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Merkel: segundo intento en el Medio Oriente

Emilia Rojas Sasse30 de marzo de 2007

Por segunda vez en dos meses, la canciller alemana y presidenta de turno de la Unión Europea viaja al Medio Oriente. En esta oportunidad hay más indicios positivos para los esfuerzos de paz, según Berlín.

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Merkel y Rice
Al igual que Condoleezza Rice, Angela Merkel intensifica la diplomacia viajera en el Medio Oriente.Imagen: AP

La nueva gira de Angela Merkel ratifica su voluntad de asignar un lugar prioritario en la agenda de la presidencia alemana de la Unión Europea a la búsqueda de una salida diplomática al endémico conflicto palestino-israelí. La canciller alemana, que se ha empeñado en reactivar el Cuarteto para el Medio Oriente, volverá este fin de semana a la región con el propósito de sacar el mejor partido posible de las incipientes señales alentadoras del último tiempo, antes de que se esfumen como ha ocurrido tantas veces.

Nuevos impulsos

"Hay una serie de aspectos positivos, que han dado un nuevo impulso", comentó el portavoz del Gobierno alemán, Ulrich Wilhelm. Entre ellos, puede contarse el hecho de que Estados Unidos, tras un largo paréntesis, ha vuelto a desplegar una diplomacia activa en el área, con la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, a la cabeza. Cierto es que su última visita no logró más resultado que el de un acuerdo de realizar reuniones periódicas entre el moderado presidente palestino, Mahmud Abbas, y el primer ministro israelí, Ehud Olmert. Pero eso ya es algo, y no hay que minimizarlo.

Cumbre de la Liga Árabe, celebrada en Riad.
Positivas señales de la Cumbre de la Liga Árabe, celebrada en Riad.Imagen: AP

Positivo es igualmente el hecho de que países como Jordania, Egipto y Arabia Saudita estén haciendo mayores por reflotar el empantanado proceso de paz. En este contexto se inscribe también la decisión de la Liga Árabe de reafirmar al plan de paz saudí de 2002, que ofrece a Israel reconocimiento diplomático, a cambio de la devolución de los territorios ocupados en 1967.

Interlocutores débiles

La otra cara de la medalla está dada por la debilidad actual de la mayoría de los interlocutores que tendrá Merkel en su gira. Tal es el caso del premier israelí, con quien se reunirá el sábado tras una escala inicial en Jordania. Acorralado por las encuestas, Ehud Olmert se encuentra bajo una fuerte presión política interna, que podría incrementarse aún más cuando se dé a conocer un informe sobre los fallos en la ofensiva del año pasado contra el Líbano.

También el presidente palestino, a quien verá el domingo en Ramallah, tiene sus dificultades y carece de mayor capacidad de acción. Si bien la formación de un gobierno de unidad con el movimiento radical Hamás ha frenado el enfrentamiento entre los palestinos, no ha conducido al cumplimiento de las condiciones impuestas para la reanudación de la ayuda occidental. El primer ministro Ismail Haniya sigue sin renunciar a la violencia contra Israel, razón por la cual no figura una entrevista con él en la agenda de Merkel.

El panorama no varía en la última escala del viaje de la canciller alemana, el Líbano, donde el primer ministro Fuad Siniora se encuentra paralizado políticamente. No obstante, quizá sea posible sacar fuerzas de flaquezas y aprovechar la circunstancia de que a todos estos actores les viene a pedir de boca un poco de refuerzo desde el ámbito internacional. Angela Merkel puede contar, por lo tanto, con una cordial bienvenida. Y, si la suerte la acompaña, quizá pueda lograr también algún gesto que añadir a la lista de señales positivas para el proceso de paz.