Niebel evalúa gira por Bolivia, Perú y Colombia.
7 de noviembre de 2010Deutsche Welle: Señor Niebel, usted se ha propuesto elevar la efectividad de la cooperación alemana para el desarrollo y acaba de concluir ahora su más reciente gira latinoamericana, luego de pasar por Bolivia, Perú y Colombia. ¿Cuán efectiva le pareció la cooperación alemana en estos países?
Dirk Niebel: Nos hemos topado con proyectos que funcionan bien y estoy convencido de que tienen resultados. Ahora, si cada euro se ha invertido o no correctamente es algo que, por supuesto, no puedo asegurar tras un viaje tan corto.
Lo importante es, en todo caso, que observemos directamente que los resultados previstos sean visibles al final, tal como ocurre efectivamente con los proyectos que me han sido mostrados.
La primera estación fue Bolivia, gobernada por un presidente de izquierda, el señor Evo Morales. Usted es un político liberal (del partido FDP) que apuesta por el liberalismo económico. ¿Cómo repercute esto en el volumen de la cooperación con este país sudamericano?
Esto no tiene ninguna consecuencia sobre el volumen de la cooperación para el desarrollo. El señor Morales no es un presidente que me sea políticamente cercano pero está democráticamente legitimado y cada país tiene el derecho de elegir a su propio Gobierno.
No obstante, me temo que el desarrollo económico retrocederá en Bolivia en los próximos tiempos, pues creo que muchas inversiones se están viendo retrasadas o totalmente frenadas. Esto, en primer lugar, porque las empresas estatalizadas son muy cautelosas con las privadas y, en segundo lugar, porque el Estado parece estar extrayendo y no reinvirtiendo las ganancias de las empresas y esto conduce a una espiral de reducciones.
La segunda estación, Perú, es un país que vive cierto auge económico desde hace algunos años. ¿Qué consecuencias puede tener esto para la cooperación, puede decirse que las cosas van tan bien en Perú que la cooperación alemana podría disminuir?
La cooperación funciona muy bien, eso es cierto, pero existe todavía una cifra muy elevada de personas pobres. Aunque Perú va por buen camino. El país ha logrado reducir a la mitad la pobreza extrema y esta es una muy buena señal. Esto muestra también que si continuamos desarrollando la cooperación, con la participación de la economía privada, podemos cumplir más rápidamente nuestros objetivos que si contamos sólo con el aporte de los contribuyentes (a través del Estado).
En su tercera y última estación, en Colombia, usted pudo constatar avances positivos en materia económica similares a los de Perú. Pero el mayor problema en este país radica en la situación de los derechos humanos tras décadas de guerra civil y miles muertes. ¿Cómo puede Alemania contribuir al proceso colombiano de reconciliación nacional?
Creo que no podemos ayudar a diseñar el proceso de reconciliación. Eso es algo que tienen que hacer fundamentalmente los propios colombianos. Pero sí podemos facilitar ese proceso participando, por ejemplo, en conocimientos base para el otorgamiento de títulos de propiedad de tierras o en la elaboración de catastros (con datos geográficos y estadísticos, de población, propiedades, renta, etc.) que garanticen a la gente una cierta seguridad.
Naturalmente también cooperamos con empresas colombianas y alemanas en áreas especializadas en la creación de valor añadido para las personas a través de la creación de puestos de trabajo, así como en la creación de valor añadido para el Estado a través de la recaudación de impuestos. Creo que el tratado de libre comercio con la Unión Europea, que entrará en vigor este año, dará también un impulso adicional, tanto para Perú como para Colombia.
Un problema común en los tres países que acaba de visitar es el de la droga, relacionado con las plantaciones de coca. Ha habido muchos intentos de desarrollar alternativas para que los campesinos se involucren con otros renglones agrícolas que no contribuyan al consumo de droga. Pero en este viaje hemos escuchado que muchos campesinos, especialmente bolivianos, no están interesados en abandonar la plantación de coca ¿Ha visto usted avances en este sentido?
Las alternativas han funcionado. Y al mismo tiempo no han funcionado. Es importante observar que, allí donde se han generado oportunidades educativas, combinadas con medidas infraestructurales e integración de los campesinos en cooperativas que los proveen de mejores oportunidades de acceso al mercado, las plantaciones de coca han disminuido.
Pero hay también otras regiones donde se adolece de estas medidas infraestructurales y educativas, donde no existen estas oportunidades para elevar las ventas y las ganancias (con otros productos agrícolas), por eso creo que debemos continuar trabajando en esta dirección, porque ha sido efectivo en todos los lugares donde se ha hecho.
De cualquier manera, creo que no podremos combatir el narcotráfico en su conjunto si no nos ocupamos de los receptores, de los consumidores de la droga. Y este es un amplio terreno de discusión, donde se incluye la posibilidad de emplear drogas para otros fines, en el sector de la medicina. Pero para ello, por supuesto, habría que transformar convenciones internacionales, para lo cual no veo consenso político por el momento.
¿Si tuviera que resumir el viaje en tres palabras claves?
Eso no puedo hacerlo en tres palabras. El continente es demasiado grande y demasiado importante. Creo que tenemos mucho que ofrecerle a América Latina y América Latina a nosotros, porque partimos de los mismos principios. Creo que deberíamos preocuparnos más por este continente.
Autor: Marcel Fürstenau (RML)
Editora: Claudia Herrera Pahl