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Más cuestionamientos sobre relación del presidente alemán con un banco

1 de enero de 2012

Las esperanzas del presidente federal alemán, Christian Wulff, de calmar los ánimos, se derrumbaron con nuevas revelaciones en torno al polémico crédito que contrajo cuando era primer ministro de Baja Sajonia.

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El presidente alemán y su esposa en el Baile de los Periodistas en 2010.Imagen: picture alliance / dpa

La declaración efectuada por Wulff dos días antes de la Nochebuena, en la que admitía haber cometido errores en torno al financiamiento de una casa para su segunda familia y sus vacaciones en domicilios lujosos de empresarios amigos le concedió una tregua, pero por poco tiempo.

Ahora, el tema vuelve a los titulares de los principales medios con nuevos detalles sobre el escándalo. En su edición de hoy, el semanario "Der Spiegel" especula sobre la relación entre el crédito a intereses sumamente bajos otorgado por el banco estatal BW-Bank y el papel que jugó Wulff en el rescate de la automotriz Porsche.

Porsche absorbido por Volkswagen

Porsche intentó precisamente con la ayuda del BW-Bank de hacerse con el gigante Volkswagen, pero en medio de la crisis financiera mundial, el fabricante de coches deportivos quedó al borde de la ruina y fue absorbido por Volkswagen.

Wulff integraba entonces como gobernante de Baja Sajonia el consejo de vigilancia de Volkswagen y participó en el rescate de Porsche, salvando al mismo tiempo al BW-Bank de perjuicios financieros, explica la revista. "Spiegel" se pregunta si el préstamo del banco a intereses estimados entre el 0,9 y 2,1 ciento no fue un especie de agradecimiento por parte de la entidad crediticia. Wulff negó categóricamente cualquier relación y el banco calificó la versión de "disparate absoluto", pero el eco mediático muestra que el tema sigue candente.

BW-Bank abrió investigación interna

Este crédito del BW-Bank sucedió a un préstamo personal que dio a Wulff la esposa de un millonario amigo del político democristiano. Poco después de que este hecho saliera a la luz hace dos años, el entonces jefe de gobierno de Baja Sajonia se apresuró a cambiarlo por un crédito del banco en cuestión, aparentemente también conseguido con la intercesión de su pudiente amigo.

Pero ahora se abren otros frentes. El BW-Bank ha sido criticado por miembros de su consejo de vigilancia por haber otorgado condiciones tan favorables a Wulff y ha iniciado una investigación interna. Además, fueron interpuestas dos demandas penales contra responsables de la entidad. En el Parlamento regional de Baja Sajonia, por su parte, la oposición analiza si Wulff violó leyes al aceptar un crédito de un empresario amigo o pasar vacaciones en mansiones de otros adinerados como primer ministro del "Land".

El hecho es que cada vez aparecen más incoherencias, según las investigaciones de la prensa. El 15 de diciembre pasado, Wulff comunicó que había permutado el préstamo a bajos intereses por uno de largo plazo a un interés de mercado.

Pero días atrás, el banco se manifestaba por primera vez en público para aclarar que a esa fecha aún no había nada firmado. En realidad, el presidente puso la firma sobre un nuevo contrato de préstamo a intereses de mercado el 21 de diciembre y el banco lo recibió el 27 de diciembre.

Socialdemócratas: ¿también involucrados?

Aún cuando el abogado de Wulff subraya que las negociaciones para este último crédito comenzaron en noviembre y la tasa de interés fue fijada el 25 de aquel mes, e insiste en que no hay ningún tipo de relación entre todo esto y las publicaciones de la prensa, la cronología de los hechos abre interrogantes. A toda vista, la operación fue cerrada después de que estalló el escándalo.

Además, llama la atención el recato de la oposición. El presidente del Partido Socialdemócrata alemán, Sigmar Gabriel, advirtió que la renuncia de Wulff podría desatar una crisis de Estado. Pero eso probablemente sea una parte de la verdad. Los socialdemócratas de Baja Sajonia, empezando por el ex primer ministro y posterior canciller alemán Gerhard Schröder, también mantienen buenas relaciones con muchos de los potentados amigos de Wulff. El empresario Carsten Maschmeyer, que donó dinero para la campaña de un libro de Wulff, también costeó en el pasado publicidad para Schröder.

El jefe del grupo parlamentario de Los Verdes, Jürgen Trittin, prefiere callar. Trittin fue muy duro en sus críticas al antecesor de Wulff, Horst Köhler, quien dimitió después de un escándalo por unas polémicas declaraciones en las que resaltaba la necesidad de definir la política exterior alemana según los intereses económicos. Nadie quiere convertirse en el próximo "decapitador".

dpa

Editor: José Ospina-Valencia