Metrópoli universitaria: Münster
30 de septiembre de 2003Situada en un escenario verde donde el agua es protagonista, Münster –la capital de la región de Westfalia- no es grande ni pequeña, pero sí agradable y elegante; joven y viva. Tiene 280.000 habitantes y uno de cada cinco es estudiante.
El peso de la historia
Es el centro de la región tanto en el ámbito económico como cultural y científico; por su pasado como por su presente. La Münster medieval fue fundada hace más de 1200 años. La iglesia y el comercio dejaron su impronta en ella: la Sala de la Paz en el antiguo Ayuntamiento recuerda el final de la guerra de los Treinta Años – un conflicto largo y complejo de causas de carácter religioso, político y económico, en el que estaba en juego la coexistencia de las religiones católica, luterana y calvinista- en 1648. Las alambreras de la iglesia de San Lamberto recuerdan la época de los anabaptistas de Jean Mathijs, quienes hacia el 1535 instauraron una comunidad de absolutismo religioso. Una mirada al entorno desde el empedrado de la plaza del mercado de Münster hacen al observador recorrer varios siglos de historia.
Estudiantes por doquier
La universidad hoy es una de la principales atracciones y uno de los principales empleadores del lugar. Y es Münster es más que nada una ciudad estudiantil. Durante el período lectivo, los más de cincuenta mil alumnos de todas las facultades e institutos pueblan calles, autobuses y bibliotecas convirtiéndola en un ente muy joven. Gracias a ellos, esta antigua capital prusiana no se duerme en los laureles de la historia.
Historia universitaria con interrupciones
Con más de 42.000 estudiantes y más de 100 estudios a seguir, la Universidad de Münster es ahora una de las más grandes de Alemania. Pese a que fue fundada oficialmente en 1631, por falta de fondos pudo comenzar a funcionar apenas 150 años después. En 1818 volvió a cerrar sus puertas, porque los católicos de Westfalia se resistían a implementar la reforma educativa prusiana. A comienzos del siglo pasado la universidad comenzó a florecer, pero su ascenso quedó interrumpido por la Segunda Guerra Mundial. Desde 1945 ha crecido hasta convertirse en una multitudinaria casa, una de las favoritas de los estudiantes alemanes.
Varios motivos para estudiar allí
Uno de los motivos para estudiar en Münster es la gran variedad de carreras, tanto exóticas como clásicas. Las más comunes -como Derecho y Economía- gozan de gran prestigio pese a que las clases están superpobladas. Además, la Universidad de Münster ha cerrado acuerdos de cooperación y asociación con unas 400 universidades e instituciones científicas de todo el mundo -desde la cercana localidad holandesa de Enschede hasta el Osaka Medical Institute, en Japón. También son particularmente estrechos los lazos con América Latina y con Europa del Este.
Y algunos para quererla
Muchos estudiantes aprecian además el ambiente agradable y el tamaño de esta ciudad que se puede recorrer en bicicleta. Münster tiene un amplio circuito de sendas para ciclistas y se disputa con Friburgo el título de capital alemana de las bicis. Algunas calles como la Promenade, una circunvalación del centro, son de tránsito exclusivo de bicicletas y peatones.
Las noches de verano, el pulso de la ciudad se siente en el lago Aasee, a cuyas orillas y al pie de la escultura gigante de Claes Oldenburg, se disfruta del sol. Para pasear y bañarse lo ideal es el canal Dortmund-Ems, junto al cual, el puerto crece lentamente como lugar de encuentro. Desde la terraza de madera se pueden dejar caer las piernas en el agua... mientras suena la música.