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Michael Müller, el "hombre fuerte" de Berlín

Marcel Fürstenau (ERC/ERS)16 de septiembre de 2016

El alcalde de Berlín, Michael Müller, es popular pese a su aura de político de provincia… o precisamente por eso. Si el Partido Socialdemócrata de Alemania gana las elecciones regionales en la capital será gracias a él.

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Imagen: picture-alliance/dpa/J. Carstensen

Como alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani (1994-2001) adquirió renombre internacional en el último año de su gestión por la manera en que gestionó la emergencia tras los ataques terroristas contra las Torres Gemelas. Como máxima autoridad municipal de Londres, Boris Johnson (2008-2016) ya tenía fama de excéntrico, pero fue al final de su mandato, con su campaña a favor del “brexit”, cuando su nombre trascendió los titulares de la prensa británica.

El francés Bertrand Delanöe y el alemán Klaus Wowereit se hicieron célebres antes de ser elegidos alcaldes de París (2001-2014) y Berlín (2001-2014), respectivamente, tras hablar públicamente sobre su homosexualidad, un tópico tabú en la política europea por lo menos hasta principios de este siglo. Sin embargo, los suyos son casos excepcionales; no es usual que los políticos comunales terminen siendo reconocidos a escala global por sus hazañas o sus personalidades.

Al actual “hombre fuerte” de Berlín, Michael Müller, no parece interesarle el tipo de atención que recibieron estos hombres; asistir con frecuencia a programas de televisión y fiestas de alto vuelo como lo hizo su predecesor, Klaus Wowereit, no está en sus planes. Müller es popular pese a su aura de político de provincia… o precisamente por eso. Si el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) gana las elecciones regionales en la capital este domingo (18.9.2016) será gracias a él.

La línea de autobús más popular de Berlín

Un hijo de Tempelhof

La prensa local lo describe como un hombre sin carisma proveniente de Tempelhof, un barrio berlinés sin gracia, fácil de olvidar. A Müller no le molesta; él irradia confianza en sí mismo cuando habla de su origen humilde, sugiriendo más bien que ese rasgo es compatible con la responsabilidad de regir una urbe de 3,5 millones de habitantes, golpeada por serios problemas sociales y económicos.

Lo más probable es que Müller obtenga un segundo mandato y que la de los socialdemócratas vuelva a ser la bancada más fuerte en el Senado local, aunque con menos votos que en los comicios pasados: en 2011, representado por Wowereit, el SPD recibió el 28,3 por ciento de los votos. Este 18 de septiembre recibirá, cuando mucho, un 25 por ciento. Müller quiere poner fin a la coalición con los democristianos (CDU), que ya tiene una década, e iniciar una con Los Verdes.

Los temas que importan en Berlín

Si los votos no alcanzan para consumar ese plan, Müller podría incluir a La Izquierda en esa alianza. Esa constelación sería auspiciosa para el programa de Gobierno de Müller. Berlín sigue siendo una urbe con muchas deudas, pero ya no es tan pobre como hace unos años; a la ciudad se mudan cada vez más personas con sueldos altos y grandes fortunas. Y eso no sólo trae consecuencias favorables: el costo de los alquileres está subiendo rápidamente, en detrimento de muchos berlineses.

Müller ha prometido frenar la proliferación de los apartamentos de vacaciones ilegales y controlar la especulación inmobiliaria fijando un impuesto especial para inversionistas extranjeros. Su biografía, su talante y su forma de hablar –llano, sin ser vulgar– lo hacen lucir como un político creíble cuando enumera sus objetivos como alcalde: crecimiento urbano, viviendas asequibles, nuevos puestos de trabajo e integración de los refugiados. Esos son los temas que importan en Berlín.