Naoto Kan: frente al manejo de la crisis en Japón
16 de marzo de 2011Deutsche Welle: Señor Freund, Naoto Kan dirige el Gobierno japonés desde 2010 y se halla ahora frente a una tarea gigantesca. ¿Cómo evalúa usted su desempeño en el manejo de la crisis desatada en Japón por el terremoto y posterior tsunami del pasado viernes?
Alexander Freund: Nosotros vemos a este hombre grácil con su overol azul y todo el mundo se pregunta: '¿está haciendo bien su trabajo?' Creo que, para los japoneses, está haciendo lo que tiene que hacer. A diferencia de lo ocurrido en crisis anteriores, ante ésta, Naoto Kan reaccionó rápido. Puso rápidamente al ejército en movimiento, algo que no sucedió con el terremoto de 1995 en Kobe, cuando el envío de ayuda quedó estancado por largo tiempo.
Él se preocupó inmediatamente por la transparencia. Y además, sabe de lo que habla, pues antes de entrar en la política estudió física. Aunque a nosotros nos parezca a veces vacilante, los japoneses le tienen confianza, sobre todo porque representa un modo distinto de hacer política. Es más abierto, más directo y no duda en romper con viejas estructuras obsoletas.
El terremoto ha alcanzado a Japón en medio de una dura crisis política. El país está altamente endeudado. La oposición bloquea importantes reformas. Se dice que el propio Naoto Kan estaba a punto de renunciar. ¿Tiene el primer ministro suficiente apoyo y poder político para manejar una catástrofe de tales magnitudes, más allá de que cuente con la gracia de la población?
Sigue teniendo el poder porque tiene el respaldo popular. Por otro lado, en las propias filas de su partido militan muchos que se le oponen o lo envidian. La oposición ha tratado de debilitarlo con múltiples ataques. Pero se trata de un político experimentado en el manejo de crisis.
Ya lo demostró en 1996, en medio de un gran escándalo en la política japonesa, cuando reservas de sangre contaminada con VIH fueron suministradas a pacientes hemofílicos. En ese escándalo estuvo involucrado el Ministerio de Salud, que era entonces su cartera.
Sin embargo, él no dudó en informar a la opinión pública sobre datos sensibles del caso. Por supuesto que eso le ganó muchos desafectos en la administración. Pero gracias a ello goza, frente a la población, de la reputación de enfrentar los problemas abiertamente, de forma poco convencional, e intervenir cuando es necesario.
La transparencia no suele ser un atributo destacado de la política informativa japonesa. En tiempos de crisis se ha informado frecuentemente con retraso a la opinión pública. Sin embargo, el primer ministro Kan se comporta de manera bien distinta. Él ha pedido ayuda exterior y ha criticado fuerte y públicamente a los operadores de la central nuclear. ¿Cómo debe interpretarse esto?
Naoto Kan no criticó frente a los micrófonos de la opinión pública mundial la precaria política informativa de la realmente dudosa empresa operadora, Tepco. Pero lo hizo tan alto y claro que los colegas de la agencia de noticias japonesa, Kyodo, tuvieron que oirlo. Él se ha desmarcado realmente de lo que es usual en Japón. Ha responsabilizado totalmente a la empresa operadora y le ha preguntado: '¿qué diablos pasa aquí?' Eso es atípico en el país.
En su toma de posesión, Kan prometió involucrar a la población en las decisiones gubernamentales y comportarse de la forma más transparente posible. Por supuesto que él depende de la información de que lo proveen los operadores (de Fukushima). Ninguno de nosotros puede mirar lo que está sucediendo dentro del reactor.
Pero el primer ministro facilita toda la información que le llega. Claro que trata de tranquilizar, otros dicen que trata de aplacar. Pero Kan hará todo lo que pueda para evitar el pánico. En mi opinión, sí se trata de otro estilo político. Aunque desde Occidente se le vea de otra manera, él es realmente más transparente.
Entrevista: Ralf Bosen
Editora: Luna Bolívar