¿No quiere Líbano la Marina alemana?

La discusión y votación del envío de unidades de la Marina como aporte a la misión de UNIFIL en Líbano fue aplazada por la canciller alemana, Angela Merkel. Como motivo se dio que, oficialmente, Líbano no ha pedido un apoyo en ese sentido. Eso bastó para despertar el avispero de las elucubraciones. ¿Será que las tropas alemanas se quedarán al fin como una mesa dispuesta para una cena a la que nadie acude? Más allá de acerca de lo vergonzoso que sería ofrecer una ayuda que nadie ha solicitado, en Alemania se discute y elucubra acerca de los motivos de esa no solicitud.

Israel quiere, ¿Líbano?

Hasta el cansancio, pero con cautela, se ha discutido acerca del porqué de que Alemania no desee enviar infantería a la región limítrofe con Israel, una situación que podría resultar inimaginablemente explosiva en caso de que hubiese enfrentamientos involuntarios con efectivos israelíes. Con buenos ojos se ve en Israel, en cambio, que Alemania -y otros europeos como Dinamarca, Noruega, Suecia y Holanda- asegure las costas libaneses e impida posibles envíos de armamento a Hezbolá.

Pero Líbano no acaba de pedirlo oficialmente, y se especula que al interior de su cúpula de gobierno en Beirut tampoco existe un entusiasmo mancomunado por la idea. Que es debido a los ministros de Hezbolá, dicen unos analistas; que es por el temor a perder la tan pisoteada soberanía del pequeño país, dicen otros. En este sentido, "Miedo a marineros extraños", titula el Süddeutsche Zeitung. "Italianos en Líbano, alemanes en estado de espera", dice el Hamburger Abendblatt, poniendo sobre la mesa otro de los aspectos de la discusión: los otros ya se han puesto en marcha, y los efectivos alemanes siguen firmes.

¿Por qué espera Alemania?

Hasta el momento, la información es confusa. Como ejemplo el de la propia canciller: por un lado aplazó la discusión en el Bundestag aduciendo que "la seguridad tiene prioridad por sobre la rapidez", y a la vez declara que espera que la decisión se tome en poquísimo tiempo.

Por su parte, el subsecretario del Ministerio Alemán de Exteriores, Gernot Erler, hizo lo suyo por aclarar el punto de vista oficial alemán: no es que se esté poniendo en duda la participación del gobierno alemán en la misión de la ONU; simplemente se trata de las tres condiciones sine qua non para participar poder enviar sus efectivos de la Marina: la solicitud del Líbano, un mandato claro y la aprobación de la misión por el Bundestag. En resumen, mucho ruido y pocas nueces, por lo menos hasta que alguna declaración de Líbano no compruebe lo contrario.