Nueva terapia contra el alcoholismo
29 de marzo de 2006
Entre cerveza y cerveza, la dependencia del alcohol está más extendida de lo que parece a simple vista. Nada menos que un millón y medio de alemanes están afectados directamente por esta dolencia, mientras que dos millones y medio se encuentran en peligro de entrar a engrosar tan espectaculares cifras.
Tratamiento personalizado
La Universidad de Friburgo presentó una efectiva terapia para combatir este mal que, aparte de afectar a la salud y la vida privada, también tiene consecuencias en el trabajo, las amistades, o las relaciones sociales.
"Lo que hacemos es examinar la vida de los pacientes y como han funcionado hasta ahora con el alcohol. Analizamos que es lo que quieren y como les gustaría que fuese su vida, mostrándoles la diferencia y buscando una solución. Los pacientes intentan cambiar su vida puesto que les parece posible cambiarla. Saben que cuentan con un interlocutor al pueden acudir con sus problemas".
El médico superior Dr. Michael Berner y su equipo hablan con los pacientes sobre las causas que les han llevado a recurrir a la botella: frecuentemente stress laboral, presión social o problemas familiares. Pero también los genes juegan un papel importante en esta tendencia al alcohol.
Disminuir los efectos del alcohol
La predisposición es un elemento clave. Sobre todo si la persona bebe vino para disfrutarlo, o es un bebedor patológico. Pero una cosa es inevitable: quien consume mucho alcohol provoca que su cuerpo sufra una dependencia.
Para disminuir ésta, la terapia incluye medicamentos en el tratamiento. Los pacientes reciben dos sustancias: Acamprosat y Naltrexon. Ambos actúan en el cerebro disminuyendo la presión de necesitar beber alcohol, además de reducir los efectos placenteros de la bebida.
Un consumo excesivo de alcohol hace mutar a las estructuras cerebrales. Las sustancias como el Acamprosat evitan que el organismo segregue hormonas que generan felicidad. Así se libera al paciente de la necesidad de beber.
Alternativas a la bebida
Pero aunque las pastillas ayuden, no hacen milagros. Simplemente ayudan al paciente a abandonar viejos hábitos para que aprenda comportamientos alternativos. La nueva terapia ofrece estas alternativas para abandonar los viejos modelos de vida, una técnica que hasta ahora cosechó grandes éxitos en la lucha contra la dependencia.
Según los expertos, el 65 por ciento de los participantes no recayeron en la botella. Todo un logro contra una enfermedad que muchas veces no se muestra aparente, pero provoca graves daños tanto a la persona como en su estructura social.