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Obama y Merkel intentan limar diferencias en Seúl

11 de noviembre de 2010

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, subrayaron hoy su voluntad común de cooperación, pese a sus recientes enfrentamientos sobre comercio y política monetaria.

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Merkel y Obama, en Seúl.Imagen: AP

"De hecho, estamos cooperando bien y de manera estrecha, y eso, creo, también es absolutamente necesario en un mundo que sólo puede resolver los problemas de forma conjunta", expresó Merkel antes de reunirse con Obama en Seúl, donde ambos líderes participan en la cumbre del G20.

La canciller alemana señaló que en la cumbre del G20 Alemania y Estados Unidos deben asumir conjuntamente responsabilidades, para emitir una señal que impulse el crecimiento en todo el mundo. Por su parte, Obama resaltó la estrecha asociación que existe entre los dos países y manifestó su orgullo por poder cooperar con Alemania. El presidente norteamericano adelantó que hablará con Merkel sobre un crecimiento económico equilibrado y sostenible, así como sobre la situación en Afganistán.

Cumbre empresarial

No obstante, las diferencias entre Berlín y Washington son perceptibles. Este mismo jueves, Merkel reiteró su negativa a que los gobiernos intervengan en el establecimiento de los tipos de cambio, en un discurso ante la cumbre empresarial paralela a la del G20 en Seúl.

El presidente estadounidense, Barack Obama, quiere que las naciones orientadas a la exportación como China y Alemania reduzcan sus superávits en cuenta corriente y aumenten el consumo interno y las inversiones. Estados Unidos sufre un gigantesco déficit comercial y muchas empresas norteamericanas no son competitivas actualmente en el mercado internacional.

La canciller alemana dijo ante unos 100 empresarios de todo el mundo que la competitividad no debe verse afectada por la manipulación de los tipos de cambio. "El establecimiento por parte de la política de límites máximos a los superávits o déficits en la balanza de cuenta corriente (...) no está justificado económicamente ni es adecuado a nivel político", señaló la canciller. "Esto es incompatible con el objetivo de un libre comercio mundial".

El secretario estadounidense del Tesoro, Timothy Geithner, había propuesto en octubre, en un encuentro preparatorio de la cumbre, que los déficits o superávits no superaran el cuatro por ciento del PIB. Merkel en cambio cree que para acabar con los desequilibrios entre países con mucho superávit y los que tienen déficit se debe apostar por tipos de cambio flexibles de las principales divisas. "Tienen que reflejar los principales datos fundamentales", destacó.

La dirigente instó asimismo a los empresarios, entre los que se encontraba el presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann, a abandonar "el espíritu del pasado de una maximización de las ganancias a cualquier costo". (dpa)