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Más agua y menos fuego

14 de agosto de 2003

Incendios forestales, cosechas perdidas, lechos de ríos secos y cientos de muertes por insolación son, indudablemente, un peligro evidente. Hay, sin embargo, otra amenaza mayor: la creciente carencia de agua.

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Con el agua hasta la cintura. Inundaciones en el Este alemán en 2002.Imagen: AP

La falta de agua amenaza a un tercio de la humanidad. "Las enfermedades relacionadas con el agua matan a un niño cada siete segundos", dijo recientemente el secretario general de la ONU, Kofi Annan, al recordar la Conferencia sobre Medio Ambiente celebrada en Estocolmo en 1972. Precisamente en la capital sueca se celebra esta semana un simposio sobre la práctica en el terreno, la ciencia, la política y la toma de decisiones para alcanzar una gestión eficaz y a largo plazo de los recursos hídricos.

La naturaleza perdida

Durante el último siglo,la población mundial se ha triplicado, mientras el consumo de agua ha aumentado seis veces. Estos cambios han traído consigo un alto costo medioambiental: la mitad de los humedales desaparecieron durante el siglo XX, algunos ríos ya no llegan al mar y el 20% del agua dulce del mundo está en peligro. Estas consecuencias sobre el Medio Ambiente también han supuesto un elevado costo social y económico. Mientras la agricultura utiliza cada vez más agua para satisfacer la demanda de alimentos de una población creciente, otros usuarios también compiten por el mismo agua: más población supone mayor necesidad de energía, y ello, a su vez, de hidroelectricidad.

Grises escenarios del futuro

Para el 2050, es probable que al menos una de cada cuatro personas viva en países afectados por la escasez crónica o recurrente de agua dulce. Se han creado varios escenarios basados en las últimas proyecciones de la ONU sobre población. Según la proyección más optimista, unos 2.000 millones de personas en 48 países sufrirán escasez de agua en el 2050. La escasez de agua no afectará de la misma manera a todas las regiones. Durante las próximas dos décadas, el aumento de población y la creciente demanda de agua llevará a todos los países de Asia Oriental a condiciones de escasez de agua. Por otro lado, se estima que casi 230 millones de africanos sufrirán escasez de agua, y 460 millones vivirán en países con tensión hídrica.

Los extremos aumentan


El panorama no es nada alentador. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el cambio climático explica aproximadamente un 20% del aumento global de la escasez de agua. Y como si fuera poco, las sequías e inundaciones aumentarán en intensidad. Las fuertes precipitaciones causarán más daños por los derrumbes, avalanchas y deslizamientos más frecuentes. Algunas ciudades costeras estarán amenazadas por las inundaciones. Y, por último, habrán enfermedades tropicales en latitudes cada vez más nórdicas.

Sólo el 2,5% de toda el agua del planeta es agua dulce, mientras que el 97,5% son océanos. Y sólo el 0,3% de este agua dulce está disponible en ríos, lagos y embalses, el 30% en agua subterránea, y el resto está congelada en glaciares lejanos o zonas montañosas. La importancia del agua es evidente: un ser humano no puede sobrevivir más de tres días sin beber.

José Ospina Valencia