica consiga armamento nuclear.

Merkel también condenó las declaraciones antisemitas del Presidente iraní. Mahmud Ahmadinedshad calificó al Holocausto como mito y pidió que Israel se traslade a suelo europeo. Ante la historia alemana, son manifestaciones "inaceptables", señaló la canciller.

Buena sintonía

En el año que se cumple el 41 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y Alemania, la canciller declaró estar "muy feliz de encontrarme en el Estado de Israel. Esta visita es muy importante para mí".

Al mismo tiempo, Merkel es consciente del sufrimiento de los judíos bajo el nazismo y admite que a pesar de los vínculos amistosos, las relaciones bilaterales difícilmente podrán llegar a ser plenamente normales. En este sentido, ambas partes apuestan por las nuevas generaciones. "La pregunta es, si el recuerdo del pasado puede servir de fundamento para que lo vivido jamás se repita", señaló Olmert.