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No hay tierra a la vista

30 de noviembre de 2003

Los ministros de Relaciones Exteriores de los 25 Estados miembro y futuros de la Unión Europea no lograron un acercamiento en cuestiones vitales durante su reunión de dos días en Nápoles.

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No existe el pretendido consenso.Imagen: AP

La cuenta regresiva para la cumbre de jefes de Estado o Gobierno a mediados de diciembre próximo, en la que se pretende aprobar la Constitución Europea, ha comenzado. El desacuerdo en varios temas sigue siendo igual de grande que antes del cónclave en Nápoles. Aún cuando se ha logrado superar una serie de conflictos menores, no hay consenso en torno a las cuestiones realmente importantes. Se entiende que el ministro de Exteriores alemán, Joschka Fischer, dejara Nápoles más pesimista de lo que llegó. Las posibilidades de la Unión Europea logre aprobar su Constitución en el 2003 se evaporan poco a poco.

En Nápoles muchos ministros de Exteriores como por ejemplo el británico, Jack Straw, o la española, Ana Palacio, se dedicaron más bien a definir qué es lo que en ningún caso están dispuestos a aceptar.

Un descalabro con consecuencias

Fue ostentosa la gran solidaridad entre los británicos y los polacos. Por lo visto quieren formar un contrapeso al poderoso eje franco-germano en la cumbre gubernamental. Gran Bretaña busca evitar a como de lugar, que se apruebe el nuevo sistema de voto de "doble mayoría". Polonia por su parte se aferra al Tratado vigente acordado en Niza hace tres años.

Alemania se mostró modesta y no hizo nuevas demandas, tomando en cuenta la tensión causada por la violación franco-germana del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Aún cuando el ministro Fischer niegue el impacto negativo del descalabro del Pacto de Estabilidad, en Nápoles se comprobó que los pequeños estados miembro de la Unión Europea esperan a cobrar la cuenta abierta.

Si lo bueno se hiciera fácilmente...

Algunos países juegan con la hipótesis de aplazar el reparto de votos naciones, específicamente el sistema de voto de "doble mayoría" incluido en el borrador de la Constitución. Teóricamente hay tiempo hasta el 2009 para decidir, pues será entonces cuando entre en vigor la Constitución. Sin embargo este tipo de compromisos incorrectos ya se practicaron hace tres años en la legendaria Cumbre de Niza.

El flaco resultado de Niza se ha convertido justamente en uno de los mayores obstáculo para la Constitución. Cometer el mismo error nuevamente sería fatal. Si en diciembre no se logra una solución, entonces sería mejor extender el proceso. Más vale tarde pero bien, después de todo se trata de la Constitución de la Unión Europea.