Merkel y los franceses
16 de mayo de 2017Emmanuel Macron es el cuarto presidente francés con el que tiene que ver Angela Merkel. Los cuatro fueron y son muy diferentes, igual que su relación con la canciller federal alemana.
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Al orgulloso gaullista Jacques Chirac, que gustaba de besar las manos de las damas, siguió el nervioso showman Nicolas Sarkozy. A pesar de las diferencias con Merkel, hija de un sensato y sosegado pastor, su relación se desarrolló tan bien en medio de la crisis financiera, que se llegó a hablar de "Merkozy”. Ambos parecían políticamente inseparables. Merkel cometió, sin embargo, el error de apoyar la reelección de Sarkozy: las elecciones las ganó el socialista François Hollande. Las relaciones entre Merkel y Hollande comenzaron ya mal. No obstante, por razones de Estado y su compromiso con Europa, ambos desarrollaron con el tiempo una relación de mutua confianza política. Hollande no solo realiza su primer viaje como presidente a Berlín, sino también su último.
¿Qué une a Macron y Merkel?
Ahora, Merkel y Macron. En cuanto a edad, los separan 23 años, casi una generación. Pero la diferencia de edad es el menor problema: la esposa de Macron es dos años mayor que Merkel. ¿Y políticamente? Merkel no es ninguna ideóloga, sino pragmática y, dentro de la CDU, está considerada del ala izquierda. Macron es más difícil de ubicar en un esquema derecha-izquierda. Fue ministro del socialista Hollande, pero ahora aboga por una liberalización del mercado laboral y una reducción de los impuestos a las empresas, aunque también por mayores inversiones públicas.
Claire Demesmay, experta en Francia de la Sociedad Alemana de Política Exterior, cree que Macron está bien preparado y no se hace ilusiones. "Macron conoce Alemania, sabe qué le espera, conoce las "líneas rojas” alemanas y sabe dónde existe un potencial”, dice en entrevista con DW.
Las líneas rojas
Las "líneas rojas” son todo aquello que pueda parecerse a que Alemania deba ayudar a Francia con dinero. A Macron, por ejemplo, se le endilgó que quiere eurobonos, algo que nunca ha dicho. En Alemania también hay quien piensa que Macron quiere "comunitarizar" las deudas europeas a costa de Alemania.
"La idea europea no son las transferencias financieras entre los diferentes países", dijo al respecto Markus Söder, ministro de Finanzas del estado de Baviera en el periódico Welt am Sonntag. La idea de Macron de crear un presupuesto de la UE y un ministerio europeo de Finanzas fue rechazada con Günther Oettinger, comisario alemán en la UE, con las palabras: "exigencias como la de un ministro de Finanzas europeo son fantasías".
Merkel, sin embargo, no se deja impresionar por ello. Ha dicho que no quiere impartir "lección" alguna a Macron. Quizás también sea una autocrítica. Pues, después de la elección de Merkel, respondió fríamente a los galanteos de Macron con Alemania. Merkel dijo que Macron debería primero impulsar el crecimiento económico en Francia y reducir el desempleo y que el apoyo alemán "no puede sustituir la política francesa correcta”.
Primero, reformas en Francia
Hoy, Merkel dice que simpatiza con inversiones comunes y un desarrollo de la eurozona. Claire Demesmay cree que lo importante es en qué sucesión se implementan las medidas y que en ello, Alemania y Francia coinciden: "primero, reformas en Francia y luego, una mayor integración en la eurozona”.
Aún cuando Merkel y Macron están de acuerdo acerca de cómo continuar con Europa, Demesmay acota: "Macron ha sido elegido, Merkel se halla en medio de la lucha electoral. No es un buen momento para dar grandes pasos en la integración". Pero, si Merkel continúa siendo canciller federal, ambos políticos "tendrían una ventana de oportunidad bastante grande para impulsar iniciativas". Ambos saben de la importancia de la cooperación germano-francesa y de la seria situación en Europa, agrega. Y "ambos comparten la visión de una Francia económicamente potente y orientada hacia el futuro". Eso es ya una buena base de partida.
Autor: Christoph Hasselbach (PK/DZC)