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Michoacán: violencia con tintes políticos

Enrique López Magallón (CHP)19 de diciembre de 2014

El pasado 16 de diciembre, un enfrentamiento en la localidad de La Ruana, en Michoacán, dejó 11 muertos. El episodio es parte de una recomposición de fuerzas locales, dice a DW experto alemán del Colegio de México.

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Hipólito Mora, líder de una policía rural (ex-autodefensa)
Hipólito Mora, líder de una policía rural (ex-autodefensa)Imagen: Getty Images

Se sabe que en los tiroteos del pasado 16 de diciembre en La Ruana participaron fuerzas que surgieron como autodefensas bajo las órdenes de Hipólito Mora. No está claro quién las combatió. Mora, que perdió un hijo en los choques, acusa de la agresión a otro grupo dirigido por Luis Antonio Torres, conocido como “El americano”. Éste, a su vez, dijo que la Gendarmería (agrupación de la Policía Federal) fue la responsable del ataque.

Pero hay otro personaje en esta historia. Es el comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo. Según Mora, este funcionario sabía que se avecinaba un enfrentamiento y no hizo lo necesario para evitarlo. La situación de la seguridad en Michoacán está “prendida de alfileres”, aseguró el presidente de la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles, citado por el diario mexicano Milenio.

Falta coordinación

Al parecer, el problema no es la falta de cuerpos policiacos. “Existen diferentes agrupaciones de seguridad en la región: la Policía Federal con su agrupamiento de la Gendarmería, las policías estatales de Michoacán, la Fuerzas Rurales (es decir Autodefensas convertidas en policía rural) y policías municipales”, dice a DW Günther Maihold, director de la Cátedra Guillermo y Alejandro Humboldt en El Colegio de México (una de las instituciones académicas de mayor prestigio en el país). “Es evidente que estas agrupaciones con diferentes lealtades de autoridad tienen un problema de coordinación en casos de una crisis emergente”, señala.

En cuanto a las autodefensas michoacanas, no se puede hablar de un bloque monolítico, agrega Maihold. Divisiones internas como las que explotaron en La Ruana “siempre han estado presentes, nunca tuvimos un movimiento integrado”, indica el politólogo.

La sola presencia de la Gendarmería no garantiza la seguridad ni la paz en Michoacán. “No se sabe hasta qué punto está infiltrada la Policía Federal por el crimen organizado”, dice a DW Menko Behrends, experto en temas de seguridad relacionados con América Latina. La presencia de la Gendarmería es uno de los primeros intentos por hacer frente a la violencia en ese estado mexicano, con resultados aún inciertos. “De hecho, podría contribuir a que la violencia se intensifique” si la gestión de la Gendarmería no es manejada adecuadamente, considera el especialista del Foro de Colonia para las Relaciones Internacionales y Políticas de Seguridad.

Violencia focalizada

Dicha violencia, según Maihold, no es generalizada en Michoacán. “Más bien se trata de rencillas entre diferentes grupos violentos cuyos líderes aspiran a un perfil político y tienen una tradición de enfrentamiento y animadversión mutua. No hay que olvidar que para muchos de estos liderazgos existe un móvil: aspirar a cargos de elección popular. Se consideran líderes populares con una adhesión importante de posibles votantes”, afirma.

Maihold recuerda además que en Michoacán se celebrarán en 2015 comicios para elegir gobernador y otras autoridades locales y estatales. “Ya empiezan los conflictos partidistas y la crítica a la persona del Comisario (Castillo) podría ser un impedimiento para las estrategias electorales. Por lo tanto, estaremos en los meses que vienen ante una coyuntura de más conflictos y críticas, por el calentamiento del ámbito electoral” en Michoacán, finaliza.