Ministros europeos aprenden lecciones de Copenhague
22 de diciembre de 2009
Angela Merkel ha sido descrita en más de una oportunidad como una optimista de profesión; para la canciller alemana hasta a la XV Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático se le puede mirar desde un ángulo favorable. Pero, ¿qué balance realizan los ministros europeos del Ambiente de la cumbre celebrada en Dinamarca? “Es un fracaso rotundo del que debemos aprender”, dijo Andreas Carlgren en representación de Suecia, país que actualmente preside el Consejo Europeo, tras llegar a Bruselas este martes (22.12.2009) para reunirse con sus homólogos.
Tras el fiasco de Copenhague, los funcionarios acordaron propiciar alianzas estables con países de probada conciencia ambiental como Japón y Australia antes de asistir a las próximas conferencias monumentales de las Naciones Unidas dedicadas al tema de los cambios climáticos; una tendrá lugar en Bonn en junio de 2010 y la otra en México a finales de noviembre. Diciembre de 2010 es la nueva fecha fijada para la firma de un acuerdo internacional que deberá entrar en vigor en enero de 2013, si no se repiten tretas dilatorias como las vistas en la capital danesa.
La próxima vez…
Los 27 Estados miembros de la Unión Europea (UE) quieren llegar a las primeras “conclusiones estratégicas” en los encuentros informales que se celebrarán en enero en Sevilla. El ministro alemán del Ambiente, Norbert Röttgen, anunció que Europa ejercerá mayor presión sobre Estados Unidos y China en el futuro, subrayando que en Copenhague no sólo se plantearon cuestiones técnicas alusivas al clima, sino también juegos de poder.
Carlgren señaló que el factor decisivo para el fracaso de Copenhague fue la falta de disposición para la negociación mostrada por Estados Unidos y China.
La credibilidad de la ONU
No obstante, Carlgren insiste en que la ONU sigue siendo una organización muy importante. “El de las Naciones Unidas es, a pesar de sus flaquezas, el sistema que protege los intereses de los países más pequeños”, subraya Carlgren, coincidiendo con su homólogo alemán; para Röttgen, prescindir de la intervención de la ONU sería como invitar a los países más fuertes a negociar desde sus posiciones de poder en nombre del resto del mundo. No obstante, Röttgen enfatizó la necesidad de que el organismo internacional ofrezca resultados concretos para recuperar su credibilidad y solidificar su legitimidad.
Röttgen también exigió a la Unión Europea demostrar mayor ambición, argumentando que a Alemania le conviene que Europa mejore su oferta y decida reducir las emisiones de anhídrido carbónico, no en un 20 por ciento, sino en un 30 por ciento de aquí al año 2020 en comparación con la cantidad de gases producidos en 1990. Röttgen se remitió al compromiso ya anunciado por Alemania de reducir la producción de los gases que generan el llamado efecto invernadero en un 40 por ciento.
¿2010, un año de esperanzas?
Francia y Bélgica están entre los países que claman por la entrada en vigor de impuestos aduaneros especiales para países con estándares ambientales bajos como China, pero tanto el ministro sueco del Ambiente como el alemán se manifestaron en contra de la medida, alegando que a Europa le interesa el desarrollo de las fuerzas del mercado y no colocarles obstáculos. Teresa Ribera, representante de España en esta jornada de ministros ambientales europeos, se mostró pesimista de cara a las intenciones de alcanzar acuerdos concretos y vinculantes durante la presidencia española del Consejo Europeo pautada para la primera mitad del año 2010; pero el tiempo apremia y, aún entre tecnócratas, la esperanza es lo último que se pierde.
Autor: ER / dpa / afp
Editor: Pablo Kummetz