Michael Moore: popularidad que provoca
24 de octubre de 2003Cómo cambiaron los tiempos. Han pasado 40 años desde que el presidente estadounidense John F. Kennedy hiciera su famosa declaración de solidaridad con los berlineses occidentales, celebrado y auplaudido por todo el pueblo alemán. Hoy, nadie espera que el actual presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pasee por la capital alemana en una limusina descapotable en medio de una multitud entusiasmada lanzando flores.
A los alemanes nunca les resultó fácil criticar a Estados Unidos. Hasta el día de hoy sigue habiendo en este país un fuerte sentimiento de gratidud hacia los estadounidenses por haber liberado a Alemania del nazismo, por haber salvado a la ciudad de Berlín del bloquéo soviético en 1948/49, y por haber asegurado la existencia del país durante la Guerra Fría.
La etiqueta del “antiamericanismo” colgaba siembre como una espada de Damocles sobre los críticos de la política estadounidense en Alemania. Sin embargo, existieron y existen muchos asuntos en los que los alemanes tienden a tener otra opinión. Desde un tribunal para nuevos delitos de guerra, la reconstrucción de Irak, la política hacia Irán, tópicos comerciales e incluso las ambiciones defensivas de Europa.
40 semanas en la lista de ventas
Anteeste trasfondo se explica en gran parte el exito exorbitante de Michael Moore en Alemania. Los asaltos verbales, el tono irónico y lleno de sarcasmo con el que este norteamericano de origen irlandés denuncia los fallos de la sociedad estadounidense, parecen librar a los críticos europeos de la constante amenaza de ser antiamericanistas.
El libro de Michael Moore, “Stupid white men” (Estúpidos hombres blancos), se vendió como pan caliente. Más de un millón de ejemplares vendidos lo llevaron a la cima de la popularidad en la lista de "bestsellers" no relacionados con la novelística, en Alemania, manteniendose ahí más de 40 semanas.
La habilidad de Moore de expresar “verdades” de una manera tan directa y con la imagen de un ciudadano normal que simplemente dice lo que todos piensan, es agua para los molinos de los críticos de la guerra en Irak y de la politica del gobierno de Bush en general.
Durante largo tiempo, desde los atentados del 11 de septiembre, muchos criticos fueron denunciados de ser “antipatrioticos” en Estados Unidos, y en Alemania de “antiamericanistas”. La Izquierda estaba paralizada, tanto en Estados Unidos como en Europa y especialmente en Alemania.
Una nueva voz
Las primeras dudas sobre el “inmenso” arsenal de armas de destruccion masiva en manos de Sadam Husein y los problemas de las fuerzas de la coalicion en Irak abrieron el camino para esta figura peculiar que es Michael Moore y su –sin duda e ironía- fabuloso trabajo cinematografico “Bowling for Columine”.
En “Bowling for Columbine”, el carismático documentalista indaga sobre la violencia doméstica de la sociedad norteamericana. El documental es un fenómeno mundial. No sólo consiguió el Oscar en su categoría (con un incendiario discurso de Moore contra la política de George W. Bush) sino que se quedó con casi todos los galardones de los festivales en el que se presentó
El renombrado cineasta Jonothan Demme opina que ahora hay un buen momento para los documentales en Estados Unidos, aunque no sea un género fácil de comercializar, y apuntó que esa circunstancia se debe en gran parte a “Bowling for Columbine”. En Alemania, el filme se conviertó con más de un millon de espectadores en el documental más exitoso jamás visto en cines alemanes.
¿Quién tiene las ganas de empollarse las obras de críticos renombrados como Susan Sonntag, Michael Hardt, Noam Chomsky, Gore Vidal y todos los demas si tiene a Michael Moore al alcance? A fin de cuentas, el gordito de anteojos y con gorro de béisbol es mucho más entretenido.