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Ministerio de Defensa frena planes para el Euro Hawk

Mathias Bölinger/ Cristina Papaleo22 de mayo de 2013

El Ministerio alemán de Defensa detuvo el proyecto de fabricación del avión no tripulado Euro Hawk, lo que causó pérdidas millonarias. Sin embargo, los problemas de seguridad del dron se conocían desde hace tiempo.

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Imagen: picture-alliance/dpa

En diciembre de 2012, los encargados del proyecto de fabricación de un vehículo aéreo alemán no tripulado todavía parecían ser optimistas. “El proyecto alcanzó el punto de maduración necesario que permite que el Euro Hawk se integre al espacio aéreo”, explicó entonces la delegación alemana durante un congreso de la Organización Internacional de Aeronáutica Civil (OACI), con sede en Montreal. Tres meses más tarde, el ministerio alemán de Defensa ya no parecía tan convencido.

“Se está verificando si se puede justificar la producción en serie del Euro Hawk en vista de los problemas que presenta obtener una licencia”, explicó, por su parte, Thomas Kossendey, secretario de gabinete del Ministerio alemán de Defensa. Más tarde, en mayo de 2013, esa cartera anunció el fin del proyecto para fabricar el dron alemán. Las pérdidas ascienden a cerca de 600 millones de euros.

Alertas sobre falta de sistema de seguridad

Según informes, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, por sus siglas en inglés) anunció que no extendería los permisos para que los drones sobrevolaran zonas pobladas debido a que no cuentan con un sistema certificado para prevenir colisiones. Pero ese era un problema conocido desde hace bastante tiempo. Los planes para construir aviones no tripulados Euro Hawk datan de comienzos de este siglo.

Dron "Global Hawk", de la FF. AA. estadounidense.
Dron "Global Hawk", de la FF. AA. estadounidense.Imagen: picture alliance/dpa

En 2004, empleados de la Agencia Europea de Aviación Civil y Espacial (EADS) alertaron sobre la necesidad de contar con un sistema de prevención de colisiones durante el despegue y el aterrizaje de los drones. Si bien estos aviones vuelan a una altura de 20.000 metros, casi el doble de la altura de aviones de línea, pueden producirse situaciones peligrosas durante esos dos momentos claves. Después de eso, el Euro Hawk debe cruzar el espacio aéreo, densamente poblado por aviones de pasajeros. Un piloto de un avión de pasajeros no tendría, según se lee en la página de Internet de la EADS, “ninguna posibilidad de evitar un choque”.

Pérdidas y críticas

Según un artículo publicado por el periódico Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung del pasado fin de semana, también el servicio técnico del Ejército alemán, responsable de la verificación técnica antes de la compra de nuevos aviones, hizo hincapié en el problema. A pesar de eso, el ministerio de Defensa firmó un contrato de fabricación del Euro Hawk con la EADS y con el grupo estadounidense Northrup Gumman, dice el informe. Tampoco en ese contrato se prevé la existencia de un sistema automático de desvío en caso de posible colisión, sino que la responsabilidad recaería sobre el centro de control de aviación civil. En 2011 se produjo un incidente que pareció confirmar las críticas a la carencia de un sistema de seguridad: el dron perdió el contacto por radio con la estación terrestre durante algunos minutos.

Drone de guerra del tipo Predator, de EE. UU.
Dron de guerra del tipo Predator, de EE. UU.Imagen: picture-alliance/dpa

Así las cosas, la revista Luftwaffe.de, de la Bundeswehr, citó a Wolfgang Staiger, director de la división WTD 61: “Para el Euro Hawk también son válidos los estándares de seguridad correspondientes a la aviación tripulada”. Durante el congreso de aviación en Montreal, en diciembre de 2012, la delegación alemana había explicado una vez más que “la falta de un sistema adicional de detección y desvío parece ser aceptable”. Entretanto, el ministerio de Defensa admitió que sabía de los problemas desde 2011.

Sin embargo, el hecho de que ese ministerio haya detenido los planes de construcción del Euro Hawk parece tener, además, otros motivos. Se cree que, evidentemente, los datos proporcionados por el fabricante estadounidense no son suficientes para obtener una licencia europea. Dado que una parte de los datos técnicos de proyectos de este tipo se mantienen en secreto, en el caso del dron alemán faltan informaciones que las autoridades consideran necesarias. Pero obtenerlas a través de pruebas a posteriori podría costarle al Ejército varios cientos de millones de euros adicionales.

Autor: Mathias Bölinger/ Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz