Nápoles espera ayuda de Unión Europea para solucionar caos
6 de enero de 2008“Esto es una tragedia”, fue la lacónica expresión del presidente italiano Giorgio Napolitano para describir el caos en el que se encuentra sumida Nápoles, una de las más importantes ciudades de Italia.
Desde hace más de tres semanas el servicio de recolección de basuras se encuentra paralizado. El desastre higiénico se puede calcular en cifras: “Más de 150 mil toneladas de basura de todas las formas amenaza con ahogar a la ciudad y a su comarca norteña de Caserta”, dice el diario “Il Mattino". Con cada día que pasa sin que no retiren las basuras, las malolientes montañas de restos crecen en 6.000 toneladas más.
La quema de basuras en plena calle, por parte de iracundos habitantes, lo que han hecho es empeorar la situación, pues al problema higiénico le agregan otro ambiental por la emisión de gases tóxicos como la dioxina, producto de los incendios ilegales que además, representan un peligro inminente de incendio para los vecindarios.
Trece años de “emergencia basurera”
La policía napolitana no sólo tiene que hacer presencia ante las quemas ilegales de basura sino también para aplacar los ánimos de los habitantes de la comunidad de Pinaura, al occidente de la ciudad, que protestan por la planeada apertura de un campo vertedero de basuras suplementario ante el cierre obligado de los existentes debido a la superación de las capacidades.
Una protesta que parece absurdo, ya que las calles y andenes de Pinuara están, igualmente, atafagados de residuos y no pocas ratas muertas, desde hace más de tres semanas. Todo parece que los habitantes de Pianura prefieren ahogarse en la propia basura que cubre las calles antes de permitir que la basura de todos sea depositada cerca de sus viviendas.
La desconfianza de los habitantes tiene justificadas razones
La “crisis de la basura” es en Nápoles un problema frecuente y recurrente. El problema empero, parece imposible de resolver. Ello a pesar de que en la vecina provincia de Campania cuenta con suficientes capacidades para recibir y tratar las basuras de la región. A eso se suma que los napolitanos pagan tarifas más altas por el servicio de basuras que sus connacionales en otras ciudades y mantienen un verdadero batallón de 20.000 personas recolectoras de basuras. A pesar de todo esto, en Nápoles y en entorno rige el caos desde 1994.
Para Michele Bonomo, de la organización ambiental Legambiente, la crisis no es una sorpresa. Según Bonomo, Campania es la única región en Europa occidental que carece de un sistema de recolección, tratamiento e incineración de basuras. “Ninguna de las plantas de incineración está en funcionamiento y la separación de basuras sólo se practica en pocas comunidades”. Los habitantes se oponen furiosamente a toda apertura de vertederos o plantas de tratamiento.
La Camorra está envenena a sus compatriotas
„En todas partes, menos en mi solar“, es el lema de los napolitanos cuando se trata de deshacerse de las toneladas de residuos propios que producen a diario. La desconfianza de los campanienses tiene razones para desconfiar.
A pesar de que el Gobierno de Roma ha invertido miles de millones para proveer a Nápoles de las instalaciones sanitarias necesarias, buena parte del dinero lo único que ha logrado es hacer ricos a los capos de la Camorra, como se llama la mafia regional.
El escritor italiano Alberto Saviano, describe en su obra investigativa “Gomorra”, cómo la mafia de Nápoles y sus alrededores se hace a los millonarios contratos que concede la ciudad y el Estado a las empresas de eliminación de basuras y cómo los capos en vez de incinerar las basuras, entierran peligrosos residuos debajo de los cultivos de la región poniendo en peligro la salud y la vida de millones de personas, aparte de la catástrofe ambiental que están causando. Los índices de cáncer de los habitantes de la región superan ya el promedio italiano y europeo.
¿Quién podrá salvar a los napolitanos?
Saviano se ha convertido en el enemigo número uno de los clanes mafiosos de Campania. Grupos criminales que componen, probablemente, sector económico más importante de Italia. Según Saviano, los negocios ilícitos de las diferentes mafias italianas aportaron el 7% del PIB, o sea unos 100.000 millones de euros, más del doble de lo que factura Microsoft.
Ahora la única esperanza que guardan los italianos es que la Unión Europea intervenga en la administración de recursos para la construcción de plantes de tratamiento e incineración y haga respetar las altas normas higiénicas y ambientales de Bruselas.